León
Encontrarme con Emily en el cementerio fue… raro. sentí que invadí su vida privada, me reclamó el por qué y cuando supo que lo tuve en brazos… sus gestos, su cara, su cuerpo, todo emanaba tristeza y rabia, realmente no fue justo que no haya podido estar ni una sola vez con él.
La observo echa un ovillo en el asiento de copiloto de su auto mientras la llevo a su casa y mi pecho se hace chiquito. Desearía poder quitarle ese dolor, que ya no sufra más, pero no puedo hacer nada más que ser un simple espectador.
Cuando llegamos a su casa esta dormida, por lo que busco la llave en su cartera y la llevo en brazos, busco su habitación y la llevo, cuando intento dejarla sobre la cama, sus brazos se aferran a mi cuello.
—Emily, princesa, ya llegamos a tu casa. Necesito que me sueltes.
—Mm
