II. Cálculo de daños colaterales

3672 Words
Unas horas después de llegar al hospital, varios exámenes físicos más, desvestirme para cada doctor o doctora que entraba en el cubículo que me asignaron y después de sacarme unas radiografías para ver el estado general de mis órganos, deciden darme de alta, mientras todo esto ocurre muchos de los compañeros que fueron traídos también en ambulancias se deben quedar hospitalizados, de otros, los que he podido preguntar, solo me dicen que el diagnóstico es reservado, sé que muchos de ellos son pesados y además mujeriegos, pero sus familias los necesitan, quiero saber que pasó en la estación así que llamo a Víctor a averiguar que está sucediendo: -        Hola Castillo, ¿Cómo vas? -        Hola Durand, acá seguimos investigando, ya empezamos a hacer los análisis de balística y de investigación forense, creemos que fue un rocket enviado desde la casa del alcalde, lo cual no tiene lógica y ¡Agh! -        ¿Qué sucede? -        Nada, que me está diciendo Rodríguez que en la casa del alcalde está el RPG, pero aún a esa distancia tendrían que haber sabido el itinerario de la senadora o…¿Sabes qué? Mejor dime ¿Cómo estás?, ¿Ya te revisaron? -        Si, si, todo está bien, no son más que unas raspaduras y heridas leves por las esquirlas, pero por lo que ví mi equipo no sobrevivió, aún hay cinco compañeros acá y no sé que va a pasar, necesito un carro, manda a alguien por mí por favor… -        No tengo gente para enviar. -        Víctor, no me hagas esto, necesito estar allá y lo sabes. -        Es que…¡Agh, que voy a hacer contigo Marion Durand!, es verdad te necesito acá, mi equipo está ocupándose de algunas cosas, pero necesito que me ayudes a investigar lo que está pasando también en la casa del alcalde…¿Sabes qué? Vete para allá, te queda cerca, estás como a dos cuadras nomás y en una hora paso por ti, necesito contarte cosas, te presto a Rodríguez, ya le doy instrucciones para que colabore contigo. -        De acuerdo, te espero. Las cosas deben estar realmente feas para que Víctor acepte que requiere de mi ayuda, entonces guardo mi teléfono, y regreso a la ventanilla a confirmar mi salida, me indican que la cuenta de mi revisión se le pasa a la institución, así que firmo el documento donde certifico que me atendieron y que salgo bajo mi propio riesgo, entonces me doy cuenta que estoy desastrosa, mi uniforme está hecho añicos, estoy manchada de sangre por todas partes y no sé a quién llamar, entonces recuerdo que tengo un uniforme de recambio en la estación, pero nadie en mi casa, nadie que me ayude, Camilo debe estar en el trabajo y …No puede ser, le prometí que no la iba a meter en esto pero es la única que puede ayudarme en este momento: -        Hola Amita, ¿Cómo estás mi linda?, ven te necesito -        Hola Mari, Bien amor, acá con los niños, ¿Qué te pasa? -        Amita, necesito que me traigas ropa tuya urgente, lo que sea que se vea bien, pero no elegante. -        ¿En el hospital?, Marion, ¿Estás bien?, ¿Qué sucede?, me preocupas. -        Si amiga, estoy bien, solo que necesito ropa, es una historia larga y tengo mi ropa destrozada, porfa, no me dejes morir, tengo que volar ya a otra parte. -        Mari, no me quiero meter en tus asuntos, sabes que me habías dicho que hoy era tu día y… -        Si amiga lo sé, es solo que las cosas no están bien y necesito apoyo. -        Bueno pues manda a uno de tus muchachos, yo te alisto la… -        No Amanda, reacciona mamita, si te estoy llamando es porque no tengo a nadie más, porfa ven pronto. -        Vale amiga, ya voy para allá, dejo encerrados a los niños grandes y me llevo al chiquito, que quieres, blusa, pantalón, ¿necesitas ropa interior? -        No amiga, tráeme un jean, una blusa y unos tenis, el resto está bien, no hay ese tipo de emergencias. -        De acuerdo, ¿En cuál hospital estás? -        No Amita, ¿Sabes qué?, veámonos mejor en el restaurante cerca de la quinta, te espero en el baño, no quiero que te vean entrar acá, y es bueno que traigas al niño, ah si y échame unas medias para tenis también, estoy en media velada y no me da para lo que necesito. -        Vale Mari, te veo en quince, cojo carro, ¿Verdad? -        Si, por favor, ahora no tengo dinero, pero tú sabes que yo te pago. -        Ay Marion, con todo lo que me has dado, que me vas a pagar, ya nos vemos, chao. -        Chao, gracias amiga. Bueno, después de pensarlo un poco caí en cuenta que es una imprudencia mía meter a mi amiga en esto, así que si me ven salir del hospital a pie quizás me sigan, pero si me ven ir a un lugar más normal fuera de las escenas que me relacionen con los hechos de hoy, puede que se vea menos sospechoso, al igual que a mi amiga no la van a ver entrando al hospital ni a la estación, la he mantenido lejos de mi mundo más que nada para protegerla a ella y su familia. Así que salgo del hospital fingiendo ir tranquila hacia el restaurante que acordé con mi amiga Amanda, pero en el camino me cruzo con una mujer muy anciana, ella me ve desde unos seis metros antes de hacer contacto real con ella y me señala con un dedo, siento que todos los que van por la calle me miran, además de la sangre en la ropa, siento que es a causa del dedo de la anciana, la noche está cayendo lentamente después de una hermosa tarde de sol, es irónico que todo esto esté sucediendo para cerrar un día tan grandioso… Al llegar a unos cincuenta centímetros de la anciana sentada en el pórtico de una casa con una mesa en frente y unas cartas con dibujos que nunca había visto, ella me dice rápidamente: -        Tienes la marca de la elegida…eso que quieres saber lo encontrarás en un viaje al sur…pero cuidado con el viento del este. Yo sigo caminando sin dejar de mirarla, mi intuición me dice que debo mirar al frente para no darme con el poste de luz que vi antes que a la anciana, entonces volteo la cabeza para asegurarme de no chocar y cuando volteo la mirada para ver de nuevo a la anciana, ya no está, ni siquiera hay un pórtico en ese lugar, me detengo y me regreso sobre mis pasos, toco la pared, está tan sólida y fría como siempre, entonces de reojo veo que un hombre de vestido n***o con cabello liso de unos ciento ochenta centímetros de altura me está observando, tiene el corte como si le hubieran puesto un tazón en la cabeza, es delgado y nada atractivo, se me comienza a acercar rápidamente, entonces dejo la pared para otro momento y comienzo a acelerar mi paso, no tengo ni dinero ni mi arma a la mano, la dejé en mi escritorio para evitar que se me arrugara el uniforme, comienzo a ver el error, solo el celular y es lo único con lo que cuento para comunicarme, bueno tengo una arma chiquita atada a una de las piernas, pero no tengo tiempo de agacharme en la mitad de la calle a sacarme algo debajo de la falda, veo un pasaje comercial y me meto disimulando, lo sabía, sabía que me iban a seguir, me meto a una tienda de ropa donde hay más mujeres, saco mi Ruger de mi liguero y cojo una pashmina de hilos verdes y negros que hacen juego con mi uniforme, confío en que atrás no esté lleno de sangre, me la envuelvo en mi cabeza, la dueña ni se ha percatado que me la llevo, me quito los tacones y comienzo a caminar entre la gente escondiendo mi arma con mi mano y la punta de la pashmina, con los tacones contra mi pecho metidos entre la chaqueta y mi blusa, camino agachada, salgo por la salida opuesta del pasaje lo que me aleja del restaurante una cuadra, pero veo que el tipo que me seguía ha dejado de hacerlo, entonces antes de salir del pasaje vuelvo a ponerme los tacones y corro lo más rápido que una mujer con tacones puede hacerlo, entonces veo que al correr revelé mi disfraz, porque al girar la esquina para recuperar mi ruta original, el tipo alto vuelve a seguirme, y ahora también comienza a trotar hacia mí. Alcanzo a llegar al restaurante y me meto rápidamente, busco una de las mesas del fondo y me siento disimulando, me quito la pashmina y la chaqueta verde de mi uniforme, me quedo solo en blusa y me suelto el cabello de manera que cuelgue por mi cara, por entre los mechones de mi cabello semi-ondulado y n***o veo que el tipo sigue de largo, un respiro para mi cuerpo y en ese mismo momento llega un mesero a preguntarme que quiero tomar, le indico que por favor me espere que viene alguien más conmigo, él asiente y regresa detrás del mostrador. Pasa el tiempo, calculo unos cinco minutos de reloj, quizás siete, pero se han sentido eternos, sobre todo porque mi blusa blanca sigue llena de grandes manchas de sangre, pero cuando vuelvo a levantar la cabeza la veo aparecer por la puerta trayendo arrastrado un niño de unos tres o cuatro años, con una bolsa azul de tienda de caballero en la otra mano, ahí está mi salvadora. Ella me ve y sonríe, hasta que me ve de cerca y entonces en un susurro me pregunta: -        Marion Durand, no me digas que estás bien, te ves terrible. -        Amanda, amiga, gracias por venir, por favor no me molestes ahora, dame esa bolsa, pide algo para ti y el niño, yo necesito agua. Ella asiente y levanta la mano para llamar al mesero, en ese momento yo me levanto de la mesa tan rápido como puedo y voy al baño para damas. Al entrar hay un par de chicas con el cabello tinturado de rubio por mechones, se están comparando sus anatomías, al verme entrar me miran con desprecio, no me molesta, estoy acostumbrada a eso, pero ellas se sienten tan incomodas conmigo ahí que salen de inmediato. Aprovecho para cerrar la puerta con llave y me desnudo frente al espejo, me limpio la sangre de la piel, y me doy cuenta que no dejé que me curaran las raspaduras en el hospital pero ya  llevo mucho tiempo desde que salí y no he llegado a la casa del alcalde. Así que me visto lo más rápido posible con lo que Amanda me trajo, al rato me miro al espejo y soy una versión más bronceada y alta de Amanda, quizás con más pecho y nalgas, por lo cual me costó un poco subirme el jean así que lo dejo sin abotonar pero la bota me entalla a la mitad de la pierna, me pongo las medias encima de las medias veladas y luego los tenis, con el cabello suelto me veo sexy y la blusa azul claro con el jean me dan un aspecto relajado pero muy de mamá, j aja, se lo tengo que decir cuando esto acabe. Salgo del baño y le entrego en la misma bolsa mi uniforme a Amanda, me tomo mi vaso de agua y le doy instrucciones de cómo salir de allí sin llamar la atención, me envuelvo nuevamente la pashmina en la cabeza y salgo del restaurante. Comienzo a caminar a la casa del alcalde y al llegar encuentro a Rodríguez hablando con algunos sargentos, me ve llegar y me mira de arriba abajo, entonces me dice: -        Mi teniente siempre luciendo bien, ¿Verdad? -        Rodríguez, no sea abusivo y mejor cuénteme que han descubierto. -        Mi teniente, le comento hemos encontrado el RPG tirado, sin embargo analizando la distancia a la que nos encontramos y el ángulo de tiro, creemos que o solo es un señuelo y el rocket fue lanzado desde otra dirección, o tenían a un tirador muy experto, o la más lógica pero a la vez absurda. -        ¿Cuál es? -        Pues mi teniente, que sabían todo el itinerario de la senadora y… -        Tenían un localizador programado de manera que el rocket fuera directo a ella sin importar el ángulo de lanzamiento…-Termino sus palabras basándome en lo que me había dicho Víctor antes y lo que me informa ahora Rodríguez- Pero es totalmente absurdo, eso sugeriría que hay alguien al interior de todo esto, ¿Cómo no lo vimos?, estudiamos todos los perfiles del personal de seguridad, de aseo, de sus asistentes, no lo comprendo… -        Exactamente mi teniente, lo peor es que no hay huellas acá, es como si literal lo hubieran plantado como evidencia… -        Si eso estaba pensando justamente, ¿ya hemos revisado otras ubicaciones desde donde se pudo disparar el rocket? -        Si mi teniente, pero las demás posibles, no son posibles. -        Déjame ver cuales tienen Reviso cuidadosamente la evidencia recopilada por los hombres de Víctor, entonces descubro que la casa del alcalde es la que queda en línea recta hacia la estación, razón por la cual están descartando las demás posibles posiciones, pero la misma voz de siempre me sugiere revisar la iglesia, entonces se lo sugiero a Rodríguez. -        Mi teniente, no puede ser, porque está diagonal a la estación y los testigos oculares indican que iba en línea recta. -        ¿Cuáles testigo oculares?, A ver Rodríguez, dígame cuáles testigos, no quedó ni uno. -        Pues mi teniente en la calle muchos dicen haberlo visto y cuando les preguntamos donde estaban cuando lo vieron cruzar el cielo, los posicionamos en el diagrama que tiene después de esa hoja y… -        Y aparecen todos siguiendo una línea recta. Reviso lentamente todo otra vez y entonces se me ocurre una idea loca. -        Rodríguez acompáñeme -        ¿A dónde mi teniente? -        Vamos a la iglesia. -        Pero mi teniente, ya le dije que no es… -        No discuta, soy su superior, no se le olvide. -        Si señora. -        Además, necesito que verifique, cuando salí del hospital para acá había un tipo alto delgado vestido de n***o siguiéndome, necesito que me cubra la espalda mientras llego al campanario, por eso me cambié de ropa. -        ¡Ah mierda! -        No sea grosero Rodríguez, necesito que me avise, salga por favor de la casa del alcalde y dígame que ve. El Subteniente Rodríguez sale de la casa y mira en todas las direcciones, yo estoy pegada de espaldas al muro que da a la puerta, entonces con la misma actitud relajada con la que salió vuelve a entrar y me dice: -        Mi teniente, la calle está sola. -        Excelente, vamos. Salimos a toda carrera hasta la iglesia, al llegar tratamos de hablar con el cura, o alguien que nos abra la iglesia, pero parece imposible, ya es de noche y nadie responde a las llamadas, entonces veo un muro bajo y tomando impulso como en las competencias deportivas, doy un salto, me impulso con un pie y escalo al muro, luego sigo subiendo por entre los alares de la iglesia hasta llegar al campanario, Rodríguez me mira como si estuviera loca, entonces ahí lo veo, otro RPG bien escondido, además con otro misil listo de respaldo, el cambuche completo de una persona que ha estado observando a través de un arma francotiradora M40, que también ha sido desensamblada y está todo escondido como si fuera un nido de pájaros; le tomo fotos con mi celular y entonces una figura oscura corre por el techo de la iglesia, quiero seguirla pero me tocaría bajar muy rápido, lo dudo al inicio, pero luego me decido y me lanzo dando saltos como rebotando contra algunas de las estructuras del techo, en uno de esos saltos se rompe un poco la loza haciéndome resbalar y en un intento de conservar mi vida me agarro a la pata de una gárgola que encuentro a mi mano derecha, me causa gracia la ironía de que me dieran una pata de apoyo, así que sonrío y con fuerza me impulso hacia arriba, luego comienzo a correr por el techo al igual que la figura oscura, pero va muy lejos y de noche no lo estoy viendo sino por el reflejo de las luces de los carros que pasan por la calle de al lado, entonces llego al final del techo por el otro costado de la iglesia, y miro para abajo, la figura está bajando de la misma manera en que yo subí, entonces me pongo en la tarea de seguirla, pero en ese preciso momento dispara su arma, obligándome a detenerme, por fortuna las balas no me dan, aunque estuvieron bastante cerca, entonces la figura corre de nuevo entre los árboles del parque cercano y es todo, lo he perdido. Bajo como puedo y me ubico en el lugar donde creo haber visto a la figura cuando me disparaba, y bingo, encuentro unos cartuchos vacíos a un metro de donde se encontraba. Los recojo con la punta de mi pashmina que ahora que lo veo agradezco que no se me enredó por allá en el techo, o me hubiera ahorcado. Comienzo a caminar en la dirección opuesta y al llegar veo de lejos a Rodríguez que sigue mirando al campanario esperando verme y alterna mirando a la dirección de la que vengo, entonces le pregunto si tiene bolsa de evidencia, él asiente con la cabeza y le señalo donde puede encontrar más cartuchos como el que meto en una bolsa y nos devolvemos para que recoja la evidencia. Camino a la casa del alcalde me pregunta la razón de mi locura y le confirmo que me subí porque tenía un presentimiento que resultó verdadero y es que había un francotirador esperando algo en el campanario, además de toda la evidencia encontrada, así que mandamos a unos muchachos a revisar la iglesia como posible escena del crimen y al llegar a la casa del alcalde, ahí está Víctor esperándonos y además está un general quien nos dice: -        Señores buenas noches, lo de hoy es inaudito, no podemos permitir que personas buenas sigan siendo asesinadas de la manera en la que cobraron la vida de la senadora, eso sin mencionar que al alcalde se le acaba su mandato de inmediato, los felicito por resolver el caso tan pronto, pero tienen veinticuatro horas para darme el informe de los hechos y establecer el motivo que tenía para matarla, de lo contrario éste señor saldrá libre, y es algo que no podemos permitir, eso sin mencionar que ustedes son los principales sospechosos de colaborar con él, ya que era tarea de ustedes organizar la seguridad para la senadora y sin mencionar la cantidad de compañeros uniformados que perdimos y los demás que están hospitalizados en éste momento. -        Señor, permiso para hablar. -        Hable Teniente, y de paso explíqueme por qué no tiene el uniforme. -        Si señor, disculpe, pero el alcalde no es el principal sospechoso, hemos encontrado con Rodríguez, un cambuche en el campanario de la iglesia, donde está la verdadera arma del atentado. -        Eso son patrañas, ¿Qué pruebas tiene de eso señorita? -        Señor, tengo fotos, además de…esto –levanto la bolsa con los casquillos encontrados- -        Y en las fotos que voy a encontrar, ¿Pasteles? Ja ja ja –Me molesta su comentario machista, pero no me dejo- -        Si señor, pasteles con pólvora adentro, capaz de lanzar rockets teledirigidos, una sniper y además, telas de camuflaje, sin mencionar que cuando llegué al campanario, una figura estaba escapando y me disparó para evitar que la siguiera. -        Ósea no tenemos nada, porque se le escapó, y cuénteme ¿A razón de qué usted subió al campanario?, o es que se creyó bruja. Ja ja ja. -        No señor, si me creyera bruja no estaría dándole parte de los hechos sino devolviendo el tiempo para no tener que verle la cara, señor. Víctor me da un codazo mientras el general me mira fijamente, entonces me dice: -        Argumente su teoría teniente. -        Señor, mi teoría es que el que disparó el rocket lo hizo desde el campanario con un misil teledirigido directo a la senadora, y si señor, eso implica que a pesar de nuestros esfuerzos, alguien desde adentro nos está saboteando, porque tuvo que existir alguien que pudiera poner el marcador en la senadora para asegurarse que el misil la impactaba. -        Pero teniente, lo que dicen los testigos es que el misil iba en línea recta desde la casa del alcalde, es decir desde acá, no desde el campanario. -        Si señor, pero el tirador pudo disparar hacia la casa del alcalde como objetivo y luego el rastreador hizo su trabajo, alterando el curso. -        Digamos que le creo, justifique el arma encontrada acá -        Pues señor, esa arma si se da cuenta está vieja, casi me atrevería a decir que no funciona y está atascada, la pusieron para inculpar al alcalde que era uno de los promotores más fuertes de las campañas de la senadora. -        Señorita, tiene un punto, demuéstrelo y se libran usted y su compañero de una investigación más grande, sin embargo, tiene aún que encontrar al ratón que tienen, porque esto que ha ocurrido es gravísimo. -        Sí señor. – Respondemos al unísono tanto Víctor como yo. Después de ese desagradable encuentro Víctor me regaña por altanera, pero yo solo le digo que le respondí en el mismo tono que el general me estaba hablando, luego me pide que le explique lo que encontré con Rodríguez entonces me dice: -        Compañera Durand…Camine a la estación, la noche es larga.
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