Capitulo 8

1110 Words
Ambos chicos se sentían confundidos respecto a sus orígenes. El ambiente se había tornado silencioso, el único que rompió aquel silencio fue el padre de Dania —Joven Brunner, al parecer ya conocía a Dania—dijo el señor con su sonrisa de lado a lado —Si bueno, yo..... yo la conocí en Nueva York—decía el ojiverde mirando a Dania —Bueno, quiero comentarte que ella es mi hija—el señor Speitzer abraza tiernamente a Dania por los hombros, haciendo sentir incómoda a la chica —Qué gusto señor, bueno, me retiro, tengo cosas que hacer—se inclinó como reverencia y se fue El señor Speitzer se veía bastante emocionado y contento al saber que tenía una hija, la reacción de Dania cambio de perspectiva, ella jamás esperaba esa reacción que aunque aun así, ella sentía coraje al saber que él se fue antes de su nacimiento. Ambos se quedaron a solas en el camerino de este —¿Y bien?—hablo Dania, bastante nerviosa, sentada frente a él, moviendo sus piernas y manos—¿Qué fue lo que paso?—pregunta mirándolo a los ojos y conteniendo el enojo —Sé que esto no es fácil de hablar, y es un tema melancólico, pero debes saber la verdad, hija—el señor Speitzer la miraba y suspiro, ella se quedó en silencio mirándolo también—Conocí a tu madre en Toronto, yo fui a un casting para una obra de teatro, ella era diseñadora de vestuarios, al ser aceptado, la producción nos reunió a todos y en cuanto la vi quede enamorado de ella—contaba con una gran sonrisa —¿De verdad?—él asintió —Me acerque a ella dándole una rosa color lila, todos los días le entregaba una, hasta que me le declare, terminó la obra y aun así nos seguíamos viendo, llegamos a vivir juntos en Toronto por años, la llegue a traer aquí a Pensilvania—Dania sentía que unas lágrimas traicioneras salían—Tu madre siempre fue una persona sensacional, encantadora y siempre sabía hacerme feliz, pero desafortunadamente tuve que irme porque me ofrecieron un empleo en Inglaterra como director de escena, yo no quería aceptarlo, pero ella me insistió a que fuera—dijo en tono triste el señor Speitzer —¿Pero tú nunca supiste que ella estaba embarazada?—pregunta la joven y él negó —Jamás estuve enterado, cuando hablábamos sobre tener hijos, ella siempre me dijo que le pondría a una hija, Dania, yo le marcaba y nunca contestó mis llamadas, le mandaba cartas y no obtuve respuestas, perdí el contacto con ella—él se sentía dolido al recordarla —¿Y nunca la buscaste?—Dania pregunta desesperada —Claro que lo hice, pero nunca la encontré, jamás me he olvidado de ella, siempre está en mi mente —Mamá falleció hace unos días—dijo la joven Dania bajando la cabeza y llorando —¿Qué? Pero...tú tan solo.... ella...—se sentía desconcertante En lo que el señor Speitzer lograba analizar aquella información tan dura que Dania le dijo, ella lo consolaba y ambos compartían su dolor. La noche llegó y cada quien se fue a su habitación en el hotel, Dania y Owen quedaron de ir al restaurante para platicar sobre la charla que hubo en la tarde —Y bien linda, ¿Cómo estuvo todo con tu papá?—pregunta el joven Owen mientras llamaba al mesero —Estuvo bien, hubo muchas lágrimas—Dania dijo sin ánimos —¿Pero todo se arregló?—Owen tomaba de su café —Sí, él al parecer quiere que me venga a vivir con él—el chico abrió más los ojos al saber que eso sería grandioso —Yo sugiero que.... oye mira quien viene allá—el chico señala a sus espaldas y Dania giro a ver que se trataba de Bill —¡Demonios!—fue lo único que expresó la chica —¿Puedo unirme?—pregunto el joven Bill parado en medio de ambos chicos —De hecho yo ya me iba, pero puedes quedarte con ella—dijo Owen parándose, Dania no pudo evitar odiar en ese momento a su amigo—Me debes una foto, por cierto—dijo el chico en tono burlón retirándose, Bill asintió —¿Te molesta si me siento?—pregunta Bill mirando a Dania —No me molesta, adelante—amablemente respondió Dania y Bill se sentó —Y bien señorita Speitzer, qué sorpresa saber que eres la hija del director—dijo sarcástico mientras ordenaba algo —Claro, así como tú, que trabajas con él, siendo un gran famoso—Dania entraba al juego del sarcasmo —¿Por qué nunca me dijiste que él era tu padre? ¿Acaso querías ocultar lo que eres?—pregunta Bill sacando un cigarrillo —Nunca oculte nada, yo no sabía que él era mi padre, ¿y tu por qué nunca me dijiste que eres un famoso actor?—Dania mira a los ojos a Bill —Pensé que me reconocerías, que sabrías quién soy, me miraste como soy y no como aquellos que me ven como un actor idolatrado—Bill fumaba su cigarrillo —Honestamente, no me gusta saber sobre famosos, mi madre lo adoraba—sonreía Dania al recordar a su mamá —Lamento no decírtelo al momento, pero no lo creí necesario —Bueno, desde ahora hay que dejar de ocultar cosas, ¿de acuerdo?—Dania extendió su mano y Bill la estrecho, pero no la soltaba, solo la miraba a los ojos —De acuerdo—dijo Bill mientras que Dania quitaba su mano —Ya es tarde, debo regresar a la habitación, mañana aún hay clases—se para de la silla y Bill también —Yo también me iré, vamos te acompaño—el camino a lado de Dania Se fueron en el ascensor, Bill la miraba demasiado, logrando incomodar a Dania, ella normalmente nunca se sentía nerviosa con él, pero algo dentro de ella la hacía sentirse extraña. Estaban fuera de la habitación de Dania parados mirándose el uno al otro, hasta que Bill habló —Mañana después de grabar, ¿te gustaría salir conmigo?—el ojiverde actuaba nervioso y sonriente a la vez —Claro me encantaría—Dania sonrió y Bill aún más —De acuerdo, mañana te espero en el lobby—iba a besar su mano, pero optó por besarle mejilla, cerca de los labios —Hasta mañana—fue lo único que dijo Dania metiéndose a la habitación
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