VI: El nuevo jefe

3932 Words
Luego de cepillarme me pongo un poco de labial, es un tono marrón ya que con el uniforme no me gusta mostrarme demasiado, pues un rojo me pondría en una calificación de una chica fácil, y definitivamente no lo soy, luego me verifico que la pestañina me resalte las pestañas y me deje la apariencia de unos ojos grandes y bonitos, aunque por culpa de mi padre, esos parpados gruesos, no es lo que más ayuda, sin embargo le agradezco mi cabello castaño y la cara angulada, si hubiera heredado la forma de rostro de mi mamá, tendría cachetes grandes como ella, ahí si es como diría Amanda: “eres una mujer muy bonita para haberte dedicado a una profesión tan ruda”, ja ja, quizás tenga razón, pero es lo que elegí y me gusta. Salgo del baño y en la puerta me cruzo con la inspectora, no me pregunta nada, pero sé que espera que le confirme que no estoy metida en el caso de los suboficiales fallecidos, así que recuerdo que tengo que terminar de determinar si en realidad hay una conexión entre los números que contactaron a Laso y los compañeros asesinados. Entro a la oficina y me siento frente a mi escritorio, la oficina está sola, así que aprovecho a abrir mi cajón y saco las cartas, empiezo a barajarlas y pienso en los sueños que tuve en la mañana y la visión en la bodega y la que tuve en el espejo en la casa de Amanda, entonces saco un par de cartas y las pongo sobre la mesa, las miro y veo una mano con una espada con llamas saliendo de alguna parte mientras unas ramas caen, no lo sé y también saco una que tiene una torre en llamas y un par de personas cayendo… No sé lo que significan, pero vuelvo a abrir mi archivo en pdf en el computador buscando el significado de éstas cartas. Al cabo de un rato creo comprender que significan que todo lo que vi fue real y que el hombre alto de n***o que vi, está detrás de todo el caos que ha ocurrido. Verifico la hora en la esquina inferior derecha de la pantalla y veo que faltan cinco minutos para las dos, en ese momento entra Víctor corriendo a su puesto y mientras me pregunta: -        ¿Lista para conocer el nuevo jefe Durand? -        ¿Cómo sabes que es para eso que nos citan? -        Acabo de ver entrar a un Coronel que no había visto acá, creo que es el nuevo jefe designado. -        De acuerdo, puede que tengas razón, ¿Has podido verificar los listados de tus hombres? -        ¿Los de las llamadas? No, no he podido, con todo lo que hemos hecho en la mañana, y todo para encontrar nada…Las revisaré ahora que volvamos de la reunión con el general… ¿Vamos? -        Si, vamos. Guardo mis cartas en el cajón, cierro con llave y recojo la agenda que siempre llevo en mi bolso junto con un lapicero, camino rápido y alcanzo a Víctor en el pasillo, subimos al segundo piso y allí giramos a la derecha para encontrar la única oficina en esa dirección, la de la jefatura de la estación, allí encontramos a Martha, la secretaria del jefe, es una suboficial muy dedicada que lleva años en la fuerza, y también está la sala de juntas. Entramos y nos sentamos, en la sala ya están el general Castro y cómo me había dicho Víctor un coronel más canoso que el anterior, de barbilla cuadrada y por lo que leo en su uniforme se apellida Cortés. -        Buenas tardes señores y señorita, el día de ayer sucedieron cosas poco agradables para todos, sin embargo hoy aprovecho la visita del coronel Cortés acá a mi lado para pedirles premura en la resolución de los hechos de ayer, y además, contando con la buena voluntad del coronel, nombrarlo su jefe inmediato provisional, el coronel no se puede quedar más de un mes en la ciudad, ya que oficialmente no se ha solicitado el traslado, de igual manera, ya solicité la autorización a comando para nombrarlo a él jefe de la estación o solicitar a otro buen comandante que pueda suplir al difunto coronel Guzmán, quién hasta el último de sus días cumplió con su deber a cabalidad y nos mantuvo siempre trabajando con el mejor nivel posible y dando siempre lo mejor de todos nosotros.  Desafortunadamente nadie es perfecto y un error suyo o de alguno de sus subalternos le ha costado la vida. Es por esto que los invito a aumentar los esfuerzos por encontrar a los responsables tanto intelectuales como materiales del atentado a la senadora, sobre todo porque ahora nos hemos ubicado en la mira de todo el país, por no decir que de gran parte del mundo, la muerte de esa mujer política está causando revuelo en las r************* y ya están hablando de un complot del gobierno para realizar feminicidio, sobre todo cuando la señora Camargo era una de las promotoras de los derechos de las mujeres y las comunidades minoristas. Por favor preséntense y reagrupémonos lo antes posible para recuperar el estatus y poder del que la estación general de policía de Boyacá es digna y ha ostentado en los últimos años. -        Buenas tardes mi general, mi coronel, mi nombre es Víctor Castillo, soy el comandante de uno de los equipos de investigación de la estación general de Boyacá y estos muchachos de acá son mis hombres: el subteniente Sotelo, el subteniente Rodríguez, el subteniente Arbeláez, el subteniente González y el subteniente Cifuentes. – Al terminar Víctor toma asiento y es mi turno. -        Buenas tardes mi general, mi coronel, mi nombre es Marion Durand, soy la comandante del otro equipo de investigación de la estación general de Boyacá, desafortunadamente no tengo a quien presentarles, ya que cuatro de mis hombres eran la guardia de seguridad inmediata de la senadora Camargo y murieron en la explosión, y el quinto hombre no aparece desde ayer a las cuatro de la tarde. -        Comprendo señorita Durand, -Responde el coronel Cortés- Según lo que me cuenta usted necesita un equipo nuevo y es probable que su hombre desaparecido esté implicado en los hechos. -        Señor, con todo respeto quisiera que no lo involucrara sin tener pruebas, yo le concedo que es muy sospechoso que no aparezca desde ayer a esa hora, pero estoy investigando para saber que sucedió. -        De acuerdo, tiene razón, no debemos inculpar a nadie y menos a uno de nuestros hombres sin pruebas, pero no descarte mi idea tan de prisa tampoco. – Me responde el coronel Cortés. -        Sí señor. -        Bueno, ¿Alguno me puede informar en qué va la investigación?, ¿Durand? -        Si señor, ya determinamos esta madrugada que el arma del atentado fue un rocket con teledirección disparada desde el campanario de la iglesia, lo que aún no hemos podido determinar es cómo fue que pudieron dirigirlo hasta acá siendo que la dirección inicial era la casa del alcalde, también hemos determinado que al alcalde lo quieren inculpar pues plantaron un arma similar en la terraza de su casa, encontramos que nuestros hombres desaparecidos… -        Discúlpeme un momento Durand, ¿Hombres? Pensé que solo era uno. -        Sí señor, solo uno del equipo directo, pero del equipo indirecto, es decir de los suboficiales, murieron dos hombres del equipo del teniente Castillo y no se encontraban en el lugar destino del proyectil. -        Comprendo, ¿Cuántos efectivos suboficiales hacen parte de su equipo de suboficiales? Y Castillo, ¿Por qué no me lo dijo en el informe que me presentaron esta mañana? – Pregunta el general. -        Si mi general, lo que sucede es que hasta ese momento no habíamos considerado que hubiera nadie más implicado, pero entonces fue la teniente Durand quien posteriormente revisando las víctimas, cayó en cuenta que podría haber alguien más, y en total tenemos diez suboficiales, bueno, ya a mí me quedan ocho, a la teniente Durand si le quedan diez. -        Veo que ambos equipos han tenido bajas, estaba comenzando a pensar que había habido falta de líder en el equipo de la teniente, pero creo que el asunto es algo más que no estamos viendo, lamento mucho haber pensado mal de usted Durand. –Me dice esto el coronel, mientras siento como el color se me sube al rostro, pero aun así contesto. -        No pasa nada señor. -        Cómo sea, por favor prosiga con el informe. –Insiste el coronel. -        Sí señor, bueno, también con apoyo del área de comunicaciones hemos descubierto lo que fue la base desde donde se coordinó el atentado, y el lugar donde fueron destruidos los cuerpos de los suboficiales. -        ¿Destruidos? -        Sí señor, fue algo grotesco, les rompieron los huesos y… -        Deténgase Durand, no revivamos esos hechos ahora por favor, acabo de almorzar. -        De acuerdo, el asunto es que aunque pudimos deducir eso, la escena había sido limpiada, y sólo un rastro de sangre del cual no fueron conscientes los culpables nos ha dado la idea de lo que sucedió, de manera que estamos un poco estancados, al terminar la reunión seguiremos con el teniente Castillo revisando la posible conexión entre la muerte de los suboficiales y la desaparición de Laso. -        Ah, pero eso es excelente, los iba a poner a trabajar juntos mientras le asignamos nuevo equipo, y dado que ambos tenían la responsabilidad de la seguridad del operativo de ayer, pero veo que se llevan bien y está excelente que trabajen en equipo, los felicito por eso. -        Sí señor, gracias. –Responde Víctor. -        Bueno, quiero todo eso que me han contado por escrito en mi oficina mañana por la mañana y además quiero un avance diferente a lo que tenemos, estamos con el tiempo en contra. Por favor retírense. -        Si señor Respondemos a coro y nos levantamos de la silla tanto Víctor como yo, los otros muchachos estaban de pie, así que simplemente salen detrás de nosotros. -        Bueno Durand, ¿Cuál es tu paso a seguir? -        Pues yo voy a seguir con la investigación de los dueños de la bodega y voy a ir a la casa de Laso con mis hombres. -        De acuerdo, llévate a Rodríguez contigo. -        Okey y tú no olvides retirar tu listado de llamadas de comunicaciones. -        Sí, es cierto. –Sale en dirección a comunicaciones cuando le alcanzo a gritar. -        Castillo…Termina la búsqueda de esos números en los listados y avísale a los familiares de los fallecidos. –Él se regresa y me dice bajito. -        ¡Uy si Durand!, tienes razón, no les hemos avisado, gracias, nos vemos más tarde. Al llegar a la oficina, tomo un papel y copio la dirección del domicilio de Laso, y los otros cuatro muchachos, le indico a Rodríguez que me siga, mientras los demás ocupan sus puestos, salgo poniéndome el chaleco antibalas debajo de la chaqueta que nos da la institución para estos casos y llevo mis armas conmigo, llevo también mi bolso con mi linterna adentro y la agenda que no necesité en la reunión. Aprovecho que no he entregado las llaves de la patrulla que teníamos en la mañana y me subo en ella, Rodríguez se sube de copiloto mientras llamo al sargento Méndez para informarle que reúna al equipo armado en la dirección del domicilio de Laso. Conduzco hasta la dirección definida y mientras tanto en el camino Rodríguez me pregunta: -        Mi teniente, disculpe una pregunta. -        Dígame -        Es que me preguntaba ¿Por qué está trabajando últimamente conmigo? -        No es personal Rodríguez, el teniente Castillo me lo ha prestado para que me apoye en la investigación, si le incomoda, le puede decir a él que lo cambie para la próxima ocasión. -        No, no mi teniente, no me molesta, sólo me lo preguntaba si es que era que usted me solicitaba, o me iban a cambiar de equipo… -        No creo que lo cambien de equipo Rodríguez, a menos que usted lo solicite, y si así lo quiere, es el momento perfecto para solicitarlo, ya escuchó al coronel, tienen que asignarme un nuevo equipo. Pero claro, eso depende de si usted quiere trabajar en mi equipo. -        No pues no lo he pensado mi teniente… -        Piénselo y cualquier cosa me avisa y de paso a su teniente Castillo, yo estoy dispuesta a recibir al que quiera trabajar conmigo, no tengo preferencias, pero es un hecho que requiero un equipo y cuando lo tenga, tenemos que entrenarnos nuevamente, ahora trabajamos en equipo, pero cuando esto pase, volveremos a enfrentarnos, eso es un hecho. -        ¿De verdad cree que tengamos que vivir enfrentados? -        Rodríguez más allá de que el hecho de ser mujer liderando un equipo de investigación a ustedes les molesta, debemos ser sinceros en que mientras dos equipos hagan lo mismo en cualquier empresa o lugar del mundo, vamos a tener competencia. -        Bueno mi teniente, no lo había visto así, supongo que tiene razón. -        Si, aunque quien tiene razón es mi padre, él es quien me lo hizo ver, por ahora llegamos, llame al sargento Méndez para saber cuánto les falta por llegar. Al cabo de unos minutos me informa Rodríguez que el sargento está a solo unas cuadras de la casa de Laso, así que le pido que coordine a todos para que se preparen si toca irrumpir en la casa por la fuerza, pero mientras tanto uso la diplomacia y timbro. Después de tres intentos y ver que ninguna persona abre, reviso hacia las ventanas a ver si hay alguna abierta, pero todo está cerrado, le timbro en ambas casas vecinas y sólo en una de ellas me abre alguien y me informa que no han puesto atención para ver si hay alguien o no, pero si me cuentan que en su diario vivir, normalmente hay más ruido en la casa del lado, y llevan una semana sin hacer ningún ruido; lo cual me indica que no tenemos nada y la hipótesis del coronel parece cobrar más fuerza, pues misteriosamente la familia de Laso también desapareció. Le agradezco al sargento Méndez la disponibilidad por haber acudido a mi llamado tan rápido, pero le pido que regrese a sus labores, ya que de momento no tenemos nada, entonces Rodríguez se va a subir a la patrulla por el lado del conductor pero no se lo permito, y yo vuelvo a tomar el volante, a regañadientes el da la vuelta y se sube en el asiento del copiloto y le pido que me acompañe a las casas de los familiares de mis otros muchachos caídos. Una a una cada casa que visitamos y alguien nos abre, vamos sintiendo el peso del dolor de la pérdida de su familiar, en todos los casos se me llenan de lágrimas los ojos mientras les pido que se acerquen al hospital para averiguar por sus seres queridos y proceder con los servicios funerarios, les digo que en estos casos la institución presta servicios de apoyo y acompañamiento para los familiares de los muertos en acción, y que se van a contactar con ellos en el transcurso de la tarde del área de recursos humanos. Al terminar las visitas voy al hospital y pregunto por mis hombres, donde me responden que se encuentran en medicina legal y que le pasan la información a la institución, así que me devuelvo a la estación y mientras Rodríguez va a la oficina, yo volteo a la derecha al área de recursos humanos para avisar lo que ha sucedido, ellos se comunicarán con los familiares y comienzan a organizar todo para realizar las obras fúnebres de mis cuatros muchachos y los dos de Víctor, sin embargo, dadas las circunstancias esa información solo les representa un número más para los familiares de todos los fallecidos durante el atentado, ya que cada departamento fue avisando de su personal faltante dado la explosión de ayer. Regreso a la oficina y mi mirada se cruza con la de Víctor, entonces cuando me siento en mi puesto, él se acerca y se sienta en la silla frente a mi escritorio y me dice: -        Durand, tenías razón en parte. -        A que te refieres con en parte, y ¿Avisaste a los familiares? -        No, no he podido… me he pasado revisando esto y … -        De acuerdo, me lo imaginé y ya avisé a recursos humanos, ellos se harán cargo. -        Gracias, te iba a decir que no encontré el número de Bogotá en los registros de llamadas de mis muchachos, pero si el número celular que me dijiste y uno adicional -        ¿Adicional? -        Si mira éste. –Me señala en los listados varias llamadas del mismo número, me parece conocido, así que lo marco en mi teléfono y para confirmar mis sospechas sintiendo miedo mientras lo leo le respondo a Víctor. -        Ese es el número de Laso. Nos miramos fijamente y comenzamos a generar conclusiones donde todo pareciera apuntar a que Laso fue contactado desde Bogotá una vez que se supo que éramos los encargados de la seguridad del operativo, así mismo a los dos días según los registros de las llamadas, él se pone en contacto con los suboficiales, de alguna forma se comprometen con la persona que los llama desde el número desconocido quien es el que sigue coordinando hasta las cuatro de la tarde de ayer, en ese momento ellos son asesinados y Laso desaparece, parecen demasiadas coincidencias, lo que no comprendo es para donde se fue Laso y por qué los eligió a ellos, por qué aceptaron; bueno, parte de eso lo sé por mis sueños y visiones pero no tengo como demostrarlo. Entonces le cuento a Víctor mis sospechas pero sin detallarle cómo se  me ocurrió, o me vino a la cabeza: -        Teniente. -        Dígame teniente Durand. -        Y si Laso después de ser contactado por Bogotá, llama a los suyos para no involucrar a nadie más de mi equipo, luego son coordinados por número desconocido y él es el tirador mientras ellos dos permitían el ingreso ilegal a la bodega y plantaban el arma en la casa del alcalde, luego son llamados a la bodega, los envenenan y luego los descuartizan, limpian la escena y se van… -        Si fuera así, ¿Cuál sería el motivo? -        Pues del atentado aún no lo sé, pero el de ellos, seguramente dinero. -        No creo que ellos se hayan dejado comprar así de fácil. -        Si les ofrecieron mucho dinero y estaban necesitándolo, es muy probable que hayan aceptado. -        Pero entonces ¿Por qué los habrían matado si habían aceptado? -        Supongo que los engañaron, piénsalo, si les consignaban la plata, sería muy fácil rastrear la cuenta de origen, pero si los mataban aunque les hubieran dado el dinero, no tendrían que pagar realmente, quedarían ellos como los culpables del atentado. -        Tiene lógica, y ¿Qué motivo sería el correcto para que ellos fueran inculpados? -        No lo sé, quizás simplemente que no estaban de acuerdo con las políticas de la senadora, o no sé… -        Es cierto, los había escuchado hablar mal de la misión cuando nos la asignaron porque a ellos no les agradaba la filosofía feminista. -        ¿Estás asumiendo que fue un feminicidio, como está diciendo todo el mundo? -        No, estoy asumiendo que quizás sería el motivo para inculparlos si la investigación no estuviera en nuestro mando. -        Comprendo, si, tienes razón. -        ¿Y Laso? -        ¿Qué pasa con él? -        ¿Por qué él? -        Humm, no lo sé, pero supongo que por razones netamente económicas. -        ¿Crees que haya sido el tirador? -        No lo sé, podría haber sido, sobre todo por la habilidad para bajar muros como yo le… enseñé… -¿Cómo no había caído en cuenta? Yo misma noté que al sospechoso que perseguí por el techo de la iglesia, tenía la misma forma de escalar que la mía, yo le enseñé a mi equipo como escalar para subir y bajar más rápido de estructuras altas…- ¿Sabes qué ha dicho balística? -        Si, precisamente Sotelo acaba de traerme ésta información. – Me muestra el informe donde determinan que los cartuchos que encontramos con Rodríguez al bajar de la iglesia, corresponden a un modelo de arma conocido como MAB Modelo D, de 7,65 mm. -        Pero…-Entonces reviso en internet y me doy cuenta que ese tipo de arma es típica de la policía francesa, lo que complica más la situación- No tiene lógica. Le cuento a Víctor lo que encontré y él solo me dice: -        ¿Y si Laso ya salió del país? -        No podría ser, peroooo… hacia ¿Francia? -        Durand, te recomiendo que comiences a alistar tu pasaporte. Con esto se levanta de la silla frente a mi escritorio y se va hacia su puesto, sin haberle dicho nada de mi visión de Laso saliendo en un avión privado con el hombre alto de n***o, él parece tener una razón probable… Paso el tiempo redactando los avances sobre el informe pero sin mencionar la hipótesis que inculpa a Laso con los suboficiales fallecidos, no podemos hacer nada sin pruebas, aun así, le recomiendo a Víctor solicitar la revisión de las cuentas bancarias de los suboficiales a la entidad correspondiente y yo hago lo mismo con la de Laso, no puedo solicitar congelarla sin pruebas, sin embargo hablo con el aeropuerto de Bogotá para conocer las salidas de los últimos aviones privados hacia Francia, y aunque aparecen varios, en todos ellos solo salen el piloto con las auxiliares de vuelo y una persona, o una pareja de hombre mujer, pero ninguno con dos hombres, que es lo que busco basándome en mi visión. Después de un par de horas y casi sobre las siete de la noche, la operadora del aeropuerto me informa que solo hubo un vuelo el mismo día que salió con dos hombres directo a Buenos Aires, Argentina, y me pregunta si podría ser el vuelo que busco. Le agradezco pero le digo que no parece ser el que busco, aun así no lo descarto y lo anoto para revisar luego. Desafortunadamente el turno de la operadora que me estaba atendiendo terminaba a las seis de la tarde, y ahora le toca el turno a otra persona, entonces debo volver a marcar y esperar a que las opciones de la contestadora automática me lleven a tener una conversación con un humano, ¡Detesto hablar con una máquina!. Al cabo de unos quince minutos y dos intentos más, me contesta un muchacho, le explico nuevamente quien soy y la situación en la que me encuentro y se me ocurre mientras le cuento esto, que ya que no encontré a Laso, podría intentar encontrar a su familia. Entonces busco el archivo con la hoja de vida de Laso, y miro los nombres de las personas familiares a contactar en caso de emergencia, entonces me doy cuenta que salen los nombres de sus padres y tiene al parecer un hermano menor, le doy los nombres al operador del aeropuerto y le pido buscar vuelos a Francia con esos nombres en las últimas dos semanas, pero no aparece nada, una corazonada me indica que debo pedir vuelos a Argentina con los mismos nombres y para sorpresa mía, si los encuentro, los tres han viajado a Argentina hace cinco días exactamente.
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