Evan. Mi corazón late como loco dentro de mi pecho. Realmente parece un maldito caballo purasangre compitiendo en su más grande carrera. Golpe, golpe, golpe. — ¡Sólo cálmate, vas a terminar matándonos! — Violet grita, sosteniéndose del asiento del auto mientras conduzco hacia el hospital en donde dijeron que Matt se encuentra. Bilis corre por mi garganta cuando mil imágenes del mocoso corren por mi mente. — ¿Cómo diablos puedes estar tan tranquila? — No pretendía que me saliera como un gruñido, pero simplemente no pude controlarlo. — ¡Ya te lo dije, porque sé que él está bien! — Grita con frustración —. No es la primera vez que pasa. Matt sufre de asma, estos ataques le dan algunas veces. Siempre tiene su inhalador a mano, por eso sé que está bien. Sin embargo, siempre que sucede en