8. DESTRUCTORES DE MUNDOS

1191 Words
En el mundo real, dos días después de mi accidente, eran las 5 de la mañana y Cristian no pego el ojo en toda la noche, sabía que al despertar todo seguiría igual y que al dormir no cambiaría nada (La verdad es que estaba destruido, aceptar lo que sucedía era aceptar que me perdería y es aquí donde le abro paso a su relato) Narrado por Cristian… Y no es fácil recibir la noticia de que el único ser que te amo y te dio una razón para vivir ya no este, Ciana no estaba, pero Luciana sí, que se supone que debo hacer, pese a todo éramos la dupla ideal, éramos perfectos juntos, tan perfectos que pudimos destruir mundos enteros, alimentarnos de ellos y hacernos ricos de sus sobras, éramos tan perfectos que la oscuridad comenzó a temernos, que las ideas llovían y los planes se maquinan a la par de nuestro bailar, el sol salía solo cuando ella me sonreía y se escondía con sus lágrimas, hice todo por ella, pero jamás alcanzaré a hacer todo lo que ella hizo por mi, el amor nos absorbió a tal punto de que si seguíamos juntos no solo destruiríamos personas mal llamadas mundos, sino que poco a poco haríamos coalición, éramos uno, una sola mente haciendo lo que sus corazones les dictaban era una pareja perfecta, que bien supo separarse para no hacer más daño, Ciana y yo hemos hecho todo el mal imaginado, éramos los villanos y cuando nació Luciana, la luz reino, pero para ello debemos decirnos adiós… DESTRUCTORES DE MUNDOS Cuatro años atrás… Ciana estaba apunto de dar a luz y yo ya no podía soportar fingir ser una familia, no podía llegar del trabajo y verle postrada en una cama con dolores de parto, no podía levantarme y verle a mi lado apagada, opacada por mis triunfos, después de todo yo seguía con mi vida y ella cargaba con toda la oscuridad que nos perseguía, sentía como mi presencia la acordonaba de malos recuerdos y la llenaba de culpas que solo yo debía llevar, Ciana no dormía, se levantaba a gritos pidiendo perdón, yo ya no podía con eso, fui un cobarde - ¿Cómo qué te vas?. Pregunto Ciana Acostada en la cama intenta sentarse, pero el dolor no la dejaba siquiera moverse, yo me acerque a ayudarle, pero en cambio solo recibí manotazos - no! no… estamos bien. Gritaba mientras usaba su fuerza para estrujarme - si estamos bien, pero no puedo más. Respondí vilmente - ¡Cobarde!!!. Grito en un grito tan liberador que entendí lo que debía hacer Fui un cobarde y esa madrugada tomé mis cosas y me marché, tras de mí dejaba al amor de mi vida, tras de mí dejaba mi felicidad, tras de mí dejé mi alma gemela… Con el tiempo mi corazón se acabo de enfriar, sentir no era opción, sentir y dejar que ella se metiera en mi mente era darle cabida a más maldad y es que por nada éramos los destructores de mundos. En el presente, no dejaba de pensar en todo lo que habíamos pasado, en sí nos merecíamos tal dolor, yo tal vez lo merezca, pero esa niña en mis brazos no merecía que su madre no le despertara con un beso de amor, esa niña no merecía un padre como yo, el cómo continuar ya ni siquiera depende de mi valía, sino del despertar de Ciana, mi deber era sostenerme en el amor de mi hija… Me levantó y me baño, todo por inercia, luego de estar listo preparo el desayuno, tenía una llamada perdida de la madre de Ciana, quien había tenido una complicación, el medicamento le estaba llenando los pulmones y corría el riesgo de ahogarlos, curiosamente la estaba matando aquello que le daba de respirar. Guardo la calma y despierto a Luciana, ella muy obediente se arregla, ninguno de los dos pronunció palabra, la alisto lo más rápido posible - ¿por qué corres, paso algo?. Pregunto Luciana preocupada - no cariño, pero come rápido. Respondí sin poder decirle la verdad de lo contrario sufriría mucho - me cuidara mi tía, mi tío Luis Angel no me quiere y no se porque. Dijo Luciana confundida - si te quiere, es solo que es como tú madre, no les gusta demostrar afecto. Respondí sin querer hablar de más Me encontraba de afán, llame a la editorial y avisó de que no iría hoy, Luciana por fin se arregló, demoramos una hora para llegar al barrio, todo parecía estar en mi contra, desde el masticar lento de mi hija, hasta el tráfico y no poder parquear. La esposa del tío de Ciana la cuidaría, su nombre era Andrea, la hermana de Ciana no podía cuidarla porque tenía que estudiar por la mañana y por la tarde tenía técnica, el hermano trabajaba, la única que quedaba era Andrea (Cosa que no me hacia muy feliz ya que ni Ciana confiaba en aquella señora) Luciana se despidió con un beso en la mejilla y entró a la casa, verle darse la vuelta me hizo sentir cuán insignificante era para mi, pero para aquella niña era lo único que tenía… Luego de dejarla y prometerle que todo estaría bien, voy directo al hospital en donde el doctor no tenía buenas noticias, Ciana se ahogó con su dador de oxígeno y yo solo recordaba… Años atrás… No teníamos a Luciana, éramos tan libres e implacables que solo quedaba disfrutar de lo que teníamos, una noche en la playa algo le cayo mal y empezó a ahogarse en su propio vomito, yo lloré y la puse en mis brazos ayudándole a sostenerse de lado para que no se ahogase, mientras yo sentía como moría ella solo reía, le causaba gracia el escenario tan mágico, playa brisa y mar y ella vomitando, esa noche me enoje con ella y al ver que ya estaba bien la deje sola, ella me busco en nuestra cabaña y me explico el porqué de su risa ante este horror - Amor mírame… estoy bien y si reí es porque tu llorabas… sentí miedo, pero no por morir ahogada en mi vómito, sino por ti, quería que ese mal momento fuera apocado por una historia de la pelada que se ahogó por arroz… Amor esta no será la ultima ni la primera vez que nos vemos morir, somos destructores de mundos, debemos enfrentarnos a un ahogamiento, aun disparo, aun envenenamiento, a una puñalada, amor todos el mundo quiere nuestra cabeza y nosotros solo reiremos. Respondió con tanta naturalidad que yo solo pude abrazarla En la actualidad… En el presente sonreí y pedí verle, ella estaba postrada en la cama y extrañamente la acompañaba una leve sonrisa, confíe en sus palabras, confié y elegí creer que el escenario era perfecto para burlarse de la muerte, que sería la pelada que entró en coma y despertó ¿Por qué? La respuesta es porque éramos destructores de mundos y el mundo en el que se encontraba mi amada era una prisión que la que ella misma se rescataría, solo debía ser paciente y esperar.
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