La cumbre del deseo

2894 Words

En total amargura y una profunda tristeza, subí al despacho y me encerré allí. Me sumergí en el trabajo. Algo tan básico como organizar unas miserables copias según el orden cronológico que tiene marcado en el expediente, que antes me hubiera parecido monótono, me ayudó a distraer la mente por un par de horas, y al terminar cuando me di cuenta que aun es temprano para devolverme a la casa que Anthoni escogió arbitrariamente como mi nuevo refugio, revisé la lista de pendientes que la abogada Iliang había organizado para hacer el resto de los días. En principio la idea era venir solo un par de horas, atender lo más urgente e irme a casa. Eso lo previmos en una situación diferente a la que estoy viviendo hoy en día, aunque las abogadas, e incluso el mismo Anthoni, desconocen mi vida. Ningun

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