Capítulo 11. ¡por dios Sebas, te pegó! Lariza ahora no entiende nada, como era posible que en lugar de divorciarse de su esposa Sebastián haya solicitado que la chiquilla vuelva a su casa, se había vuelto loco, -- Sebastián estas seguro de lo que estás haciendo, no sabes nada de ella, ¿ dónde ha estado todo este tiempo?, ¡por dios Sebas, te pegó! – le dice su amiga casi en modo suplica, -- Veremos si ahora que vive en mi casa intenta volver a hacerlo, te aseguro que con gusto le cobrare ese golpe y el que me dio hoy en la conciliación – Lariza no podía seguir hablando, si lo hacía Sebastián se molestaría con ella, él se mostraba ansioso esperando que el tiempo pase rápido, -- Voy a casa, debo arreglar algunas cosas antes de que ella llegue – -- ¿Quieres que te acompañe? – le pre