—Grace, mírame, por favor, mírame—Evan tomaba de su rostro para que ella lo viera, ella se sentía tan frustrada de no poder hacer algo —¡Damian!—ella no dejaba de gritar, sus lágrimas habían salido, sus mejillas estaban rojas, Evan la mantenía sujetada, le costaba trabajo mantenerla firme, pues no sabía como es que ella estaba sacando tanta fuerza —Debemos irnos, por favor solo ven—el chico jaló de su mano, ella no accedía, no sabía de qué otra forma hacerlo Con rudeza, Evan la jaló, no quería lastimarla, pero no estaba dejando otra opción, lo único que logró fue cargarla para así encontrar una salida, el camino daba hacia una vieja puerta que miro, ella forcejeaba, pidiendo regresar y no dejar a Damian, no podía irse así. Los gritos de Damian dejaron de oírse, aquella enorme bestia de