Al final decidió que nos reuniéramos en el área de la piscina de su casa. Esperamos por marguen de dos horas a que llegara Anthoni, quien informó estar finiquitando un encargo. En todo ese tiempo Leroy no tuvo contacto con ninguno de nosotros, si bien se mantuvo en el área, estuvo siempre distante. Es entendible. La confusión en la que debe estar su cabeza, e incluso hasta su corazón, justifica el que no quiera hablar, justifica que se sienta frustrado. No es fácil que te digan de un momento a otro que a fuerzas debes cambiar tu forma de vida, prácticamente dejar de creer en lo que ha sido tu rosario de letanías para vivir el día a día. Que te exijan orientar tu vida de manera diferente a como la has llevado por 31 años de no es fácil, y menos cuando se trata de una persona terca, ensimi