Me levanté apenas sonó el despertador y corrí a la cocina, en donde Franca ya tenía el desayuno sorpresa de mi madre listo. -Este será un gran día – le dije a Franca tomando la bandeja. El desayuno constaba de huevos fritos, panceta, panqueques, jugo de naranja y budín de frutas. Abrí la puerta de la habitación con sumo cuidado y vi que mi madre aun estaba durmiendo, ese era de los pocos sábados que no tenia que trabajar. -Mami – le susurré mientras la zarandeé un poco del hombro para que se despertara. Mi madre abrió sus ojos lentamente, para encontrarme a mi, sentada a su lado, con una bandeja de desayuno. -¡Feliz cumpleaños mami! - le dije, abrazándola. -Oh querida, gracias – dijo, mirando la bandeja de desayuno - ¿lo hiciste tu? -Si, mami - mentí - con todo el cariño del mundo –