2. MORTAL

1025 Words
Hoy por hoy puedo decir que fue un intento de homicidio, tengo muchos enemigos y todos dispuestos a matar por venganza, en esa noche no lo supe, nadie lo vio venir, fue un trágico accidente que por poco y acaba con mi existencia. El semáforo estaba en verde, yo contaba las cebras en tanto que trataba de disimular mi agonía, pensé en llamar a Cristian para ver como estaba Luciana, pero me abstuve de hacerlo, fue entonces en mitad de la calle cuando aquella camioneta pasó por encima de mi… Solo sentí cuando la camioneta se fue y pocos segundos después los vecinos empezaron a gritar y a pedir ayuda, jamás me había sentido como esa noche, tenía escalofrío y no podía moverme o hablar, era una impotencia y una angustia que no podía con ella, sentía y oía todo, pero al perecer ellos a mi no, mi vecina llamó a la ambulancia, mientras otros decían que era mejor llamar a la policía, o a la funeraria. MORTAL Esos minutos se volvieron eternos, la mortalidad era lejana y a la vez se encontraba encima de mí, por fortuna la ambulancia no se demoró mucho en ir hasta lo que muchos llamaban la escena del crimen, era un gran accidente ya que hasta la policía fue, estaban acordonando la zona, en mi desespero siento cuando dos paramédicos me montaron en la camilla, el cuerpo me empezo a doler y no podía abrir los ojos, cerrando la puerta de la ambulancia, me doy por vencida, moriría sola. - Ciana!!!. Grito Cristian Esa voz, la voz de Cristian gritando mi nombre, me devolvió a la vida, pude sentir el llanto de Luciana al parecer no lucía bien tampoco sentía mis piernas o mis manos, todo era tan extraño - qué está pasando qué ocurrió!!!. Grito Cristian desesperado - ¿Usted la conoce?. Preguntó uno de los paramédicos - es mi mamá. Interrumpió Lucíana, se encontraba llorando - está muy herida, debemos llevarla al hospital. Dijo una mujer con voz grave - Yo los acompañare. Respondió Cristian subiendo a la ambulancia con Luciana en brazos Intentaba moverme y responder a lo que el paramédico me decía, pero no era capaz de modular, por lo que oía Cristian estaba llamando a mi madre, de pronto sentí una pequeña mano suave y delicada encima de la mía, era Luciana quien lloraba encima de mi cuerpo, un hombre le pide que se retire y en cuestión de segundos sentí como chocaba con la electricidad, mi mente y mi corazón se pausaron, recuerdo que abrí los ojos y vi una luz blanca, los gritos de Luciana me aturdía, no fui capaz de resistir y el dolor volvio, mi cuerpo habitaba y el oxígeno no me llegaba al cerebro, creí que había muerto… Me llevaban a la Pablo Tobón, allí me atendieron, por un instante no vi ni sentí nada más que miedo, cuando volví a mi cuerpo todo era oscuro y lo poco que se veía era borroso, sentí cuando me remitieron a una sala, Cristian cuidaba de Lucía na, quien no tenía ni idea que pasando - El señor debe llenar este papeleo para poder proceder. Dijo una enfermera - si señorita… ya voy. Respondió con voz confusa Mientras él daba mis datos, mi madre llegó sonaba desesperaba, cuando me vio se quedo impactada, su nombre era Lucero, mis hermanos estaban con ella y tuvieron la misma reacción (Mi hermano se llamaba Luis Angel y mi hermana Susana, lo recuerdo porque lo anoté antes de que se me olvidará) Una vez más intente modular, pero conseguí algo peor, mi cuerpo empezó a rebotar y no resistía la medicina que me daban, abrí una vez más mis ojos, pero no veía más que a los enfermeros, todos decían que me veía muy mal y que si sobrevivía era un milagro, sentía toda la sangre escurriendo por mi cuerpo, cuando me remitieron a otra sala todo se me hizo familiar, los sonidos, el olor y todo lo que oía al parecer ya lo había vivido, deje de sentir y de percibir, no me quería morir no ahora, volvi a perder los sentidos y toda dirección de mi vida, ya no escuchaba a nadie conocido. Desperté en mi habitación todo parecía igual a excepción de que había mucha luz, creí que tuve un sueño horrible o una pesadilla bastante real, por la hora, me cogió la tarde llame a Luciana para ver si ella había apagado la alarma, pero no me contestaba, le llame por segunda vez y nadie respondió a la tercera le grite, me levanté y me puse rápidamente la bata y unas chanclas, cuando abrí la puerta faltaba el televisor, algunas recuadros y todas las fotos, solo había un mueble, creí que era un robo así que busqué mi celular para llamar a la policía, no encontraba a mi hija y eso me aterrorizaba, no lo encontré así que volví a la sala, esta vez estaba un hombre alto y de buen parecer, era guapo y de mirada profunda, me asuste y le grite este no dijo nada, se quedó mirándome fijamente - no llamaré a la policía… si solo me das a mi hija, llevate lo que quieras, pero a ella no. Dije asustada en un solo temblor - no soy un ladrón, no te equivoques. Respondió el tipo - debo seguir soñando, esto no es real, la pesadilla no ha acabado. Susurré pellizcandome el brazo del desespero - estás en un sueño que solo los valientes pueden despertar, bien te has merecido tu nombre Temor. Dijo el tipo - Ese no es mi nombre. Le grité muerta del miedo - entonces cual es!!! Vamos dime cual es tu nombre o quién eres. Replicó el hombre calmadamente Le iba a responder cuando me di cuenta que no recordaba mi nombre o mis apellidos y tenía recuerdos muy borrosos a excepción del accidente, no recordaba nada de mi vida - no temas te acostumbraras como todos aquí. Interrumpió el hombre acercándose a mi - quiero a mi hija ahora!!! maldito loco. Estaba cansada de su insensatez y le grité una vez más
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