Al menos Enzo y Lili estaban seguros de que la relación de Vincent y Astrid estaba en un punto sin retorno y que todo había terminado para ellos. Incluso habían compartido la noche anterior una copa de vino hablando de lo que ocurriría a partir de ahora, lo que pasaría con las niñas sin sus dos padres juntos. Pero al encontrarlos en casa, juntos, como esa pareja enamorada que eran, se quedaron sin palabras. La pareja reconciliada estaba más que unida, compartiendo miraditas, sonrisas, caricias discretas, se robaban besos y no faltaba momento en el que se dijeran palabras cariñosas. Aunque su trato ya estaba en función, Astrid y Vincent no dejarían que eso les robara lo que aún mantenían, su amor. Ese día cada uno se fue a disfrutar de Venecia a su manera, los recién casados en un lugar