Capítulo 34. Carla por favor, devuélveme mi teléfono. Para Laritza todos los movimientos realizados por Giulietta no pasaron desapercibidos, ella le piso los talones en todo momento, inclusive cuando las muchachas subieron a Giulietta al taxi, Larisa ya estaba montada en uno esperando que el auto de Giulietta emprenda la marcha para seguirla. Cuando Giulietta llega a la zona residencial donde vivía el taxista no pudo ingresar, la nueva orden de la junta de propietarios no dejaba que los autos no autorizados traspasen la reja por seguridad, por lo tanto, la pobre muchacha tuvo que bajarse y continuar a pie el recorrido que le quedaba hasta su departamento, ella no podía creer lo que le estaba pasando, era dueña de su propio flat y sin embargo tenía que llegar caminando porque no dejaban