El Arte de Amar ©

Capitulo 34

Los dos actores miraban a Landon parado frente a ellos, de inmediato, Dania se soltó del agarre de Bill y camino hacia Landon como si nada hubiera pasado, esta lo abrazo como la primera vez y él la sujeto de la cintura

—Te lo agradezco cielo, no me había percatado que la olvide—reía Dania mientras lo besaba en los labios

—Para la otra, acuérdate en donde la dejas—seguían besándose

—Eso no pasará—esta le dio un último beso para así seguir en su labor

—Yo si quiero que pase más—el castaño le guiño un ojo y se fue

—Vaya, ¿tuvieron una cena anoche?—pregunta Bill de repente

—Algo más que eso, bien vamos a grabar—dijo para así irse, dejando a un Bill confundido

Las grabaciones se habían llevado a cabo, todo salió bien, solo en dos ocasiones se tuvieron que repetir. El señor Speitzer pidió hacer una Junta a todos los trabajadores, productores y actores, debido a que daría una noticia. Dania caminó junto a Bill y el castaño con el que iba tomada de la mano, donde quedarían de verse para aquella Junta

—Carajo estar aquí se siente de maravilla—decía el joven Owen

—Cállate Owen, no exageres—Dania había golpeado leve su brazo

—¿Ahora que tramara tu padre?—pregunta este sin importar el golpe que recibió

—No lo sé y a veces eso me preocupa—dijo sería para después reírse

—Señores, gracias por estar todos aquí, los directores y yo les tenemos una gran noticia—hablaba el padre de Dania—Las grabaciones han avanzado bien, su trabajo ha sido excelente, así que decidimos darles vacaciones—todos sonaban impresionados—El período de vacaciones aplicara para todos, se los merecen por su buen desempeño, descansarán por dos semanas—dijo muy entusiasta para después recibir aplausos

—De acuerdo, esto si no me atemoriza—hablo de repente Dania

—Eso es grandioso, a todos nos caería bien salir, ¿Qué les parece si vamos a la playa?—dijo Bill contento

—Sí, si yo si quiero ir—dijo Owen haciendo que los demás lo vean mal

—Para mí es buena idea, ¿tú que opinas linda?—el castaño mira a Dania

—Claro, porque no, pero, ¿a qué playa iremos?—pregunta Dania

—Eso déjenmelo a mí—sonrió Bill

Los cuatro chicos estaban emocionados al realizar este viaje, Dania de inmediato lo habló con su padre, este no se disgustó por la idea, siempre y cuando se cuidara y lo mantuviera informado del cómo estaba, en donde irían, etc. Cada quien fue a sus respectivos lugares a preparar maletas, se verían en el aeropuerto

—Owen, pero tú no puedes ir o ¿sí? ¿No recuerdas que tienes un trabajo?-—la chica terminaba de alistar su maleta

—Ya lo sé, pero te mentí, no conseguí ningún empleo—dijo de lo más tranquilo

—¿Qué? Pero y entonces...—ella lo ve, sería y este sonrió

—Yo quería verte, quiero quedarme acá y buscar empleo o mejor me mantienes—se río y recibió una almohada en la cara

Todo estaba listo, Dania se despidió de su padre, quien antes le dio un sermón de todo lo que debería o no hacer en el viaje. Owen y Dania llegaron al aeropuerto, esperando a los otros dos, Dania los distinguió a lo lejos, estos portaban gafas, gorras para no ser vistos antes el público. Se adentraron al avión y por la suerte de Bill le tocó sentarse a un lado de Dania, mientras que Landon y Owen se sentaron más atrás de ellos, al comienzo del viaje hubo una sacudida, Dania apretó la mano de Bill

—¿Qué pasa?—pregunta el chico mirándola cerrar sus ojos—Tranquila, solo está despegando—él tomaba su mano

—Lo..... lo siento es que me asuste—ella aún mantenía su mano en la de Bill

—Suele pasar—este sonrió enternecido

—¿Te molesta si mantengo mi mano en la tuya?—ella abrió sus ojos y lo miro

—Para nada—entrelazaron sus manos

Bill no podía evitar sentirse soñado al estar junto a ella, tomando sus manos y sentir su dulce fragancia de su cabello, al sentir su cabeza recargarse en él. Llegaron a su destino, todo estaba planeado por el buen Bill, llegaron a un lujoso hotel donde ya tenían sus habitaciones, Dania se quedaría sola y los tres chicos dormirían juntos. Dania, al hospedarse en su habitación, se dio cuenta de que le faltaban cosas, así que fue a buscarlas a la habitación de los chicos

—Owen, tú te trajiste mi crema para...—abrió la puerta sin percatarse que Bill estaba ahí en ropa interior, se quedó sin habla