Está es la primera vez que alguien apuesta tanto por mí, si anteriormente he tenido a mi favor apuestas grandes.
¡Pero cien grandes!
Ese es otro punto, otra motivación para no perder, no debo perder.
Aunque sea billonaria, no vendría nada mal, agrandar la riqueza.
Niego riéndome.
Ya sueno como Bia.
Aceleró perdiéndome en la oscuridad del bosque. Enciendo las luces escuchando un claxons.
Dos pitidos: emboscada.
Bajo la vista al tablero de la moto, muevo con rapidez mi mano.
Tengo dos a mi lado.
—Aurora .—La voz llena de terror de Bia me hace reír.
—Ya los tengo —
Es lo único que digo, acelero.
—En la curva tienes la probabilidad de perderlos —
—No pienso perderlos —
Desacelero un poco, siento cómo mi pierna protegida se encuentra con el pavimento, el sonido del motor de las otras dos motos, hace que la adrenalina albergue con fuerza mi cuerpo.
Muevo mi cuerpo un poco, bajo la mano por mi traje con agilidad sacando un arma. Tragó con fuerza sintiendo un poco de miedo, solo la he usado en dos oportunidades.
La primera: cuando un imbécil casi me mata, se quería estrellar conmigo.
Y está la segunda: ellos quieren venir de frente
—Aquí los espero —
Freno elevándome en la rueda delantera, mueve el manubrio lo más rápido y ágilmente, hasta quedar de frente a ellos, vuelve a la carrera.
Sonrió al verlos, elevó el arma con la adrenalina palpitando en mi cuerpo, tragó con fuerza.
Ellos al ver el brillo del arma aceleran.
—¿Estás viendo? —
—Son suicidas .—Bia se ríe con nervios.
Llevó mi mano con el arma justo a la esquina de un árbol y disparo.
Miró por el espejo manteniéndome concentrada.
Un crack se escucha y me río al verlos colgando de los árboles.
—No son los únicos que saben dónde están las trampas —
Frendo dando la vuelta quedando de frente.
Bajo la vista.
—Maldición voy de tercera, esto se coloca cada segundo más divertido —
Lamo mis labios con una pequeña sonrisa.
Aceleró a fondo sintiendo el viento golpear en mi ropa, divisó al segundo puesto.
Tres claxons: significan trampa adelante.
Permito que reina llegue a mi lado, ella mueve su mano hacia adelante. Asiento hacia ella, elevando mi mano provocando que ella me saque el dedo al dejarla atrás.
Mantengo la mirada al frente, sintiendo mi corazón latir de prisa al ver un árbol caído.
—¿Qué mierda? —Susurro —No soy Toretto o O’Conner —
Miró hacia ambos lados.
—Bia —
—A la derecha hay un camino abierto, puedes pasar por allí —
Me meto por el camino sintiendo el movimiento.
—Maldición Aurora con cuidado —
Me río nerviosa.
Estoy nerviosa, tengo miedo, pero eso no va a evitar que pierda.
Bajo un poco la velocidad, al doblar colocando mi pie derecho en el suelo estabilizando la moto, aceleró mirando por el espejo retrovisor la nube de humo.
Sé que no estoy sola, hay varios detrás de mí.
A lo lejos observo a los dos primeros.
Son míos.
Salgo del camino acelerado a fondo, escuché el sonido de las llantas al frenar doblando mi cuerpo.
Sonrió al estar detrás de ellos. Me alarmó un poco al ver cómo dobla la mano sacando un arma.
No lo creo.
Cambio de velocidad reduciendo un poco, al volver a su sitio, vuelvo a cambiar de velocidad acelerando.
Lamo mis labios al pasarlos divisó a lo lejos la línea de meta, sin importarme nada, aceleró a fondo, escuchando los claxons de las motos de la multitud.
Me muevo hacia la derecha al escuchar el grito de Bia, escucho el zumbido de la bala pasar, no me importa nada.
Nadie le gana a Aurora, nadie le gana a la dama negra.
Doy vueltas al pasar la meta, tocando él claxons, las personas cantan mi nombre. Al detenerme bajo sintiendo mi corazón latir de prisa y con una sonrisa, me acerco a Bia que llega a mi lado.
—Estuviste de puta madre .—Habla por el intercomunicador que tenemos.
—Aun siento la adrenalina corriendo por mi—
—Yo no corrí, pero siento la adrenalina en mi maldito y puto cuerpo, ¡Te querían muerta! No saben que si algo te pasa el diablo va por ellos—
No puedo evitar reír.
Él encargado de las apuestas se abre paso entre la multitud, con una sonrisa gigante y detrás de él, aquel hombre que apostó por mí.
—¡La dama negra nunca decepciona!—Victorea con el dinero.
Se lo entrega, se acerca Ami extiendo mi parte.
—Verte correr es un arte, dama negra .—Besa el dorso de mi mano.
Aquel hombre se acerca alejándolo de mi, junto mis cejas sorprendida aunque él no lo vea.
—Es el turno de correr de la dama roja, señores, hoy vamos a presenciar como las ángeles se entregan a las carreras —
Bia levanta la mano alejándose.
—¿Estás segura que no quieres que te cubra?—
Preguntó con nervios.
—Lo estarás haciendo, verás todo lo que yo y más, no corras debes descansar —
—Si algo te pasa —
—No me pasará nada, siempre me cubres, está es la primera vez que no lo harás, como yo lo hice en aquella carrera —
—Te recuerdo que en esa casi muero —
—Se que no será fácil, por eso verás todo, a través del casco—
No hablo más al ella colocarse en la línea de meta.
Desde ese día, implementamos cámaras, computadores, gps, sensores de movimiento y sonoras a las motos.
Fue difícil, pero lo hicieron.
Me muevo hasta llegar a un punto ciego, dónde no la multitud, ni las cámaras me verán.
Me saco el casco dejando el intercomunicador, me agachó hasta abrir un compartimiento secreto en la moto sacando unos lentes.
Me los pongo mirando todo lo que Bia ve.
Sonrió un poco al escuchar a Bia maldecir cuando alguien intenta irse de frente con ella.
—¡PUTO ANIMAL! —Escucho su grito provocando que haga una mueca.
Unas manos me alarman, abro mi boca, pero es callada al posar una mano en mi boca. Mi cuerpo se llena de miedo, al sentir su cuerpo pegado al mío.
Mierda.
Pero todo miedo desaparece al olor ese perfume, ese olor que me vuelve loca, poco a poco mi cuerpo se empieza a calentar de deseo.
—¿Creíste que no sabría de tus salidas?—
Su voz, su maldita voz ronca en un susurro, bastó para que mis bragas se mojaran.
—Caleb .—Susurro al sentir sus labios en mi cuello.
—Puta madre tendrás sexo mientras estoy compitiendo, ni en mis sueños más locos, me ví escuchando como a mi mejor amiga le dan como puerta sin traba .—Me río, pero mi risa cesa, al sentir la palma de Caleb en mi coño cubierto por el pantalón.
Jadeo, cuando mueve su dedo de arriba abajo haciendo presión.
—Ya gane puta diosa, ten sexo duro, que yo igual tendré —
Me quito las gafas y el auricular, me sostengo del brazo de Caleb cuando retira su mano de mi boca.
—Por favor .—Recuesto mi cabeza en su hombro cuando presiona más mi centro.
Muerdo mis labios para evitar que alguien nos escuche.
—¿Temes que nos escuchen? —
Asiento con mis ojos cerrados.
—No te preocupes, no deseo que nadie te escuche o observé tu glorioso cuerpo, solo yo puedo hacerlo —
Mi respiración se descontrola cuando presiona con fuerza, como tapándome la boca.
—Desnudate —
Con las manos temblorosas bajo el cierre de mi pantalón, lo bajo como puede al ser aún presa de los fuertes brazos de mi pecado.
—Bella my angel full of sin, luego tendré la dicha de apreciarte, pero ahora te jodere, por colocarte en peligro, por prenderme .—Escuchó cómo raja algo y el sonido sordo de algo caerse.
Mi cuerpo se llena de un deseo desconocido, estamos al aire libre, alguien nos puede ver, pero eso en vez de darme miedo, enciende la llama del pecado.
Eleva mi cuerpo abriendo mis piernas, jadeo con su mano en la boca cuando se adentra en mí.
Abro mis ojos cuando arremete sin piedad, no sé cómo nos voltea quedando frente a frente.
—La sumisa perfecta, fiera como una leona, dócil como una gatita, me encanta cuando te vuelves sumisa —
Curveo mi espalda cuando se adentra más profundo dentro de mí, baja su manos hasta encontrar mi clítoris donde lo aprieta y jala sin dejar de entrar en mi.
Baja sus besos por todo mi cuerpo mordiendo mi cuello expuesto.
Solo me dejó, me dejó hacer suya, en sus manos soy una muñeca.
Beso sus labios con furor, cuando arremete contra mí sin detenerse.
Me alejo de él, dejando caer mi cabeza en su hombro, Caleb retira mi cabello de mi cara besando con delicadeza mi frente.
Pega mi espalda a la pared, toma mi cuello con un poco de fuerza sin llegar a lastimarme.
Bajo la vista a la unión de nuestros cuerpos, prendiéndome aún más, más al saber que podemos ser descubiertos.
—Me encanta como tú interior me aprieta.—Jadeo y lágrimas ruedan por mis mejillas al llegar.
Caleb explota llevándome consigo.
Caleb me besa callando mis gemidos caigo derrotada, él lleva su cabeza a mi hombro escuchando su respiración pesada.
Nos mantenemos así por un largo rato, nos vemos a los ojos y una extraña sensación llena mi cuerpo.
Quiero permanecer así con él, deseo que solo me mire a mí.
Alejo esos pensamientos, esto es solo deseo carnal.
—¿Desde cuándo lo sabías?—
—Desde siempre —
Término de arreglar mi ropa, Caleb se coloca su casco y yo él mío.
Me cruzo de brazos al verlo subirse a la moto.
—Manejo yo —
Hace rugir el motor, Niego y terminó subiendome, no lo voy negar, esto me encanta.

—my angel full of sin —(Mi ángel lleno de pecado)
Volvimos con más pecado y más deseó.
¿Cómo se encuentran?
¿Les gustó el capítulo?
Ya sabremos más adelante como es que el papucho de Caleb se enteró.
Les soy sincero, escribir sobre manejar es realmente difícil, más para alguien que apenas si sabe manejar una moto, mantenerse estable en ella y más o menos arrancar.
Y se mi mejor esfuerzo.
Intentaré traerles otros dos capítulos más de dos historias diferentes.
Nos leemos pronto.