Pude sentir su inhalación en el pliegue de mi cuello cuando se acercó. El aroma de su irresistible colonia en su cuello nubló mis sentidos. Respiré con fuerza cuando sentí que me daba un suave beso en la piel. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal cuando las yemas de sus dedos apartaron algunos mechones sueltos de su camino. Dejé caer la cabeza hacia un lado, dándole más acceso a mi decolette. Nunca había experimentado algo tan hermoso.
Un suave suspiro cayó de mis labios al pensar en cómo recordaría este momento. Estábamos sentados en el sofá, con la mano de Harry sujetando la mía de forma protectora. Sus labios rosados y fruncidos presionaban firmemente la textura de mi piel. Su suavidad y delicadeza era algo que no había experimentado antes, y era ligeramente consciente de que Harry
