EL VANIDOSO LEONEL MALDINI

1268 Words
Comprendiendo su situación le llevo a casa para que hable con mi madre y pueda quedar las cosas en paz. Cuando llegamos mi padre se echa de rodillas ante la presencia de mi madre suplicándole perdón, ella está a punto de rechazarlo otra vez, pero mirándole a los ojos le digo: — ¡Mamá, ten un poco de misericordia! No le queda mucho tiempo de vida, en verdad está arrepentido y dispuesto a reparar todo el daño que te ocasionó en el pasado. Al escuchar esta verdad y mis palabras llenas de compasión, mi madre cierra los ojos por unos segundos hasta que se hinca para levantar a mi padre, ella le mira a los ojos por unos instantes hasta que le dice estas palabras: — ¡Diego!, ¡Diego! No importa lo que pasó en el pasado, te perdono de corazón debes saber que siempre no he dejado de amarte. Tú has sido el único hombre en mi vida. —El rostro de mi madre emana ternura y dulzura. — ¡Gracias Antonella por recibir tu perdón!, te pido que me permitas vivir estos dos años que me quedan de vida junto a ustedes. —Le dice mi padre secando lágrimas de los ojos. Viendo aquella escena del reencuentro de un amor perdido, me pongo a llorar al ver ese sentimiento que emana de ellos. Todo paulatinamente se está solucionando, mi padre invita a mi madre viajar a Argentina donde tiene una compañía de seguros, pero ella gentilmente le contesta que prefiere quedarse en su pueblo natal. Yo en cambio viajo con él para entrar a la universidad y validar las asignaturas con las de mi antigua universidad. Mi madre acepta gustosamente que viaje con él, al fin y al cabo eran los últimos años de vida que le queda. Es justo que lo disfrutemos juntos. En aquel instante mi madre se dirige a la cocina para preparar café con pan y un delicioso queso hecho por uno de los vecinos. Mientras sigue ocupada mi padre y yo nos sentamos en la sala conversando a cerca de su enfermedad. —Diego y Jully, el café está listo, vengan a la cocina. —Nos dice amablemente. Al dirigirnos a la cocina, todos nos servimos el pan, el queso y aceitunas. Es un ambiente de paz y mucho, mucho amor. Mi padre mira fijamente a mi madre, ella tambien hace lo mismo. Ellos se aman a pesar de los obstaculos que atravesaron en la vida. Una semana después Es el momento de la despedida y mi madre con alegría en su rostro, me abraza dándome la bendición y recomendando a mi padre que me cuide como a la niña de sus ojos. Por último ellos se quedan mirando a los ojos con mucho amor. Buenos Aires, Argentina Buenos Aires es la gran capital cosmopolita de Argentina. Su centro es la Plaza de Mayo, rodeada de imponentes edificios del siglo XIX, incluida la Casa Rosada, el icónico palacio presidencial que tiene varios balcones. En aquella ciudad mi padre don Diego Brandi, tiene su imponente compañía de seguros que es considerada como una de las más importantes de Latinoamérica. En la parte residencial ostenta una mansión hecha con retoques victorianos combinado con la arquitectónica contemporánea. El lugar tiene una sala inmensa, comedor para invitados, tres cocinas, varios pasadizos, siete baños y más de 12 habitaciones sin contar con la sala de juegos, la cancha de tenis y la piscina que parece olímpica debido a su tamaño, pero lo que más me gusta son los jardines rodeado de innumerables flores de variados colores y el césped cortado a la perfección. Docenas de empleados trabajan manteniendo a la mansión impecable. Todos son amables a excepción de una mujer que viste con elegancia, es hermosa de cabellos rubios, ojos celestes, nariz fina y labios rojos como el carmesí. Es alta para ser mujer, tiene muchas joyas en las muñecas, un anillo de oro y un collar de diamantes que cuelgan en su delicado cuello blanco. No cabe duda que es una mujer imponente. Cuando se acerca mi padre me la presenta: —Jully ella es mi hija Sara de quien me siento orgulloso. —Dice mi padre con alegría y brillo en los ojos. —Un gusto conocerla señorita Sara. —Le digo con cierto recelo. —Papá, ¿Ella es tu hija ilegítima? —Le dice mirándome de pies a cabeza con arrogancia y desdén. —¡Sara más respeto con tu hermana menor!, deseo que las dos se lleven bien como lo más preciado que tengo en la vida. —Le contesta abrazándonos a las dos. Desde el principio me doy cuenta que mi hermana mayor tiene ciertos celos por mí, pero espero que al pasar el tiempo nos llevemos mejor y evitar cualquier tipo de mal entendido. Cinco días despúes Universidad de Buenos Aires, Argentina Catalogada como la mayor universidad de Argentina y considerada uno de los centros de estudios más prestigiosos de América y del mundo por su calidad de enseñanza, su nivel de investigación y su internacionalización. Este es mi nuevo lugar de estudios siguiendo la carrera de Administración de Negocios Internacionales, convalidando mis asignaturas de mi antigua universidad en Milán, Italia. Es la primera clase que asisto, los alumnos aquí son un tanto distintos a los italianos en su forma de hablar y vestir, pero su presunción por ser hijos de millonarios se asemejan en lo absoluto. De entre todos ellos hay uno que destaca sobre los demás, Leonel Maldini su nombre, es uno de los hombres más guapos de la universidad y la aseguradora donde trabaja. Es de gran estatura, cabello castaño corto, ojos verdes de piel blanca y una sonrisa que derrite a cualquier mujer. Es vanidoso por ser hijo de una de las familias más adineradas de Argentina, y ser el galán de galanes en todas partes donde va, a centenares de mujeres ha roto el corazón. Este es el hombre con quien menos pienso tener a mi lado, esos presuntuosos hijos de ricos no me caen para nada bien, peor aún si son conocidos por tener la fama de mujeriegos. Para mi mala suerte, él es unos de mis compañeros de clases en tercer semestre. Las asignaturas convalidadas en la universidad de Milán me dividen para estar en primero, segundo y tercer semestre. Afortunadamente solo lo veo en las clases de Matemática Financiera, Microeconomía y Administración III. El profesor de Microeconomía nos envía hacer un trabajo en equipo, la designación de los grupos se hace por sorteo. ¡No lo puedo creer!, justamente el hombre más detestable sale sorteado en mi grupo. Con desagrado tengo que aceptarlo en el equipo. — ¿Parece que no te agrado señorita Jully?, —Me dice Leonel con presunción y cierto cinismo. —Dedíquese a estudiar que la tarea debemos presentar pasado mañana. —Le contesto con enojo. — ¡No eres la primera ni la última mojigata que se resiste a mis encantos mina! Tarde o temprano serás una más en mi vida. —Jaja, jaja, jaja se ríe burlonamente. Estoy a punto de explotar hasta que otra chica se acerca a Leonel para darle un beso en la boca delante de mí. Sus besos son lujuriosos como dándome a entender lo que me estoy perdiendo. —“Si ves Jully como las tengo muertas por estar un momento conmigo”. —Me contesta alardeado el macho alfa que se cree. Le lanzo una bofetada antes de marcharme, pero pese a lo vanidoso y presuntuoso que es, no he dejado de pensarlo durante toda la noche.
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