Capítulo 18: Solo un fan.

2191 Words
Aurora Garnol. Nuestro cuerpos sudorosos, el deseo en nuestras almas a un no son llenadas. Caleb, me penetra sin piedad, el sonido morboso de nuestros cuerpos al chocar no hace nada más que excitarme aún más. Jadeo al sentirlo llegar más profundo dentro de mí, araño su espalda, tomando una respiración profunda cuando chupa mi seno derecho, lo miró y observó como me regala una sonrisa obscena, impropia de él. Observo nuestro reflejo en el inmenso espejo de su cuarto, mi rostro completamente rojo, mi cabello sudoroso pegándose a mi espalda y él, él detrás de mí, apretando mi caderas sin piedad, arremetiendo contra mi sin tregua alguna. Apoyo mis manos en el espejo, cuando baja mi cuerpo, toma mi pelo en un puño, siseo, cuando deja su mano marcada en mi trasero. —Une œuvre d'art parfaite .—Murmura sobre mi oído, lo muerde apretando mi seno. No puedo hablar, lo único que soy capaz de pronunciar son gemidos y jadeos que se escuchan por toda la habitación. Si esto es un sueño no deseo despertar, no deseo que todo se acabe. Arqueo mi espalda cuando sale, solo me voltea un poco, lleva mi pierna a su hombro y arremete contra mi, como si fuera una muñeca de trapo, estoy a su merced y no me quejo, me encanta ser jodida de esta forma por él. Mi cuerpo lo deseo por tanto tiempo que ahora solo se entregó a este hombre. —Caleb .—Jadeo. —Te ves tan preciosa así sumisa ante mí, tu cuerpo a merced del mío .—Lleva su mano hacia mi cuello apretándolo, atrayéndome a él besándome. Caleb está consciente que besar no sé, así que me besa con delicadeza, dejando que me costumbre, muy diferente a como trata mi cuerpo. Un sin fin de sensaciones albergan mi cuerpo, mi respiración se torna pesada, arqueo mi espalda gimiendo con fuerza. Entierro mis uñas en su mano jadeando y gritó por primera vez, gritó de placer. —Ainsi mon ange, si exquis, œuvre d'art sublime— No me da tregua, arremete contra mi prolongando mi éxtasis, lágrimas bañan mis mejillas, por un momento, el pavor de verme orinado llena mi cuerpo. Pero no me deja tiempo de asimilar, cuando me lleva consigo a una cúspide de éxtasis. —¡Caleb! — Gimo cerrando mis ojos, mi cuerpo colapsa a sus brazos, mis piernas tiemblan y temo que si me deja de sostener mi cuerpo caiga al suelo. —Aurora .—Gruñe apretando mi cuerpo. Recuesto mi frente en el frío espejo con mi respiración echa un asco, lentamente abro mis ojos, observando cómo aún seguimos unidos, Caleb me mira y un brillo extraño surca sus ojos. Besa mi hombro con delicadeza, sale de mí robándome suspiros, me carga en sus brazos caminando hacia el baño. Prometo guardar todo esto, cuando todo termine.  El sonido de la alarma me hace maldecir, con pesadez me levanto sintiendo mi cuerpo doler a muerte, miró mi atuendo mordiendo mis labios al percatarme que tengo una camisa de Caleb cubriendo mi cuerpo, levanto mi vista y no tarda mucho en que mi rostro se tiene rojo al recordar todos los sucesos de ayer. Me siento de golpe en la cama. Tuve sexo con Caleb, me acosté con él que hace poco era mi hermano. ¿Siento algún remordimiento? Ninguno. No miento, por un momento ayer creí que al despertar al día siguiente, sentiría remordimiento y me odiaria por acostarme con él, pero no siento nada de eso. Tal vez me he vuelto loca. Debería sentir algo, pero mi cuerpo, mente y corazón están de acuerdo en no sentir nada, solo satisfacción. Me levanto y muerdo mis labios al sentir adolorido todo mi cuerpo, al verme en el inmenso espejo del cuarto de Caleb, observó mi rostro relajada y la maraña que tengo por cabello. Camino hasta salir de su habitación, mirando las escaleras, tomando una respiración, bajo sosteniéndome de las barandas, cuando mis piernas empiezan a temblar. Mi teléfono suena por algún lugar de la sala, camino hasta encontrarlo tirado cerca de la puerta. —Tenemos competencia hoy bella así que espero y muevas ese hermoso culo que tienes, para que no llegues tarde, serán a las cinco en punto .—Muerdo mis labios, sosteniendo entre mis dientes el inferior —Pd: Necesito que me des detalles de todo, picarona, apuesto a que ese hermoso culo, dejó de ser virgen — Sin poder evitarlo me río, negando. —Así que este hermoso culo aún es virgen.—Tiemblo al sentir una pesada mano en mi trasero, apretándole —No puedo esperar para metértela por ahí, para sentir como tú culo abraza mi pene como un puño .—Besa mi nuna. —Tendrás que ganartelo .—Me volteo elevando mi rostro, su sonrisa se ensancha mojando mis bragas. —Así que tendré que ganarmelo .—Sin esperar nada, me toma entre sus brazos, caminando conmigo dejándome en el mesón de la cocina. Se intenta alejar, pero encajó rápidamente mis piernas en su cuerpo impidiendo que se aleje. —Si, no será fácil, ya sabes es virgen .—Muerdo coqueta mis labios, la risa ronca de Caleb hace vibrar mi cuerpo. —Así me gusta, debo decir que extrañaba a esta Aurora .—Besa mi cuello. —¿No te gusta que sea sumisa? —Hago un puchero, aún sabiendo su respuesta. —La sumisa, perfecta en la cama .—Atrae mi cuerpo al suyo —Aunque no me quejo, también me gusta, pero me encanta verte mandona, así ahora podré joderte todo lo que quiera en la cama — Ambos nos miramos, nuestras respiraciones se unen. Caleb es el primero en dar el paso de besarme, paso mis manos por su cuello, atrayéndolo más a mí. Nos separamos por la falta de oxígeno y el sonido del timbre, se acerca de nuevo dejando un pequeño beso. Me baja del mesón, lo veo alejarse caminando hasta la puerta y no puedo evitar bajar la vista a su trasero. Niego moviendo mi cabeza caminando a la cocina. Dominic aparece en mi campo de visión, se cruza de brazos elevando su perfecta ceja. —¿Desayunas? — —Si es tu comida ni loco, la última vez que comí algo preparado por ti, me mandó al hospital por una semana, así que no gracias aprecio mi vida .—Deja unos papeles sentándose en el banco. —¿Y tú? — —Muñeca, es mejor que yo prepare la comida..—Me saca de la cocina. No me quejo, lo único bueno que me sale es la pasta, así que sentándome al lado de Dominic, espero pacientemente. Me muevo un poco nerviosa al sentir la espesa mirada del rubio. —¿Se te perdió algo? —Lo encaro. —No es solo que, ¿Cómo lo digo? ¿Te jodieron no es así? Te dieron hasta para llevar.—Mueve de arriba a bajo sus pulcras cejas rubias oscuras. Me atraganto con mi propia saliva, me da palmadas en la espalda mientras que se ríe de mí. —Te han jodido, bueno es tu culpa — —Tu — —Yo nada, no puedo hacer nada contra el diablo que se vuelve cuando se trata de ti.—Caleb sigue en lo suyo sin prestarnos atención —Y mucho menos ahora .—Esa sonrisa que me dedica no me gusta.  Terminó de alistarme, salgo de la casa tranquilamente al encontrarme sola. Caleb salió luego de desayunar y no ha vuelto desde entonces, aunque antes de irse, volvió a hacer conmigo lo que quiso. Y yo con mucho gusto lo deje. Enciendo la moto, me coloco el casco y ruedo hasta llegar a la reja. Él señor Pedro asiente hacia mí. Al abrir la reja, salgo de allí siendo la adrenalina por todo mi cuerpo, aceleró a fondo, escuchando el rugir del motor, saliendo de la principal. Voy desacelerando al llegar a la enorme reja que divide la carretera y las carreras ilegales. —¿Nombre? — —Dama negra .—Activó la voz robotizada. La enorme reja es abierta y me adentro en aquel mundo, dónde una chica como yo no debería estar. La música desde los autos resuena con fuerza, ruedo los ojos al ver cómo algunas mujeres se restriegan a los tipos. Alcohol, drogas, cigarros, personas casi comiéndose, es lo único que divisó en mi campo de visión, pero se que hay sexo, mucho sexo. —Aurora .—La voz de Bia dentro de mi casco me hace frenar —Ya casi esta por empezar, estamos al otro lado — Bia se sube siendo mi copiloto, las personas al verme pasar se abren paso, miró a todos lados sintiendo una pesada mirada en mi nuca. —¿Qué sucede? — —No lo sé, me siento vigilada — —Desde que llegue también me he sentido vigilada, debemos tener cuidado— Me detuve, bajandome con Bia detrás de mí. —Señores y señoritas, hagan sus apuestas.—Él encargado de las apuestas al verme sus ojos se ensanchan y me sonríe. Sus ojos rojos brillan, sus labios finos se curvan en una sonrisa sin mostrar sus dientes. Él tipo sabe que la rompe, con su cabello blanco, piel blanca. —Es hermoso — Me río y asiento hacia ella, Bia a tenido cierto crush por ese albino, hace dos años llegó y al ser un hombre de palabra y confiable a durado más que cualquier otro y no solo eso, su belleza, carisma y voz, atrae a muchas mujeres que solo compiten para lucirse. —Esto se puso bueno, damas y caballeros, la dama negra y la dama roja, han hecho su aparición, así que hagan sus apuestas — Las personas se aglomeran a su alrededor. —Cien grandes a qué gana la dama negra.—Esa voz hace estragos en mi cuerpo, me volteo con la respiración acelerada, observando a un tipo todo de n***o acercarse. —¿Y usted es? —Las personas le abren paso. —Solo un fan, cien grandes a qué ella gana— —Señor eso es mucho dinero ¿Está usted seguro? — Él me mira, no se que cara tiene al tener casco. —Completamente seguro — —Bia está es la primera vez que alguien apuesta tanto — —Lo sé, pero tú nunca pierdes — —Si o si hoy tienes que ganar Dama de n***o, apuesto mucho dinero en tí, no me defraudes, no defraudes a un fan .—Trago saliva al verlo situarse frente a mí. Su imponente presencia se me hace muy conocida. —Ella nunca pierde, está no será la primera vez, su dinero está a salvó y será multiplicado — Me montó en mi moto al escuchar que la carrera está por empezar, me alineó en la línea de meta sintiendo mi corazón matrillar con fuerza en mi pecho. Hago rugir el motor de mi moto, sintiendo la adrenalina moverse por todo mi cuerpo a gran velocidad, una enorme sonrisa surca mi rostro. —Dama negra .—Miro hacia mi lado derecho al ver a la reina situarse allí —Ten cuidado, no me gusta las carreras con trampas y esa enorme apuesta te puso en el ojo de varios corredores, así que ten cuidado — Asiento hacia ella, miró a ambos lados observando cómo algunos de ellos me miran mal. Mojo mis labios sin dejar de sonreír, esto será muy divertido. —Eres una buena competidora, así que ten cuidado, eres con la única que me puede igualar y querer crecer hasta vencerte, así que te cuidare la espalda— —Gracias reina — Ella me da una mirada para luego colocarse su casco. Aquí aunque la mayoría sepa quién es ella, nadie la puede llamar por su nombre. Nos damos una mirada, haciendo rugir los motores de nuestras motos. No es la primera vez que ambas nos cuidamos las espaldas, aunque ella odia perder contra mí, es buena competidora, además de que es legal a la hora de competir. —Ten cuidado Aurora, está vez irán con todo— Volteo mi rostro mirando a Bia, que se encuentra subida en su moto, fuera de la línea de meta. —¿Me cuidarás la espalda? — —Siempre — —¿Están listos? —El rugir de nuestras motos lo hace saber —Carrera limpia .—Nos apunta, ganándose la risa de muchos, aunque si te atrapan haciendo trampa quedas fuera —En sus marcas, listo .—Me acomodo mejor, sintiendo mi corazón late de prisa, siento como la adrenalina me hace sonreír, estoy más que preparada —Fuera — Fuera. Está es mi vida, la sangre circula por mi cuerpo, puedo hacerlo, la ira, adrenalina y emoción se juntan. La carrera apenas empieza… °°° Ainsi mon ange, si exquis, œuvre d'art sublime—Así mi ángel, tan exquisita, una sublime obra de arte ) Une œuvre d'art parfaite —Una perfecta obra de arte)
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