La misma noche París Leroy Tener un enemigo sin conocer sus secretos es como estar caminando a la deriva, confiar en tus instintos para no perder la partida. Lo peor en un giro drástico puedes tener la soga en el cuello, porque no sabes a quien te enfrentas. En otras palabras, no basta tener un rostro, debes arrancarle la mascará y conocer sus debilidades, su pasado, pero ni aun así la victoria está garantizada, más bien se requiere de talento, audacia y estrategia para obtener lo que buscas. Debes ser como una serpiente moviéndote entre las sombras para atacar justo en el momento indicado y destrozar a tu presa. Quise jugar al pretendiente enamorado, seguir los consejos estúpidos de Paul y la perra de Caroline para ganarme la confianza de la fiera, pero estaba bastante renuente y me