- Cuánto tiempo sin saber de ti - dijo la mujer del otro lado.
- Qué quieres Paula, hoy estoy de buen humor, así que no lo arruines.
- Perdón querido, no es mi intención. Pensé me tocaría consolarte, pero veo que no.
- ¿Consolarme?
- Claro, como los Montes lograron el contrato que querías, supuse sería un mal día.
- ¿El contrato?
- Pensé que ya lo sabías, al parecer alguien les avisó tus términos, presupuesto, todo. Los mejoraron y pues… Perdiste querido. ¡Feliz cumpleaños!
- ¿Quién pudo traicionarme?
- Bueno, ¿la amiguita con la que vives no es inseparable de un Montes? Dicen que los ven siempre almorzar cerca de tu oficina.
- Ella no pudo…
- Después de todo no eres el tan invencible e imponente Andrés, al final
