De número desconocido: Necesito verte. Arqueo una ceja y releo el mensaje otra vez. Una pequeña sonrisa surca mis labios; ¿Qué desdichado podría necesitar ver al mismo diablo? Tendría que estar muy desesperado para hacerlo. Subo las piernas al sofá y escribo una rápida respuesta. ¿Quién demonios eres? De número desconocido: Soy tu conciencia. La cual está muy sucia, de hecho ;) ¿Ah sí? Pues toma esto, conciencia .l. De número desconocido: ¿Qué mierda significa eso? Imagina que es mi dedo medio el que estás viendo. —¿Por qué estás sonriendo? —bajo el móvil y observo a mi padre salir de la cocina, mantiene su cadera apoyada a un costado de la puerta, mientras me observa con la cabeza ladeada con notoria curiosidad. —No estoy sonriendo, viejo. —Claro que lo estás —asintió, viéndo