—Estás oficialmente enfermo —sonrió Kent tras mi anuncio de esta noche. —Ah, Kent, todos estamos un poco locos a veces —Le dije. Se dio la vuelta y levantó una ceja—. Pero esto es diferente —dijo Kent—. Vas a tener una cita con Harry Stone después de sus horribles acciones hacia ti —Me dejó claro. Me levanté en el mostrador, y me puse detrás de él. Me dirigí a la máquina de café, y preparé un poco de café para Kent y para mí. —Yo lo llamo más bien una cena amistosa —dije. —Esas no son sus intenciones —se burló Kent. —Kent —le supliqué—. No haría esto, si no hubiera una buena razón para ello. —¿Cuál es la razón entonces? Kent me preguntó con curiosidad, decidido a obtener la respuesta. Bueno, no podría decir que vi a Harry masturbándose por mi culpa. Si le contara eso a Kent, ya no e