Ya es tarde, desde que Ales salió con Malcolm ni siquiera se ha dignado en llamar para informarnos dónde pudiera estar o qué estaría haciendo. Esta vez el orgullo me ganó.
No me calló nada bien su silencio. Cómo no va a tener respuesta a algo tan evidente. Se supones que somos importantes para él. Cómo ha de dudar, cómo no ha de saber responderme qué hacer para salir de este compromiso, tampoco era que le estuviera pidiendo un reporte de la planificación estratégica a seguir.
Con decirme que se dedicaría a hacer todo cuanto fuera porque estuviéramos los tres juntos, sin peligro, que procuraría darnos una vida normal, como la querría tener cualquier otra familia, me era suficiente, no su silencio. Al dejar de responderme dejó abierta una puerta de dudas interminables, interpretaciones va
