Ernesto se quedó observando la delgada figura de su esposa, no despegó la mirada hasta que la vio perderse tras la finalización de la cancha. Su mirada inexpresiva direccionada en esa dirección hizo cuestionar a Geomara. Mahianela se sentó debajo de un árbol, la fresca sombra de este hizo refrescar su cuerpo. Mahi cerró los ojos y suspiró mientras sentía la brisa acariciar su rostro, aquel fresco viento le recordaba su pueblo allá en la isla San Cristóbal, que tenía como nombre el mismo de la isla, ¿cómo pudiera volver a su isla y correr por los prados junto a sus hermanos? Una amarga sonrisa se le formó al recordar que a su pueblo no podría regresar después de tres años. Estuvo un rato divagando en los recuerdos, luego abrió un libro y empezó a leer. Estaba concentrado en eso cuando