CAPÍTULO SIETE Thor estaba sentado erguido en el filo de su pequeña barca, con las piernas cruzadas, reposando las manos sobre sus muslos, de espaldas a los demás mientras miraba al frío y cruel mar. Sus ojos estaban rojos por haber llorado y no quería que los demás lo vieran así. Sus lágrimas se habían secado hacía rato, pero sus ojos estaban todavía sensibles mientras observaba el mar, perplejo, preguntándose sobre los misterios de la vida. ¿Cómo se le había concedido un hijo, solo para arrebatárselo? ¿Cómo podía alguien a quien quería tanto desparecer, serle arrebatado sin aviso y sin oportunidad de regresar? Thor sentía que la vida era inexorablemente cruel. ¿Dónde estaba la justicia en todo esto? ¿Por qué no podía su hijo volver a él? Thor daría cualquier cosa - cualquier cosa - c