When you visit our website, if you give your consent, we will use cookies to allow us to collect data for aggregated statistics to improve our service and remember your choice for future visits. Cookie Policy & Privacy Policy
Dear Reader, we use the permissions associated with cookies to keep our website running smoothly and to provide you with personalized content that better meets your needs and ensure the best reading experience. At any time, you can change your permissions for the cookie settings below.
If you would like to learn more about our Cookie, you can click on Privacy Policy.
La mujer da media vuelta y entra a la mansión, no sin antes ordenarle a otra dama que ocupe su lugar para que nos observe e impida el paso. Aquel espectáculo está lejos de ser digno de una dama, es demasiado bochornoso que nos hagan esperar frente a la puerta cuando bien pueden ahorrarnos esa humillación y dejarnos pasar, pero desgraciadamente no podemos darnos el lujo de ofendernos e irnos solo para mantener nuestra dignidad intacta, pues la verdad ninguno de los dos la tiene. Mientras esperamos, Denua hace alguno que otro comentario sobre el jardín delantero, critica cuanto puede la apariencia del lugar y no le importa que la servidumbre de aquella casa este escuchando. Es un tanto admirable su descaro ante esas personas, aunque supongo que para él ese tipo de personas no vale nada y q