Hellen y Eros se hallaban atrapados en una cámara y alrededor de ellos habían seis demonios muy extraños. Los seis eran demasiado altos y delgados, desnudos, tenían senos voluminosos y a la vez gen*tales masculinos. Sus cabezas eran largas y puntiagudas con dos pares de cuernos medianos y curvos, no tenían ojos pero si enormes bocas atestadas de dientes. Sus extremidades eran muy largas y sus dedos terminaban en afiladas puntas. Estos los acechaban y soltaban risas maliciosas. Hellen entonces cerró los ojos y gritó: - ¡Anae Volare!. La joven se rodeó de electricidad y rayos violetas comenzaron a hacer que se elevara del suelo por apenas unos centímetros. Luego la joven comenzó a lanzarles rayos a dos de los seis demonios, electrocutándoles. En eso, uno de los que no habían sido alcanz