Avisé en portería que vendría a casa un chico llamado “Jeremy” para que lo dejaran pasar, y dejé la puerta de la mansión sin seguro para no tener que bajar hasta el primer piso para contestar en citofono, y me encerré en la habitación para practicar en la barra mis ejercicios de ballet. No le hice caso al fisioterapeuta del equipo de no pararme en puntas, tenía que hacerlo, quería ese cupo en el recital de Rusia y también quería el papel del cisne n***o en el recital de verano. Por lo alta que tenía la música de ballet no escuché los pasos de Jeremy acercarse a la habitación, pero si pude escuchar sus toques en la puerta. Sin dejar de practicar grité un “sigue”, y el moreno ingresó en la habitación, cerrando la puerta tras de sí. NARRA JEREMY Entré, cerrando la puerta tras de mí,