Si hace un año me hubiesen preguntado a dónde iría a parar con mi vida, esto no sería justamente lo que respondería. Qué habría dicho, probablemente que me encontraría en algún lugar del mundo, un lugar conocido por sus fiestas, lleno de lujos, de drogas y alcohol, rodeado de muchas personas que estuviesen igual de perdidos que yo, un montón de otros chicos que tampoco supieran qué hacer con sus vidas, que solo quisieran destruirla. También estaría desde la barra observando a qué chica podría llevarme a la cama la noche siguiente, o quizás incluso podrían ser más de una, mi unico requisito era no involucrarnos, solo sexo, vacío, sin sentimientos, cosas de una noche, chicas que no volvería a ver en mi vida, no solo porque no quería relaciones, sino también porque de tantas drogas y tanto alcohol que había en mi sistema en aquellas noches, probablemente al otro día ni siqueira recordaría sus nombres, ni sus caras, tampoco lo que hicimos, así de perdido es como estaba. Pienso en aquellos tiempos y la verdad es que no hay mucho que pensar, porque más de la mitad de esa parte de mi vida, se ha borrado completamente de mí mente, ha desaparecido como lo que ves detrás de un flash, que se vuelve confuso, borroso, y que si no logras atraparlo simplemente se esfuma. Así son esos momentos que viví en incontables lugares del mundo, solo logro recordar mínimos fragmentos de todo eso, mínimos recuerdos, recuerdos de los cuales no estoy para nada orgulloso, sino que todo lo contrario, me avergüenzo mucho de todo eso, cómo es que puede caer tan bajo, no sé en qué rayos estaba pensando, en qué momento decidí tomar tan malas decisiones, arruinar tanto mi vida. A veces, al no recordar con exactitud las cosas que hice me siento un poco mejor, porque de algún modo sino sé qué fue lo que pasó, no tengo de qué avergonzarme, pero al mismo tiempo se que esos pedazos de mi vida que se han ido, no son motivos de los cuales pueda enorgullecerme, se que los momentos borrados son tiempos en los que fui verdaderamente un idiota, conmigo, con quiénes me rodeaban. Pero a pesar de la distancia, a quien más daño hice es a mi hermano, a Evan, se que él desde su ciudad, desde su empresa, estaba sufriendo mucho por mi comportamiento, por no saber de mi, pero en ese entonces no me daba cuenta de ello, es recién hasta ahora que me doy cuenta de lo mal que estuve.
Estos últimos meses han sido en verdad muy complicados, no es fácil estar aquí dentro alejado del mundo, alejado de las personas que quiero, porque últimamente me he dado cuenta de que no estoy tan solo en el mundo como pensaba, de que hay quienes se preocupan por mí, más de lo que yo pensaba, Evan, Shelby, Albert, han sido pilares fundamentales en mi recuperación. Aunque este tiempo ha sido complicadísimo, al menos ya no tengo nada de lo que avergonzarme, al menos la memoria de este tiempo está intacta, ya no hay lagunas, ni vacíos, porque no estoy ingiriendo sustancias destructivas que van destruyendo mi mente poco a poco.
Estar en un centro de rehabilitación es muy complicado, aquí es donde comienzas a replantearte todo, cada decisión que has tomado en tu vida, cada mínimo error que has cometido, todo lo que has dejado de hacer por estar tan ciego, tan ahogado en tu miseria como para no percatarte de que estás destruyendo tu propia vida. Aquí hay muchas personas como yo, que han cometido los mismos errores, algunos no tan graves y otros que incluso están en peores circunstancias, pero aquí no estamos para juzgarnos, se supone que somos un equipo que hemos venido para salir adelante, para mejorar las cosas, para no volver a caer en las mismas equivocaciones. Es triste ver lo rotos que todos estamos, los puntos a los que hemos llegado, como nos hemos destrozado a nosotros y a todo lo que nos rodea. En estos meses he aprendido mucho, he aprendido a valorar las pequeñas cosas, me he dado cuenta de que ni el alcohol, ni las drogas valen la pena, que nada de eso va a hacerme sentir mejor, sino que todo lo contrario, cada vez me harán más daño. Por fin puedo ver eso que antes no veía, darme cuenta de como en realidad son las cosas, y no digo que nunca más volveré a cometer los mismos errores, porque todos sabemos que no hay cura para las adicciones, que siempre puede existir una recaída, pero me niego a vivir mi vida con la incertidumbre de no saber qué va a pasar, de si mañana volveré a amanecer tirado en un callejón sin salida, volviendo a lo que fui antes, volviendo a estar perdido, me niego a volver a ser ese hombre, ahora quiero ser una mejor persona, y aunque soy consciente de que la tentación de volver a caer siempre va a estar ahí presente, recordándome que las cosas bajo el efecto de ciertas sustancias son más fáciles porque modifican tanto nuestros sentidos al punto de hacernos sentir que no hay dolor, que eso no existe, pero ahora se que esa sensación de bienestar solo es eso, una sensación, una estúpida ilusión que no es real, por eso es que quiero ser más valiente, enfrentar los problemas como un adulto, como un hombre real, sin tener que estar evitandolos, evadiendolos todo el tiempo, ahora ya no quiero tomar el camino fácil, quiero hacer lo que hacen las personas maduras, aún no se muy bien qué es pero, se que puedo descubrirlo.
En estos meses que he estado aquí, es cuando más me doy cuenta de la falta que mis padres me hacen, era apenas un niño cuando partieron de mi lado, un adolescente que apenas estaba comenzando a vivir, unos quince años, cuando tenía muchos sueños, donde mi mayor preocupación era salir con mis amigos, perseguir a alguna chica en la escuela, cómo era que se llamaba la que me gustaba en aquel entonces, Rachel si mal no recuerdo, pero lo recuerdo bien, como olvidar aquel largo cabello castaño, aquellos ojos brillosos, ella fue mi primer amor, la ilusión de un niño tonto que creía que todo en la vida iba a ser bueno, el niño que pensaba que podía tener el mundo a sus pies, tal como sus padres se lo habían enseñado, aquella chica se convirtió en alguien importante, pero cuando todo estalló simplemente le alejé de ella, ya no era bueno para tenerla cerca, ya no la merecía. Era el chico más feliz del mundo, creía tenerlo todo, siempre con una sonrisa en mi boca, quizás hasta un poco de arrogancia encima, algo que si no extraño, nunca me aburría, para mí todo era genial, hasta que aquel accidente me arranco la vida, destrozó mis ganas de vivir y me arrebato mi sonrisa sincera, cuando Evan me dió la noticia no sabía qué hacer, mi reacción fue salir corriendo para negarlo todo, para no aceptar que era real, porque para mí no podía serlo, recuerdo que pasé más de doce horas perdido, con mil llamadas perdidas en mi celular, de Albert, de Evan, también de mis amigos, porque aunque yo no dije nada, la noticia de que los dueños de Howland Publicity habían fallecido se esparció como el agua, una noticia horrible para aquellos que los conocíamos, y una buena noticia para la competencia, que automáticamente se alegraron pensando que la empresa caería, que se esfumaría de la misma forma que lo hicieron mis padres, pero lo que no sabían esos buitres es que mi hermano, tenía las mismas o incluso mayores capacidades que mis padres, él estaba listo para enfrentar lo que fuera y no se dejaría derrotar. Cuando llegue a la casa, ahí me encontré con Evan sentado el sofá junto a Albert, ví a mi hermano roto, como nunca antes lo había visto, ahí fue cuando caí en cuenta de que todo era real, de que ese accidente definitivamente había sucedido y que había perdido lo más importante de mi vida. A diferencia de lo que pensé, Evan no se enojo conmigo, sino que todo lo contrario, corrió a abrazarme, me prometió que saldríamos adelante, que nunca me dejaría solo y yo me aferre a él porque creí ciegamente en esa promesa. Pero con el paso del tiempo, esa promesa también comenzó a esfumarse, porque Evan no estaba ahí para mí, había desaparecido, pasaba todo el día en la universidad, luego en la empresa, si, es cierto que me daban todo lo material que necesitaba, pero cada vez que yo precisaba un abrazo, cada vez que necesitaba desahogarme, no había nadie a mi lado, me encontraba solo en una gran y vacía mansión, luego su mejor amiga se suicidó, él se alejó el doble, se encerró más en su empresa y aveces pienso que hasta se olvidó de mí. Fue en ese momento cuando no soporté más la soledad, me junte con las peores personas que habían en la escuela, salimos de fiesta, me emborraché y probé las drogas por primera vez, con apenas dieciséis años, ese fue el primer momento en mucho tiempo en que no sentí dolor, en que me olvide de todo, dónde los problemas desaparecieron, ahí solo fui un chico normal, así que lo seguí haciendo una y otra vez porque me gustaba sentirme así, para mí era lo mejor. Recuerdo que Rachel intentó curarme, alejarme de todo aquello, pero yo no la deje, la empuje lejos de mí, a pesar de que me hubiese gustado tenerla a mi lado, yo no era bueno para nadie y no quería arrastrarla a eso, no era justo para una chica tan buena como ella, para mí suerte se dió por vencida, no insistió más y solo siguió su vida, no tengo idea de qué será de ella, pero me gustaría agradecerle por haberlo intentado. Después de eso me gradué de la preparatoria, no sé cómo fue que lo logré porque en verdad no prestaba mucha atención ni hacía casi nada, pero al mismo tiempo, en dónde sea que estén, no quería decepcionar a mis padres, así que lo intente hasta graduarme, lo que si no quise fue ir a la universidad, de eso me aleje, Evan me insistió muchísimo en que estudiase una carrera, prometió pagarme la mejor universidad pero yo no lo acepté, nada de eso me interesaba. En aquel entonces no soportaba ni ver la cara de mi hermano, lo odiaba con todo mi ser por no haber cumplido su promesa de cuidarme de estar siempre para mí, así que decidí irme de la ciudad, como él llenaba mis tarjetas que no tenían límites podía hacer lo que sea que se me antojara y ya no soportaba ver su rostro así que decidí recorrer el mundo, Ibiza, París, las Vegas, Río de Janeiro, New York, de verdad visite muchos lugares, los cuales apenas recuerdo porque la mayor parte del tiempo estuve borracho o drogado. Así eran mis días, despertar en algún hotel, rodeado de alguna mujer extraña, almorzar, volver a salir a un antro, drogarme, tomar alcohol y volver a juntarme con una chica diferente. Más de cuatro años viví de esa manera, creyendo que era lo mejor, pero la verdad es que estaba más vacío que nunca, llenando mis heridas con alcohol, con mujeres, llenando mi vida de un odio inconmensurable hacia alguien que no lo merecía, teniendo una sonrisa falsa en mi boca todo el tiempo. Que tonto fui, desperdidice los mejores años de mi vida, años que jamás volverán, hoy me arrepiento de todo eso, pero cuando aquello no era capaz de ver lo mal que estaba.
Hoy es cuando más extraño a mis padres, cuando más me hacen tanta falta, no es justo que el mundo se hubiese llevado a personas tan maravillosas, pero la vida no es justa y no puedo cambiar el pasado, eso jamás ha estado en mi poder. Si mis padres estuvieran aquí, probablemente las cosas habrían sido muy diferentes, no habría cometido tantos errores, tomado tantas malas decisiones. Lamento tanto lo malo que he sido con Evan, la forma en que lo trate durante tanto tiempo, recién hace unos meses fue cuando me di cuenta de que mi hermano no es malo, él nunca tuvo la intención de dejarme solo, a su manera él cumplió con su promesa, me cuido, me dió todo lo que necesito, pero en aquel entonces no sabía ver que para él tampco era fácil lo que nos estaba pasando, él sufría tanto como yo, de un día al otro tuvo que hacerse cargo de la empresa, de su hermano menor, también perdió a sus padres, a su mejor amiga, él tuvo que hacerse cargo de cosas para las que aún no estaba preparado, también era muy joven, tuvo que madurar de un día al otro, se olvidó de cómo disfrutar la vida, se alejo de sus amigos, de todo. Recién ahora, después de tantos años es que puedo ver todo su sacrificio y me doy cuenta de lo egoísta que he sido, fui muy injusto y él no lo merecía, cómo me hubiera gustado haber actuado diferente, ser menos egoísta, no haberme ahogado tanto en mi miseria para percatarme de que no fui el único que sufría, pero la verdad es que por más que lo lamentemos, el hubiera no existe y lo que hice no lo puedo cambiar, el pasado es algo que no se puede borrar, mis acciones nadie me obligó a tomarlas, yo solo fui quien me guío por ese camino, así que no puedo arrepentirme de nada, lo único que puedo hacer es mejorar y prometer que no volveré a caer en lo mismo nunca más, que ya no seré tan idiota, no seré esa persona nuevamente.
También me doy cuenta de que Shelby Miller, ha sido una luz en el camino, no solo en el de mi hermano, sino también en el mío. Ella ayudó a Evan a mejorar, pero también me ayudó a mi. Aquel día que nos encontramos en New York, hizo que abriera mis ojos, me habló cosas hermosas de mi hermano, que él me amaba, que no me atreva a decir que no tengo familia porque lo soy todo para él, esas palabras resonaron en mi mente una y otra vez, no podía quitarmelas de mi mente, porque a pesar de mi enojo, Evan siemrpe fue importante para mí también. Lo que ella dijo hizo que quisiera volver a esta ciudad, no muy convencido, pero lo hice, me costó mucho abrir los ojos pero finalemente me di cuenta de lo equivocado que estaba. Eso fue gracias a Shelby, ella me ayudó a ver el mundo con otros ojos, estoy tan agradecido de que se haya presentado en nuestras vidas, la quiero como a una hermana y me encanta ver la relación que tiene con mi hermano, son la pareja más hermosa que he visto, me alegra que se hayan encontrado el uno al otro porque se hacen un bien mutuo, ojalá puedan estar el resto de su vida juntos porque ellos se lo merecen, merecen todo lo que tienen, si un día su visión se nubla y se quieren separar, aquí voy a estar para recordarles el porqué deben estar juntos, porque un amor como el de ellos solo llega una vez en la vida y no puede ser desperdiciado, no dejaré que lo hagan. Los miro y no puedo evitar pensar en que ojalá alguna vez pueda tener algo como lo que ellos tienen, pero alguien como yo, no sé si podría tenerlo, no sé si lo merezco, pero aquí me estoy volviendo una mejor persona y quizás algún día pueda aspirar a algo así.
Desde ahora quiero ser un nuevo Daniel, tengo tantos proyectos, internarme en esta clínica fue el primer paso. Desde que había comenzado a vivir con Evan, ya no había consumido, ni drogas, ni alcohol, nada que me hiciera daño, lo estaba dejando por mi propia voluntad. Pero a pesar de que quería alejarme de esas sustancias, una parte de mi necesitaba volver a caer, a veces por tanta necesidad me temblaba el cuerpo entero, sabía bien que era por la abstinencia, pero a pesar de ese malestar me mantuve alejado. Cuando estaba con mi hermano o con Shelby, esa sensación desaparecía, pero cuando volvía a la soledad, nuevamente volvía a sentirme muy mal, a temblar, a sentir la necesidad de beber, de aspirar alguna cosa, pero aún así me resisti. En una noche cuando ya no resistía más, fue cuando decidi que necesitaba ayuda profesional, y la mejor forma de recibir ayuda era ingresar a una clínica como está, así que con mucho dolor, con mucho miedo, decidí decírselo a Evan, pedirle esa ayuda. Claro que venir a internarme aquí, no era exactamente lo que quería, cuando por fin comenzaba a arreglar las cosas con mi hermano, cuando empezamos a ser una familia tuve que volver a alejarme, pero a pesar de todo se que era mejor. Al contarle mi decisión a Evan, ví como sus ojos se llenaron de orgullo, ahí, en ese preciso instante fue cuando supe que mi decidion fue la correcta, supe que mi hermano me acompañaría en cada paso, que no me dejaría solo ni un momento, él me apoyo, Albert, Shelby, incluso la familia de ella, hacía mucho tiempo que no me sentía tan acompañado y agradezco a la vida por poder tener todas estas personas, porque sin ellos no podía estar en donde estoy.
Desde ahora quiero darle otro sentido a mi vida, quiero tener un propósito, algo por lo que vivir, algo que hacer para ya no volver a caer en los mismos errores. Cuando Shelby me propuso ser parte de la campaña que estaba dirigiendo, aunque tenía muchas ganas, no creí ser capaz de hacerlo, pero al final lo logré, el resultado fue muy bueno y todos me felicitaron. Ahí me di cuenta que cometí un error al alejarme de la fotografía, esa siempre fue mi pasión, mis padres me impulsaron a ello y no les hubiese gustado verme dejarlo. Así que he tomado la decisión de estudiar algo relacionado a la fotografía para perfeccionar mis habilidades, porque se que sin estudiar mi hermano me daría un puesto en la empresa para participar en los comerciales, pero no me parece justo que él me regale nada, quiero ganarlo por mis propios méritos, porque quizás la empresa también sea mía, pero no lo siento así, él se ha esforzado tanto que es el único que merece este gran imperio. Desde ahora también quiero echarle una mano, empezar a conocer un poco más de la empresa para ayudarlo en las decisiones, para que pueda apoyarse en mi, alivianar su carga, porque quiero que mi hermano pueda disfrutar más su vida, a la mujer hermosa que tiene a su lado y todo lo que la vida puede regalarle, porque nadie más que él merece muchas cosas buenas. Quiero comenzar una vida nueva y parte de eso es volverme una persona más responsable, quiero asumir riesgos, responsabilidades, quiero hacer todo lo que nunca hice, pero que todas esas cosas sean buenas, porque no quiero ser ese Daniel Howland perdido nunca más, ahora por fin he madurado y es momento de demsotarlo.
Ahora mismo me encuentro sentado en una ronda, en una de esas reuniones de grupo que hacemos todas las semanas, aquí compartimos los problemas, lo que nos trajo hasta aquí, una infinidad de típicos, porque nunca se sabe lo que puede surgir en un día de estos. Al principio era muy difícil asistir, me tomó varias reuniones animarme a hablar, pero luego de algunas semanas me animé a compartir mi historia, no fue fácil, me costó, pero lo hice y debo admitir que realmente fue muy reconfortante, casi como quitarme un peso de encima, fue bueno compartir con extraños todo lo que he pasado, creo que nunca antes lo había dicho en voz alta, pero hacerlo realmente me ayudó, fue bueno porque no me sentí tan miserable, nadie me juzgo, sino que al contrario, me felicitaron por animarme a hablar y por haber tomado por mis propios medios la decisión de mejorar, de acabar con lo malo.
—Bueno Frank ¿Quieres compartir los motivos que te han traído a estar hoy aquí con nosotros?— dijo Richard.
Él es el terapeura principal de este equipo, quien dirige las sesiones grupales y también quién nos da sesiones personales, es realmente un hombre muy bueno, muy empático, de verdad tener a alguien como él ayuda muchisimo en nuestra recuperación, no sería lo mismo sin una persona que nos guíe en todo el proceso.
—Lo haré— respondió Frank dando un suspiro, él es un chico nuevo, apenas hace una semana que está aquí. Recuerdo cuando estuve en su misma posición, siendo un recién llegado, en ese entonces ni siquiera pensaba en hablar, no estaba listo, pero veo que él es mucho más valiente que yo —Mi nombre es Frank Roberts, tengo veinte años, todo esto comenzó cuando tenía unos diecisiete años, creo, es que quién los cuenta ¿No? Era un chico bastante tímido, en una escuela normal, no salía, no tenía muchos amigos, en fin, todo una rareza, pero un día fuera de la escuela me encontré con unos chicos que no me discriminaron, que me trataron como a alguien normal, así que me hice amigo de ellos, un día salimos y me dieron drogas para probar por primera vez, no estaba seguro de hacerlo, es que eso nunca había sido parte de mi vida, no lo consideraba muy correcto, pero qué más da, la vida es una sola y tenía que vivirla, así que decidí probarlo, entonces ahí fue cuando me puse a pensar en por qué rayos no lo hice antes, me estaba perdiendo de estar en el cielo, todos los que estamos aquí ya hemos probado drogas, así que ustedes me entienden, saben lo que se siente, es como volar, como si se hubiese creado un mundo mejor solo para nosotros, algo que se siente muy real, ahí comencé a pensar que quería sentirme así todos los días, y comencé a hacerlo porque no iba a desperdiciar semejante oportunidad, así que comencé a hacer eso todo el tiempo, estar drogado hasta la médula siempre con mis nuevos y buenos amigos. Poco a poco comencé a faltar clases, mis padres no tenían idea de ello así que sin cuestionamientos cuando les decía que era para un trabajo o para comer, siempre estaban dispuestos a darme lo que necesitaba. Yo estaba tan cansado de todo que aunque fuese el último año decidí dejar la escuela, no veía el sentido de seguir asistiendo, si yo no quería estar ahí, fue en ese momento cuando mis padres dejaron de estar contentos, no les gustó nada, intentaron convencerme pero no lo lograron, igualmente seguí viviendo con ellos, me siguieron manteniendo pero en realidad no sabían que hasta el último centavo de lo que me daban lo utilizaba para comprar drogas. Debido a rumores lo descubrieron, aún recuerdo la decepción en sus rostros, nunca antes los había visto así, pero fue su culpa, ellos estaban demasiado distraídos como para darse cuenta de lo que en verdad pasaba conmigo. Como no quise dejarlo, no me otorgaron más dinero, me corrieron de la casa, no tenía a dónde ir y sin dinero mis amigos ya no me apoyaron tanto, muchísimas noches llegué a vivir literalmente debajo de puente, días muy duros, pero no me arrepiento de ello. En ese punto la abstinencia me estaba matando, así que decidí ir al único lugar donde podia conseguir dinero, es que yo no sabía trabajar, en ningún lugar me contratarían. Llegué a mi casa, sabía sus horarios, no encontré a nadie, así que les robe dinero, ahí mis "amigos" volvieron a aparecer, lo hice más de una vez, a mi parecer ellos no se estaban dando cuenta. Pero un día me lleve una sorpresa al encontrarlos en casa esperándome, se enojaron muchísimo, me plantearon un ultimátum, dos caminos a seguir, uno era llamar a la policía, acusarme por lo que estaba haciendo, el otro era rehabilitarme, me enfade mucho, me fui, pero finalmente cuando mis amigos me vieron sin dinero volvieron a irse, ahí me di cuenta de que mis padres tenían razón, de que no podía seguir viviendo debajo de un puente, así que volví con mis padres y le dije que si, que aceptaba la rehabilitación, sin perder el tiempo decidieron internarme en esta clínica, la verdad es que yo no quiero estar aquí, no sé si esto sirva para una mierda, pero aquí estoy y soy conciente de que tendré que pasar largos meses aquí dentro.
—Aunque no lo veas, el haber aceptado venir es un gran avance Frank— mencionó Richard.
—Eso parece— agregó Frank cerrando la conversación.
Pienso en la historia de este chico y es tan diferente, pero al mismos tiempo tan igual a la mía, los dos caímos en las drogas, solo que él abandono hasta la escuela, yo logré graduarme, a él lo corrieron de casa, yo decidí irme, no pase las mismas dificultades que él, si bien muchas veces dormí en la calle, nunca fue debajo de un puente, y tampco fue por no tener a donde ir, sino que más bien fue una decisión propia, no tenía las fuerzas para llegar a un hotel, así que me quede ahí tirado. Quizás yo nunca le robe a Evan directamente, porque era él quien cargaba mis tarjetas, pero de algún modo si lo hice, porque él me daba dinero para que pudiera sobrevivir, y yo abusaba de su bondad, de la preocupación que tenía por mi, lo gasté en viajes de primera clase, hoteles de lujo, el alcohol y las drogas más caras, se que él no lleno mis tarjetas para que comprara todo eso, lo hizo para que no tuviera que dormir debajo de un puente, así que de algún modo yo también le robe, mientras él se desvivía trabajando sin poder disfrutar nada de la vida ni de lo que generaba, yo gastaba millones en porquerías innecesarias, fui un crío tan infantil y mal agradecido.
—Daniel ¿Te gustaría compartir algo con nosotros?— preguntó Richard. Lo pensé unos segundos hasta que decidí hablar.
—Solo quiero decir que me siento bien, siento que he progresado desde el día en que llegue, miro hacia atrás y me doy cuenta de lo que ya no quiero hacer, ya no quiero ser el Daniel perdido, no quiero seguir desilusionando a mi hermano, quiero ser una mejor persona por él, por todo lo que ha hecho por mi, no quiero caer en esto nunca más.
—Lo estás haciendo bien Daniel, estamos orgullosos de ti— dijo Richard, todos asintieron y les dedique una leve sonrisa.
He pasado meses en esta clínica, aunque aquí estoy bien y he venido por propia voluntad, ha llegado el momento en que ya no veo la hora de irme de aquí, de poder volver con mi hermano, con Shelby, de pasar tiempo con ellos, de que seamos una familia, ir a la escuela de fotografía, tengo tantos planes que no son tan sencillos, pero de algún se que eso que deseo sucederá, se que mi vida comenzara a mejorar, podremos estar juntos, ser una familia como antes, tengo la certeza de que no caeré en lo mismo nunca más porque voy a dar lo mejor de mí.