POV DARKO ROMANOV —¿Qué sabor de helado llevará? Quedé perplejo ante esa simple pregunta. No sabía un carajo del sabor que deseaba Isa, jamás lo dijo y a la mierda que no la llamaría. Decidí tomar la solución más práctica: llevar todos los malditos sabores de helado que tenían, tres potes de cada uno, lo mismo con los dulces. Aún no comprendía por qué estaba triste, pero al ver cómo su vida había cambiado y el esposo que ahora tenía, era comprensible que experimentara sentimientos encontrados, pero quería creer que se estaba acostumbrando a mí, aunque fuera un camino difícil. Saqué rápidamente mi teléfono y llamé a Lena, seguramente ella sabría algo. —Me agarras un poco ocupada, ¿qué sucede? —Isabella está triste, ¿sabes por qué? —pregunté. —¿Me estás llamando para saber si Isabel