Vincent cargaba a su hija sobre sus hombros mientras miraba el lugar junto con Enzo, el lugar que sería el gimnasio, estaba en una de las mejores zonas más específico un lugar accesible para los chicos y chicas con problemas. Dándole consejos y tips a Lamar, el lugar fue adquirido por los tres, pero dejando como responsable al chico. Le ayudarían en todo para que ese lugar funcionara, pero era el negocio de Lamar y tenía que hacerse responsable. — Es un gusto verte de nuevo – dijo Rosas. – Lamento lo de Isa. — Ya pasó un tiempo – sonrió de lado – El chico se ve entusiasmado, no lo dejes. — No planeo hacerlo, fui a prisión para no dejarlo solo – le sonrió – Todos de alguna manera nos establecemos – miró a Brooke que estaba jugando con el cabello de su padre, sentada sobre sus hombros –