When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
Cuando llego al cementerio percibo un ambiente desolador y es que al hacer memoria, recuerdo que, por lo general, nadie visita este lugar, a menos que sea el festival de la cosecha, la única fecha del año en que se recuerda las almas de los muertos y se les ofrece oraciones que elevábamos al cielo en una pequeña lata con una vela y un globo hecho de papel como un mensaje a los que han partido con el fin de hacerle saber, de alguna forma, que aun los recordamos. Camino lentamente entre las tumbas, buscando la ubicación del lugar donde descansan los restos de mis padres, quizás ese lugar, es el único que sí ha sufrido cambios radicales, después de todo hace más de un año que no lo visito. Hay más lápidas, todas nuevas, lo cual es un poco extraño, sabiendo que no todos en el pueblo pueden pe