Harry. Me quedé mirando esa cosa en el tobillo como si fuera una especie de artilugio alienígena. Sólo con verlo apretado contra mi tobillo, me dan ganas de golpearlo hasta hacerlo pedazos. Pero me meteré en problemas por intentar romperlo. Hace toda esa mierda de gismo-tecnología y yo no quería ni ponerme a pensar en ello. Terminé de comer la cena que María cocinó para todos nosotros y, tras constantes persuasiones, mi madre consiguió que María se uniera a nuestra cena. Era una mujer mayor e histérica con mucho entusiasmo. Aprecié su actitud. Era simplemente genial. Serenity permaneció en silencio mientras transcurría la cena. Se notaba que aún se sentía avergonzada por lo de antes. Ni siquiera podía mirar a María sin ponerse roja. Me pareció muy divertido, de verdad. Luego se ofreci