Calisto entonces vió cómo multitudes de demonios corrían a toda prisa hacia la puerta y de ella salieron increíbles seres demoniacos. Entonces Cal comprendió que estaban soberanamente jodidos, si esas cosas lograban salir de ahí estarían perdidos. - ¡LUZBEL! Gritó Cal. El ángel volteó a verlo. - ¿Que?… - ¿El material del que está hecha Ayra resistiría altas temperaturas?. Le preguntó Cal. - Supongo que sí… ¡Dame un momento y me inmolaré más! Le gritó Luzbel. Cal volteó a ver a Josna. - Hijo, corre y aléjate lo más que te sea posible por favor. Le pidió Calisto al joven quién lo miraba espantado al ver a Luzbel tratar de contener a las hordas de demonios. - Pero padre… Comenzó a decir el joven. - ¡LARGO!… Le instó Cal. Josna comenzó a correr despavorido lo más lejos posible