Capítulo 2: Evan

4979 Words
Despertar al lado de esta maravillosa mujer, es lo mejor que me ha pasado en la vida, a pesar de que últimamente es un hábito que se quede aquí, aún no me acostumbro a que mis ojos se abran y que sea ella lo primero que ven, no me acostumbro a verla así de relajada, durmiendo tranquilamente, con todo su cuerpo en armonía, solo respirando, sabiendo que este lugar le pertenece, que yo le pertenezco y que ya no tiene motivos para querer huir, porque sabe que este siempre será su lugar seguro, un espacio en que podrá encontrar refugio, dónde la estaré esperando cada vez que me necesite, aquí siempre podremos encontrarnos e intentar dejar fuera todo el mal que hay en el exterior. Quizás algún día esto se vuelva normal, quizás tenga la suerte de que ella se mude conmigo, ya sea en esta o en una casa diferente, pero estoy seguro de que cuando ese momento llegué tampoco tampoco me voy a acostumbrar, va a ser grandioso despertar todos los días así, pero esa sensación de bienestar, esa alegría por verla, eso jamás va a cambiar, se mantendrá intacto por el resto de mis días. Este año que hemos pasado juntos, es lo mejor que he tenido en mi vida, tenerla a ella era todo lo que necesitaba para ser feliz, para dejar de ser ese hombre frío que vivía su vida encerrado en una empresa, trabajando todo el día, sin tener ninguna otra cosa que hacer, ese hombre que había dejado atrás a sus amigos y a la única familia que tenía, me había alejado de todas esas personas, pero no solo eso, también me había cerrado al amor, a las relaciones, no dejaba que ninguna mujer real se me acercara, todo bajo la excusa de "no tengo tiempo para ello" eso era lo que decía todo el tiempo, decía que debía trabajar, así mi vida entera giraba solamente en torno a la empresa. Pero eso cambió el día en que conocí a Shelby, desde la primera vez que la ví supe que que pondría mi mundo entero de cabeza, sabía que no sería solo una chica más de las que trabajan en mi compañía, porque ella jamás podría ser una más, ella claramente es especial, porque con su carácter, con esa personalidad avasalladora, me atrapó completamente, hizo que no pudiese dejar de pensar en ella un solo segundo, me encantó con su sonrisa, con sus locas ideas y con sus actitudes repentinas, con esa capacidad que tiene de ir contra el mundo entero cuando algo no le gusta, ese talento para dar su opinión sin importar a quien tenga delante, a quien deba enfrentarse. Esa actitud es de las cosas que más amo de ella, pero también sabía que justamente eso era lo que iba a hacer más complicada la tarea de conquistarla, porque vaya que no fue nada fácil, cada vez que intentaba acercarme ella arremetía contra mis intentos, por cada paso que yo avanzaba ella retrocedía tres, hasta que me di cuenta de que para no perderla tenía que ir más rápido y cuando creí que todo estaba bien, ocurrió un acontecimiento que la llevó a alejarme nuevamente, ahí me di por vencido, creí que nunca lo lograría, estaba destrozado porque no quería estar sin ella, pero para mí fortuna ella se dio cuenta de que tampoco quería estar sin mi, verla tocando mi puerta para arreglarlo todo fue lo mejor que me pasó en la vida, para mí suerte desde ese día si, todo fue subiendo, mejorando, desde ese momento nos volvimos inseparables y ya nunca más, por nada en el mundo voy a dejarla ir. La llegada de Shelby mejoró mi vida, no solo porque me alejó del trabajo, ni porque me dio su amor. La mejoró en todos los aspectos, me abrió los ojos, hizo que me diera cuenta de todas las cosas que me estaba perdiendo. Gracias a ella me di cuenta de los errores que he cometido con mi hermano, pero también me hizo ver que nada de eso era mi culpa, creía que la relación con Daniel estaba perdida, pero ella hizo que ambos nos acercaremos, hizo que volviéramos a ser los hermanos que éramos cuándo mis padres aún estaban vivos, que volviéramos a ser una familia. Eso es algo que jamás podré pagarle, porque mi hermano lo es todo para mí y no tenía idea de cómo hacer para acercarme a él, no sabía cómo enmendar la relación, pero gracias a que estuvo a mi lado, tan solo paso, nos comenzamos a llevar mejor, aunque no solo me ayudó a mi, también lo ayudó a Daniel, se volvió una hermana para él y es algo con lo que voy a estar eternamente agradecido. También fue Shelby quien me acercó a mis amigos de toda la vida, a esos que pase tanto tiempo sin ver, pero gracias a que ella me ayudó a cambiar pude darme un espacio para que con Mike e Ian retomemos el tiempo perdido. Desde lo que pasó con Angie, los tres nos habíamos alejado demasiado, nos distanciamos, cada uno enfocó su vida en sus respectivas carreras olvidando cómo era ser amigos. Lamentablemente lo que nos unió fue el problema que Shell tuvo con aquel maldito modelo, pero después de que todo eso se solucionó, fue ella quien me hizo ver que debía volver a acercarme a ellos y ahora los tres nos mantenemos en contacto, quizás no nos vemos tan seguido como nos gustaría, porque es cierto que tenemos vidas muy ocupadas, pero es bueno que de vez en cuando puedo tener noticias de ellos. Otra cosa que es muy importante, es que gracias a Shell, la imagen de Angie sigue estando viva, sigue estando presente en nuestros días y más personas están conociendo el nombre de quién fue mi mejor amiga. Se que ambas habrían podido tener una hermosa amistad, es una pena que no se hayan conocido. Pero tengo la certeza, de que dónde sea que Angie se encuentre, está muy orgullosa de lo que estamos haciendo, de lo que mi pareja está haciendo. Está ayudando a todas las mujeres que han pasado por esos problemas que lamentablemente ambas sufrieron, que tantas han sufrido, para que la historia no se repita, para que todas puedan seguir adelante de la forma en que Shell lo hizo y que no se vean obligadas a seguir el mismo camino que Angie tomó. Quizás lo que hacemos con nuestra campaña no sea suficiente, pero en verdad quiero que podamos tener un buen alcance, que cada vez más personas se sumen a nuestro equipo, que podamos encontrar más finales felices. Me levanté de la cama, fui a darme una ducha, me puse un pantalón y cuando estuve a punto de salir de la habitación le dediqué una última mirada a Shell, llevándome una sorpresa al verla con los ojos abiertos observandome, creí que demoraría más en despertar, es que usualmente no despierta tan temprano. —Buenos días preciosa— dije acercándome a la cama para darle un beso —¿Te he despertado? —Buenos días guapo. No, cuando saliste del baño ya estaba despierta, solo me quedé quieta observando las buenas vistas— respondió acomodándose en la cama. Ante su comentario me reí y le di otro beso ¿Cómo es posible que luzca tan hermosa incluso cuando recién ha despertado? Como siempre digo ella nunca deja de sorprenderme. Luego de unos minutos se fue a dar una ducha y yo bajé a preparar el desayuno, la verdad es que quería llevárselo a la cama, pero ha despertado demasiado pronto, si hubiera sabido me habría apresurado más, pero ni modo, ya tendré tiempo de hacerlo otro día. Comencé a buscar todas las cosas y a preparar su desayuno favorito, pancakes con jarabe de arce y frutillas, a ella le encantan, además todo lo que a ella le gusta, también yo lo disfruto. —Mmm, huele delicioso— dijo Shelby abrazándome por detrás justo en el momento en que estoy por sacar el último pancake, me dió un beso en el cuello, yo sonreí, deposité la comida en el plato y me di la vuelta para besarla, para posar toda mi atención en ella. Enseguida termine de preparar los platos, ella me agradeció por mi gesto, siempre que le preparo este desayuno se pone muy contenta, en verdad le encanta y verla feliz es el mayor agradecimiento que puedo llegar a tener, no necesito nada más en el mundo. Cuando terminamos de desayunar, yo lave la vajilla y ella me ayudó a secar y guardar todo. Luego ambos subimos nuevamente a la habitación para cambiarnos de ropa, yo me puse un traje n***o, ella un jean azul, con una blusa blanca, prendas con las que luce preciosa como siempre. Al cabo de unos cuantos minutos ambos estuvimos listos, tomamos todas nuestras cosas y salimos juntos de la casa. Fuimos al estacionamiento, nos subimos a mi auto y emprendimos camino. Me gusta mucho que podamos hacerlo todo juntos, que tengamos este tipo de relación dónde todo se hace bueno, dónde no existen las peleas, en verdad nos llevemos muy bien y en este año que llevamos juntos no hemos tenido ningún tipo de discusión, no sabía que una relación podía ser tan sana, tan buena, todo el mudo siempre dice que las parejas pelean constantemente, pero nosotros somos la excepción a la regla, en verdad espero que siempre lo sigamos siendo, que siempre continuemos llevándonos así de bien, que podamos hablar, compartir, que siempre exista la confianza, la comunicación y si algún día existe alguna pelea, alguna diferencia de opiniones, espero que podamos enfrentarlo juntos, que podamos hablar como las dos personas adultas que somos, pero en base a todo lo que hemos construido, estoy seguro de que lo lograremos, de que una simple diferencia no va a separarnos, yo no lo permitiría y se que ella tampoco, porque tengo la certeza de que ambos queremos pasar el resto de nuestras vidas juntos, ya que no me imagino mi vida al lado de nadie más, de nadie que no sea ella. —Hoy iré a ver a Daniel ¿Te gustaría ir?— pregunté cuando estuvimos a punto de llegar a destino. —Claro que sí, lo he extrañado mucho, será muy bueno verlo. Me encanta la relación que Shell ha entablado con mi hermano, son prácticamente hermanos, algo que ha sido muy bueno para Daniel, al igual que a mí, ella lo impulsa a salir adelante, le ayuda a ver lo bueno de la vida, a mejorar, su apoyo ha sido fundamental en su recuperación y es otra de las cosas que jamás podré terminar de agradecerle. —Entonces vendré a recogerte cuando termines tus clases. —Me parece genial, así podremos almorzar con él. Conduje algún poco más hasta que llegamos a la universidad, Shell me dió un beso y luego se bajó del auto con una gran sonrisa, contenta de que más tarde irá a ver a Daniel y también contenta por ir a estudiar. Al dejarla seguí mi camino rumbo a la empresa para comenzar a trabajar. Estoy tan contento de que Shelby haya vuelto a la universidad, desde que tomó esa decisión veo otro brillo en sus ojos, está muy emocionada por haberlo logrado, por haber vuelto a estudiar lo que tanto ama. Hace un tiempo me había comentado sus ganas de retomar su carrera, pero cuando nuevamente le volví a preguntar acerca de ese tema, me dijo que no quería hacerlo, como tiene un buen puesto en la empresa y está muy ocupada en la campaña, no quería descuidar esas actividades, estaba convencida de que no le daría el tiempo para todo ello. Pero yo no quería que tuviera que renunciar a ese sueño nuevamente, una vez tuvo que hacerlo, no tuvo más alternativa que dejar de estudiar para poder ayudar a su padre, pero eso ya no es algo por lo que tenga que volver a pasar, ahora puede hacer todo lo que ella quiera, cada cosa que desee. Así que le insistí muchas veces para que se inscribiera, le mostré todas sus opciones e hice que se diera cuenta de que sí tendrá el tiempo para todo. Ella es la encargada de la campaña en contra del abuso s****l, pero por algo es ella quien la dirige, es la encargada de que las cosas funcionen pero eso no quiere decir que tenga que ser quien haga cada actividades, para eso hay muchísimas personas trabajando a su lado, hice que se diera cuenta de que podrá delegar funciones, de que no todo es su responsabilidad. También le hice ver que su puesto de trabajo siempre estará ahí, que no se irá a ningún lado, que no lo perderá por nada del mundo, le ofrecí que trabaje medio tiempo y por supuesto Brian, el director del departamento de marketing, estuvo más que de acuerdo en la decisión, él está muy contento de tener a Shelby trabajando a su lado, así que aunque sea medio tiempo, la quiere tener ahí siendo parte de su equipo. Así que habiendo solucionado las dos cosas que le preocupaban, ella decidió volver a inscribirse en la universidad, dónde no tuvieron ningún problema de volver a recibir una alumna tan aplicada como ella, ahora por las mañanas estudia y por las tardes trabaja, algunos días entre medio visita el edificio donde se ayuda a las mujeres, supervisa que todo vaya bien, o también acude cuando su horario de oficina ha terminado. Desde el primer día de clases veo que su sonrisa está más resplandeciente, está muy emocionada por haber vuelto a tener esa oportunidad y yo soy más que feliz por verla así. También es cierto que ahora la veo más cansada, pero jamás se queja, no deja que eso le afecte, está agradecida por las oportunidades que se le están dando en la vida y dice que el cansancio no es mal precio para pagar todo lo que está teniendo. Y a pesar de las actividades que hay en nuestros días, de lo llenas que están nuestras agendas, siempre encontramos un momento para los dos, ya sea en mi oficina, en su casa, en mi casa, salimos a cenar, a veces solos, otras veces con su papá, también en ocasiones se nos suman Rose, Emily, Lena y Lucas, además de tener tiempo para nuestros amigos, compartir con Roger, Jamie y Alejandra también se ha vuelto algo muy frecuente. Nuestras vidas nunca antes habían estado en tan buen lugar. Lo único que falta para completar esa felicidad es que Daniel salga del centro de rehabilitación, que vuelva a estar en casa, en donde pertenece, que este bien, completamente recuperado, pero mientras tanto siempre estamos buscando un hueco en nuestra agenda para ir a visitarlo e intentamos que sea con bastante asiduidad porque en verdad lo extrañamos mucho y queremos ayudarlo a progresar, queremos que él pueda estar bien, pero no nos cabe ninguna duda de que pronto lo estará y cuando esté en casa continuaremos ayudándolo para que no vuelva a caer en los mismos errores del pasado, mejor dicho, yo no volveré a caer en los errores del pasado, ya no pienso volver a ser descuidado, evitaré a toda costa que mi hermano pequeño vuelva a sufrir. Llegué a la empresa, me baje del auto, le di las llaves al valet parking, no es algo que suela hacer, pero hoy no tengo tiempo de estacionar el coche, me he atrasado un poco y quiero poner el trabajo al día, al menos en todo lo que pueda hacer antes del mediodía. Entré al edificio y me dirigí directo a mi oficina, pero como siempre, para ingresar en la mía debo pasar por la de Alejandra, que al verme se levantó de su asiento y me dedicó una sonrisa. —Buenos días señor Howland— dijo amablemente, a pesar de que somos amigos, aquí siempre mantiene las formalidades, cosa que me hace acordar a su amiga, quien antes tenía la misma insistencia. —Buenos días Alejandra ¿Cómo estás? Necesito que liberes mi agenda del medio día. —¿Ha pasado algo señor?— preguntó asombrada, es que no suelo descuidar mis citas pendientes, pero en verdad hoy me he levantado con la necesidad de ver a Daniel. —No ha pasado nada, simplemente iré con Shelby para ver a Daniel— respondí para tranquilizarla. —¿Cómo está él?— preguntó verdaderamente interesada. —Mejorando cada día, se que muy pronto estará en casa. —Seguramente así será, por favor envíale mis saludos— ante su amabilidad le dije a Ale que así sería y enseguida ingresé en la oficina, cada vez que alguien pregunta por Daniel o le envía sus buenos deseos, siempre se lo hago saber a él, se que es bueno para su recuperación que se entere de todas las personas que están pendientes de él. Realmente el hecho de que Alejandra comience a ser mi secretaria, fue una de las mejores decisiones, una gran idea que Shelby tuvo y que como siempre salió excelente. Alejandra es muy eficiente, hace su trabajo a la perfección, es responsable, dedicada, muy inteligente, capaz, además es de confianza y esa para mí, es la cualidad más importante que puede existir. Ella está muy contenta por tener este puesto, a pesar de que ya lleva poco más de un año, no se cansa de estar agradecida de que le hayamos dado esta oportunidad, siempre le digo que soy yo quien está muy agradecido con ella por toda la dedicación que ha prestado en este tiempo. En el trabajo últimamente todo está marchando bien, claro que siempre hay mucho para hacer pero al mismo tiempo he estado tranquilo, cada vez hay más clientes pero también mis empleados se vuelven cada día más eficientes mejorando la calidad del servicio que brindamos. Es algo que me pone muy feliz, ver que el imperio que una vez mis padres comenzaron a construir, el que una vez casi perdemos, se ha vuelto tan poderoso y no tengo dudas de que seguirá mejorando. Lamentablemente el negocio en New York se ha estancado un poco, han habido problemas con la empresa que tenía la licitación para construir, así que estoy pensando qué es lo que puedo hacer, pero voy a luchar hasta que ese edificio quede construido, hasta que esa sede sea posible. Firme todos los papeles que tenía para firmar, luego de leerlos detalladamente hasta que Alejandra entró en la oficina, me dijo que ya canceló las citas, que no ha habido ningún problema con ello, luego me informo sobre algunos nuevos clientes y sobre las nuevas contrataciones de modelos que se harán en este mes. Básicamente me puse al día con todo lo que hay pendiente para la mañana, pero la verdad es que aquí siempre hay algo para hacer, pero ahora no es momento de pensar en ello. Así que recogí mis cosas y fui hasta el estacionamiento, es momento de ir por Shelby a la universidad. Aunque me encantaría poder, no siempre tengo el tiempo de ir a recogerla, la mayoría de las veces no puedo hacerlo y ella siempre me dice que no quiere que lo haga, que no es necesario, que puede tomar un taxi, o un Uber. Le he insistido más de una vez en regalarle un coche, para que cuando no puedo ir por ella, de todas formas pueda moverse cómodamente, lo quiero hacer por su bienestar, no siempre es seguro que utilice el transporte público, o cualquier empresa de traslados. Además con un carro propio y todas las actividades que tiene que realizar en su diaria, su vida se volvería más sencilla, se ahorraría muchos problemas, muchos minutos de espera, y como bien dicen el tiempo es oro. Aunque yo le regalaría el auto sin ningún problema, al contrario, para mí sería un placer hacerlo, sin mencionar que no me supone un esfuerzo económico, perfectamente puedo realizar ese gasto, pero la conozco bien, sé que no me lo permitirá, nunca quiere regalos caros, dice que ella está conmigo porque me ama, que no le importa lo que tengo, el dinero para ella es insignificante y es algo que tengo claro, la conozco bien, sé que su amor por mí es sincero, jamás pensaría que hay un interés detrás porque ella no es así, pero aún así siempre insiste en que no quiere ese tipo de ayuda y yo respeto su opinión, pero claro, seguiré insistiendo, quizás un día de el brazo a torcer y me permita tener este gesto. Estacioné fuera de la universidad y me quedé unos minutos esperando, hasta que la ví aparecer entre la multitud, con su sonrisa resplandeciente, con sus ojos brillantes y su cabello que se menea con el viento, al verme su sonrisa creció aún más y enseguida llegó hasta el auto sentándose en el asiento del copiloto, se acercó hasta mí y me dió un beso en los labios. —¿Cómo estuvo tu día preciosa?— pregunté cuando nos separamos. —Bien, algunas clases muy agotadoras, pero cada vez que estoy aquí siento que es mi lugar en el mundo, estoy contenta de haber vuelto y eso te lo debo a tí. —No me debes nada, estás aquí gracias a tus capacidades, gracias a lo inteligente y responsable que eres, yo solo te he dado un empujón para que te dieras cuenta de ello. —No sé qué haría sin tí Evan. —Nunca tendrás que saberlo porque siempre voy a estar aquí para tí. Una vez más se acercó a darme otro beso, yo acaricie su mejilla y enseguida emprendimos camino hacia el centro de rehabilitación. No hay cosa que ame más en el mundo que verla así de emocionada por lo que está haciendo. Ella me gusta en todas sus facetas, incluso cuando siempre estaba enojada conmigo, cuando me traba mal y a toda costa me alejaba, pero sinceramente está es mi faceta favorita de ella, y no porque me trata bien, no porque me demuestra su amor –aunque no puedo negar que eso me fascina– sino porque está feliz, está mejorando, está dejando atrás todo lo que la lastimo, todo lo que le hizo mucho daño, se está superando a sí misma y me encanta ser parte de ello. Llegamos al centro de rehabilitación, ingresamos en el edificio, nos presentamos ante la recepcionista que nos dió el pase para entrar y fuimos hasta la sala donde se encuentra Daniel. Al ingresar vimos a muchas personas, entre ellas él, que al vernos esbozó una sonrisa. Enseguida se acercó a nosotros, me saludó primero con un leve abrazo golpeando mi espalda y luego saludo a Shell, pero a ella si la abrazo por un largo rato, mientras los miro así, juntos, no puedo evitar sonreír. —¿Cómo has estado Daniel?— pregunté mientras caminamos a sentarnos. —Bien, la verdad deseando que llegue el momento para poder irme de aquí— respondió ansioso, no puedo ni imaginar cómo se debe sentir. Me pongo en su lugar y se que no debe ser nada fácil, estar encerrado en un lugar como este durante tanto tiempo, sin poder salir al exterior, lejos de todas las personas que te importan, pero también sabemos que esto es necesario, pasar unos meses aquí hasta que se recupere, hasta que pueda volver a estar con nosotros, habiendo mejorado, tratando de no caer en los errores del pasado, lejos de las sustancias que los lastiman. —Ya verás que en menos de lo que esperas estarás junto a nosotros, este es tu último mes aquí— respondió Shell tomando su mano para tranquilizarlo. —Lo sé, ya queda muy poco para volver a la normalidad— agregó esperanzado, agarrando la mano de ella con más fuerza. —Cuento las horas para tenerte en casa hermano— mencioné golpeando su hombro. La frase normalidad me quedó resonando en la cabeza, es que la normalidad para nosotros, no era algo bueno, era tenerlo en una ciudad distinta, perdido en el mundo, sin siquiera tener noticias de él, no sabiendo ni con quién está ni qué es lo que hace, pero teniendo la certeza de que no está para nada bien. Esa normalidad ya no la quiero, no quiero permitir que algo así vuelva a pasar, quiero que tengamos una nueva normalidad, en la que podamos ser una familia unida, que no sigamos huyendo de los problemas, que aprendamos a enfrentarlos y superarlos juntos. Quizás me asusta el no saber si voy a lograrlo, pero al mismo tiempo tengo la certeza de que podremos hacerlo y se que Shelby será un pilar fundamental para lograrlo, después de todo, ella ha sido quien nos ha vuelto a unir arreglando la relación. Estuvimos un momento más hablando hasta que decidimos sacar el almuerzo, hemos traído su comida favorita. Daniel nos agradeció, enseguida nos trajeron platos, vasos y comenzamos a comer. —Shelby, me gustaría pedirte algo— dijo Daniel luego de unos minutos. —Claro, puedes pedirme lo que sea— respondió Shell y yo los miré intrigados preguntándome qué será. —Cuando salga de aquí quiero hacer algo con mi vida, me encantaría que me ayudes a buscar alguna escuela, que no cueste demasiado, donde pueda estudiar fotografía y además donde pueda aprender algo relacionado al negocio familiar, porque me gustaría ayudarte con la empresa hermano. Oírlo decir eso me emocionó demasiado, este es otro paso muy importante, es una buena decisión que lo llevará a tomar el camino adecuado. —Me parece una idea estupenda, te prometo que me pondré a investigar, así cuando salgas de aquí te mostraré todas tus opciones— mencionó Shelby sin ningún problema. —Daniel, es una noticia muy buena que hayas tomado esta decisión, te conseguiremos el mejor lugar para estudiar, por el dinero no debes preocuparte, sabes bien que eso no es problema. —Lo sé, pero es que no quiero seguir siendo una carga para ti hermano— dijo tristemente bajando la mirada. —Tienes que saber que jamás has sido una carga para mí, eres mi hermano, eres todo lo que tengo, estoy tan orgulloso de cada cosa que estás logrando, además la empresa es de ambos, también te corresponde. —Gracias por todo hermano. Así terminamos de almorzar y de conversar, hasta que tuvimos que irnos, me hubiese gustado quedarme más tiempo, pero lamentablemente las visitas son limitadas, realmente aunque no lo dije, yo tampoco veo la hora de que él pueda volver a casa. Comencé a conducir para irnos a la empresa pero la verdad es que no tengo ganas de hacerlo, apenas puedo concentrarme en el camino, mi mente se quedó en otro lugar. —Evan ¿Estás bien?— preguntó Shelby luego de observarme por algunos minutos. No quise contestar y solamente me limité a sacudir la cabeza dando señal de que no lo estoy —Detén el auto— agregó al ver mi respuesta —Ahora vamos a bajarnos— dijo cuando le hice caso y también la obedecí en eso, me baje del auto y ella imitó mi acción. Nos paramos en la calle, por suerte no hay muchas personas a nuestro alrededor, Shelby me miró, no dijo nada, solo se quedó esperando a que sea yo quien comience a hablar. —Es Daniel, tengo mucho miedo de que vuelva a caer, de que no pueda mejorar, de que por mi culpa nunca vuelva a ser el mismo, además odio la forma en que se siente, él no es una carga, jamás he pensado que lo sea, tengo miedo de no saber cómo ayudarlo. —Ey— dijo poniendo las manos en mis mejillas —Ya hemos hablado sobre esto, nada de lo que ha pasado es tu culpa Evan, tú has hecho todo lo que puedes, además has visto el progreso de Daniel, no volverá a pasar lo que antes porque tú no lo permitirás y tampoco yo lo haré, estaré siempre a su lado para apoyarlos. —No sé qué haría sin ti Shell, eres mi cable a tierra, no tienes ni idea de todo lo que me has ayudado. —Nunca tendrás que saberlo, siempre voy a estar aquí para tí Evan— dijo utilizando las mismas palabras que hoy utilicé yo con ella. Así se acercó a mí y me dió un abrazo, haciendo que me de cuenta de que tiene razón, de que podremos superarlo juntos, de que saldremos adelante y que el pasado no volverá a alcanzarnos nunca, al menos mientras estemos el uno con el otro para enfrentarlo. La abracé con más fuerza, agradecido por tenerla, sintiendo su apoyo que ha sido fundamental para que en estos meses no me venga abajo, para que no me de por vencido. Estuvimos unos minutos así, hasta que nos dimos cuenta de que es hora de volver a la empresa. —Las llaves del auto— dijo extendiendo la mano y yo la miré un poco sorprendido —No estás en condiciones de conducir, yo nos llevaré. —Eres consciente de que eres la única persona a quien le prestaría mi auto — respondí entregando las llaves en sus manos. —Lo sé, es porque me amas— agregó riendo y ambos subimos al auto, cuanta razón hay en sus palabras. Nunca quiso que le regalase un auto, pero como ya sabía conducir si acepto obtener la licencia, ya que tenerla es algo bueno, sobre todo en días como hoy. Ella tiene razón, no estoy en condiciones de conducir, será bueno que sea ella quien nos lleve, quizás así le empiece a encontrar el gusto a llevar el control del volante y sienta ganas de que sea algo que pase más seguido.
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