Harry Stone
...
Cerré la puerta principal detrás de mí. Vicky y yo llevamos su pequeño coche a su casa, para poder llevarla conmigo a mi residencia. Encendí las luces de mi mansión y acompañé a Vicky al salón. Ella tomó asiento en el mullido sofá n***o en forma de L que tenía, y yo me excusé por un minuto.
Cogí una botella de vino tinto y dos vasos. No iba a emborracharla, sólo necesitaba un analgésico si las cosas no salían a la perfección. Puse las copas sobre la mesa, y las llené con el alcohol rojo. Le entregué a Vicky un vaso y ella me lo agradeció en voz baja.
Tomé asiento en el sofá. No quería sentarme junto a ella, por mi propia seguridad, así que me senté un poco más lejos.
—Voy a contarte un montón de cosas —le dije—. Y quiero que escuches con atención, y si quieres tirarme
