Brian y yo llegamos a casa después de viajar desde Cannes, lugar en donde cerramos con broche de oro la temporada de otoño. Sin duda alguna había sido mi mejor temporada hasta ahora. Había vuelto a salir en todos los medios de comunicación, y esta vez no por haber exhibido mi físico ni porque me relacionaran otra vez con mi famosa familia, sino porque los críticos más conocidos de la industria no me habían perdido de vista, y estaban ejerciendo presión sobre el director Dimitri para que me subiera a primera bailarina. Consideraban que yo bailaba incluso mejor que Camille.
Brian había intentado hablarme todo este mes, pero entre viajes, recitales, y toda la cosa, le había quedado complicado. Mas porque habíamos estado separados la mayor parte del tiempo. Al ser asignados a ballets diferent
