Me levanto a la misma hora de siempre, al terminar de asearme me pongo unos zapatos planos color n***o, pantalones ajustados blancos, un top del mismo color de encaje y una chaqueta negra, pinto mis labios sólo con un brillo y también uso delineador, esta vez cambio el bolso n***o que había estado utilizando estos días por uno más grande, guardo mis cosas básicas junto con las de Ethan y algunos de sus juguetes también, para despertar a mi bebé me toma un poco más de tiempo, pero logró hacer que se levante de buen humor, al terminar de bañarlo le pongo un pantalón blanco junto con una camisa negra y zapatos del mismo color y una chaqueta marrón, comemos juntos, yo me río de sus tiernos balbuceos y él hace caritas tontas para causarme más risa, cosa que logra.
- Mami ¿Ya nos vamos? - pregunta con timidez, veo la hora y asiento en su dirección, bajo con él de la mano, abajo nos espera el taxi, después de unos minutos llegamos al gimnasio y mi hijo mira con asombro la estructura. - Wow, es grande - dice, yo solo río, entramos y Elizabeth me ve con una pequeña sonrisa que se agranda el doble al ver a mi pequeño acompañante.
- ¡Oh por dios! - Chilla con la voz más aguda de lo normal, mi hijo hace una pequeña mueca que reemplaza con su sonrisa más tierna. - ¿Cómo se llama este apuesto jovencito que te acompaña hoy, Becca? - se acerca y después de un rápido saludo para mí se centra en Ethan.
- Soy Ethan Davis, ella es mi mamá - dice parándose derecho.
- Un gusto, Ethan, mi nombre es Elizabeth, puedes decirme Eli, normalmente los chicos me dicen El, estoy segura que serán buenos amigos - ella besa la mejilla de mi hijo, él aprieta mi mano al escuchar el abrir de las puertas, escuchamos un chillido a nuestras espaldas causando que Ethan se sobresalte, Melanie corre hacia nosotros.
- ¡Oh por dios! ¿él es Ethan? es absolutamente adorable - Chilla, suelto una pequeña risa - Un gusto cariño, Soy Melanie - se pone a su altura, mi hijo me mira y luego vuelve su vista hacia ella.
- Hola - dice, se acerca y besa su mejilla, causando que ella y Elizabeth se derritan de ternura, yo solo río por como mi hijo hace que ellas coman de su mano.
- Hola Abraham, Robbin ¿Cómo están? - les pregunto amablemente, ellos responden de manera fugaz y se concentran en una conversación que se basa en preguntas que le lanzan Elizabeth y Melanie a mi hijo y él respondiendo con un poco de dificultad.
- ¿Hola? - pregunta una voz ronca a mis espaldas, pero claro, solo yo me doy cuenta de ella, los demás están entretenidos con Ethan.
- Oh, hola Noah, bienvenido, te presento a Ethan - Digo en voz alta para interrumpir las preguntas, mi hijo parece estar un poco incómodo con tanta atención y ya voy unos veinte minutos tarde a la oficina, espero que Cameron no se moleste.
Noah se sorprende un poco y observa a mi hijo, los demás, por alguna extraña razón le dan un poco de espacio cuando él se acerca a Ethan y luego se pone de cuclillas al frente de mi hijo, estira su mano.
- Hola, mucho gusto, soy Noah - mi hijo estrecha su mano mirándolo fijamente a los ojos.
- Hola - al soltar su mano vuelve a agarrar la mía, Noah se pone de pie.
- Hora de ir a trabajar, a la hora del almuerzo pueden seguir hablando con el niño - todos asienten y se alejan, Noah muestra una pequeña sonrisa, le guiña un ojo a mi hijo y comienza su camino, yo miro sorprendida su espalda mientras Ethan me guía hacia el ascensor.
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La hora del almuerzo es igual a cuando llegamos, los chicos bromean y acaparan a mi hijo, incluso Abraham se mantiene sonriendo todo el rato, Ethan, de igual forma, se encuentra encantado con ellos, pero al parecer quien se ganó el premio gordo de simpatía fue Noah, pues mi hijo parece no querer separarse de él.
- Entonces, pequeño Et, dinos, ¿Que ocurrió ayer que tu linda mami salió preocupada de aquí? - pregunta Rob, ruedo los ojos y le doy otra cucharada de comida a mi hijo, él traga y toma aire para luego soltarlo en un suspiro dramático.
- Un niño insulto a mi mamá, y después me pego, aquí - saca su labio inferior en un puchero y señala el pequeño corte, Melanie exclama dramáticamente mientras se lleva las manos a su boca, incluso escucho un "Ese maldito niño" salir de sus labios. - Y yo le lancé mis carritos, mi mami dijo que está orgullosa porque me defendí yo solito - saca pecho haciendo una pose "heroica" suelto una risa al igual que los demás, los seis voltean a verme, hoy se han unido a la mesa Cameron y Elizabeth.
- Le lanzó dos carros de juguete, mi hijo tiene buena puntería y uno le dio en la ceja y otro en la nariz, ya le dije que está mal pelear, pero está bien mientras se trate de defensa - explico, Abraham, Cameron, Robbin e incluso Noah hacen un choque de puños con mi hijo por haber "machacado" al niño mayor que intento "matarlo a golpes", ruedo los ojos por su exageración.
- Cuando seas mayor te enseñaré a pelear, para que puedas defender mejor a tu madre - le dice Noah, los miro a los dos con una sonrisa llena de ternura, Noah parece darse cuenta pues sube la mirada y empieza otra guerra de miradas entre los dos, sus ojos viajan fugazmente a mis labios, causando que inevitablemente los míos hagan lo mismo, me tardo un poco en sus labios, son realmente atractivos, ni finos ni rellenos, como de la contextura perfecta, invitan a ser besados, subo otra vez la vista a sus ojos y nos perdemos en la mirada del otro, incluso parece que todo a nuestro alrededor desaparece, intento contar las motas de diferentes colores que hay en sus ojos pero pierdo la cuenta al escuchar una pequeña vocecita.
- ¿Mami? - bajo la mirada a mi hijo, él restriega uno de sus ojitos con su manita - Tengo sueño - suelta un bostezo, beso su frente y suelto un suspiro, Lo que acaba de pasar fue realmente intenso, subo la vista nuevamente y Noah ve incómodo hacia otro lado mientras los demás nos miran con una sonrisa cómplice, siento mis mejillas arder y me levanto de la mesa con mi hijo en brazos.
- Iré a terminar las cuentas, permiso - camino todo lo rápido que puedo al ascensor sin esperar respuesta de nadie, eso fue incómodo, estoy segura que fuimos muy obvios, después de todo, no puedo negar la atracción que siento hacia él.