Una vez estuve lista (solo que no había sido capaz de hacerle el nudo a mi corbata) bajé a desayunar. -Enserio papá, deberían vender a Brad a otro equipo...- le decía mi hermano a mis padres. -Buenos días - saludé, y todos me devolvieron el saludo. Vi algo inusual. Mi hermano estaba hablando con mis padres como si nada. -¿Lavaste muchos platos ayer? - me preguntó mi padre. Cuando llegué en la noche ellos ya estaban en su habitación, por lo cual no habíamos coincidido. -Sí, demasiados - dije, sentándome y clavando el tenedor en los huevos - terminé casi a las 7. -Hablé con tu maestra de ballet - dijo, y casi me atraganto - dijo que podías ir a la clase de las 7:30. -¿Ir? - pregunté, sorprendida ¿no se supone que estoy castigada? -Sí, supongo que tienes demasiado con el castigo