Pasa una semana en la que mi rutina es siempre la misma, me levanto a las cinco para poder tener tiempo para arreglarme y también vestir a mi hijo y darle de comer, salimos a las siete y después de una larga despedida en su guardería camino dos cuadras hacia el gimnasio, hago lo que me pida Cameron y a las doce me encuentro comiendo con los muchachos, salgo del trabajo a las cuatro y busco a mi hijo para ir a la casa de Amy y Charlie hasta muy de noche, Charlie nos lleva en su auto y ya en el departamento duermo junto la luz de mis ojos hasta el día siguiente, y hoy parece ser igual, son las nueve de la mañana y me encuentro haciendo unas cuentas para Cameron, al parecer quiere abrir otro gimnasio un poco más pequeño en otro estado, tenemos mucho que hacer, escucho mi celular sonar, sin ver el identificador lo pongo entre mi hombro y mi oreja y sigo con lo que hacía.
- ¿Buenas? - al otro lado de la línea escucho el llanto de mi hijo, suelto lo que tenía en mi mano y me pongo rápidamente de pie.
- ¿Señora Davis? Es la maestra de Ethan, Flor, llamaba para que por favor viniera a una pequeña reunión, hubo un pequeño problema y su hijo está involucrado - siento mi sangre hervir, tengo los nervios a flor de piel y no sé si voy a llorar o a gritar, quizás ambos.
- ¿Qué ocurrió? - Tomó mi bolso y camino lo más rápido que puedo al despacho de mi jefe, solo está a una pared de distancia, pero se siente como si tuviese que cruzar un océano entero.
- Tuvo una pelea con un niño mayor, aquí le contaremos los detalles, el representante del otro niño ya viene en camino - abro la puerta y me consigo a Cameron hablando con Noah, él está cada día más atractivo, y la última vez que hablamos fue hace una semana y nada más fue un saludo, pero sinceramente no tengo tiempo para quedarme viéndolo como idiota, Mamá Osa está al borde de una crisis nerviosa.
- Voy para allá - cuelgo y miró a ambos hombres que me ven con asombro - Señor Wolf, tengo una emergencia, necesito irme, lo siento, mañana trabajare horas extras - lo miro con súplica, no quiero que me despida, pero necesito irme.
- Tranquila, linda ¿Todo bien? - Noto la preocupación en su voz y le dedico una pequeña sonrisa.
- Me llamaron de la guardería, hubo un problema con Ethan, mañana le cuento mejor - juego con mis manos de manera tímida, bajé la mirada - ¿le molesta si mañana traigo un pequeño ayudante a trabajar? Le aseguro que se portará muy bien y no interferirá en mi trabajo - su mirada cambia por una paternal, siento la mirada de Noah puesta fijamente en mí, logrando ponerme aún más nerviosa.
- Claro, linda, no hay problema - le agradezco y después de despedirme de ambos camino todo lo rápido que puedo hacia la guardería, me despido fugazmente de Elizabeth y aceleró aún más el paso.
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Al llegar a la guardería entró en dirección, allí se encuentra mi hijo con su labio roto, un niño de al parecer siete años con una ceja rota y un poquito de sangre saliendo de su nariz, un hombre de unos cuarenta sentado a su lado viéndome de arriba a abajo, repugnante, la directora de la institución al otro lado del escritorio y la maestra de mi hijo a su lado, miro a todos con notable molestia, Mamá Osa está realmente cabreada.
- Buenos días, me gustaría saber que ocurrió - digo brusca, la profesora me ve con impacto al igual que la directora y el señor asqueroso sigue con su mirada libidinosa, me acerco a mi hijo y lo levanto para sentarme en la silla que ocupaba, lo siento sobre mi regazo dándome la cara y él hace un puchero con sus ojos cristalizados, acaricio su mejilla y beso su frente, lo abrazo, esconde su cara en mis pechos y yo juego con su cabello para calmarlo, le dirijo una mirada cargada de odio a la maestra.
- Juro que los deje solos un momento, León se había escapado de su aula, él esta unas clases más avanzado, y de allí no sé qué paso, cuando llegue Ethan le había tirado un carro de juguete a su nariz y ya tenía los otros daños, no se quien comenzó - ahora le dirijo una mirada llena de molestia al padre del niño, yo digo que gran parte de la educación viene de casa y los valores que te enseñan allí, si a él le gusta molestar a niños menores sus padres deben influir en algo.
- Bueno, preciosa, los dos niños están golpeados, asumo que también tu hijo tiene algo de culpa, mi niño no actuaría de esa manera sin motivo ¿Qué tal si mejor lo dejamos así? - estira su mano hacia mí, pero lo ignoro por completo - Está bien, puedes pasarme tu número y quedamos en una salida, quizás una cena, para compensar lo ocurrido aquí - lo miro incrédula.
- ¿Quien se cree? Yo pienso que es mejor que comience a enseñarle mejores valores a su hijo, no es culpa de él, es suya, y déjeme decirle que estoy muy segura que no necesito compensar nada con usted - me pongo de pie, miro hacia la profesora y la directora. - Sería agradable que mejorarán la calidad de los profesores de esta institución, es una sugerencia - salgo de allí sin dejar a nadie hablar, tomó el bolso de mi hijo y salgo del lugar, camino un poco hasta una parada de taxis, por fortuna consigo uno rápido y le pido que me lleve a mi casa, al llegar me dedico a limpiarle la boca a Ethan mientras esté se queja y llora un poco.
- Cariño ¿le vas a decir a mami que ocurrió? - le digo con delicadeza una vez término de limpiarle el labio, una lágrima se desliza por su mejilla, la limpio.
- León me molesto, dijo que nadie me quería, por eso no tengo papá, y que tu tamben me dejaría - lo abrazo con fuerza y dejo que siga hablando - le dije que no, poque mi mami es la más mejor del mundo y ella me quiere, entoces me pego aquí - señala su boca - yo le lance mis juguetes, disculpa mami, me dijiste que no peliara - beso su frente y lo llevó en brazos a la cocina.
- Está mal que pelearas mi amor, pero estoy orgullosa de que te hayas defendido, no debes dejar que ningún niño te golpee, y no debes prestarle atención a lo que digan los demás, a la próxima lo ignoras - lo siento en la encimera y comienzo a buscar los ingredientes para la cena - Mañana me acompañara al trabajo ¿Te gustaría? - él chilla emocionado pero para de reír al lastimarse la boca, le dejo un pequeño beso en el lugar - Ya sanara, ahora, comeremos hotcakes - vuelve a chillar emocionado, una risa de mi parte acompaña su emoción.