Cuando tu mejor amiga contrae matrimonio con tu padre, vas y contraes matrimonio con el jefe de tu padre.
Antes no creía en la mala suerte, pero el veintitrés de julio fue como si me hubiera levantado con el pie izquierdo, pasé debajo de una escalera, un gato n***o pasó frente a mí, derrame sal, quebré un espejo y me vestí de amarillo y si se lo preguntan, sí era martes.
Soy Morgan Lurssen y soy residente de pediatría en el hospital universitario de Angers, estaba muy emocionada porque estaba trabajando en el mismo hospital que mi novio Charles, él va un año adelante y nos tuvimos que separar cuando empezó la residencia, fue un año muy difícil para mí sin él y con la situación de mi familia, pero ahora estamos juntos y me siento apoyada nuevamente.
Esa mañana estaba caminando a la sala de descanso porque había cambiado el turno con otro compañero, quería pasar a ver a mamá a la casa, ella tiene cáncer de seno que no fue detectando a tiempo, hemos pasado un año terrible de hospital en hospital, lo cuál es irónico porque yo trabajo en uno, al final el médico dijo que debía irse a casa y pasar sus últimos días con tranquilidad, así que trato de pasar el poco tiempo libre que tengo con ella.
Al abrir la sala me dí cuenta que habían dos personas en la cama.
–Por favor está es una sala de descanso, no para tener se.xo –los regañé.
Me acerqué para dejarlos desnudos para que se avergonzarán y se fueran, pero la avergonzada y sorprendida fui yo cuando vi que uno de ellos era…
–¡Charles!
–Morgan, ¿qué estás haciendo aquí?
–¡¿YO?! –exclamé –. Tú te estás acostando con está… –señalé a la chica y la conocía –. Melissa.
Sí, era mi compañera de residencia, entró conmigo y había sido muy amable hasta me había dicho lo guapo que era mi novio, tanto que ahora están aquí, parece que sus intenciones habían sido otras.
–Morgan, lo siento tanto.
Me di la vuelta para irme, no tenía sentido estar ahí, llevaba veintiocho horas de trabajo y solo quería descansar diez minutos de los cuales ya había perdido la mitad, darme una ducha e ir a casa a ver a mi madre.
–¡Ah! –me detuve en la puerta –. ¡Y terminamos Charles! –expresé –. Por si tenías la duda.
–Morgan, espera, es que tu no tenías que estar aquí...
Lo vi levantarse e intentó seguirme hasta que un guardia lo detuvo por estar sin ropa en el pasillo, me subí al ascensor y presioné el botón para el piso de abajo, ya no me da tiempo de la ducha todo por el idiota de Charles Smith, sacudí mi cabeza, no tengo tiempo para llorar por él, tengo cosas que hacer.
Escuché el tono de mi celular y contesté.
–Hola.
–Morgan, soy Gina.
Gina es la enfermera que cuida de mi madre, se han vuelto muy unidas y Gina la conoce bien.
–Sí… buenos días –titubeé –. ¿Cómo estás?
–No muy bien –respondió y sentí que el corazón daba un vuelco –. Morgan… es tu mamá… lo siento mucho, cariño, ella falleció hace unos minutos.
Retrocedí dos pasos para sostenerme de la pared del ascensor, me sentí mareada y que me faltaba el aire, mi mamá, estaba por ir a verla y ya no voy a poder, no debí cambiar ese turno, no debí estar aquí…
–¡Morgan! ¡Estás ahí!
Reaccioné de nuevo cuando escuché mi nombre al teléfono, tengo que guardar la calma, no puedo alterarme aquí, tengo que tener el control de mis emociones.
–Sí, perdón –respondí –. Papá lo sabe.
–No, eres la primera que he llamado, después de llamar al médico, ya está aquí y sacará la defunción.
Presioné otro botón en el elevador, uno que me llevaría al departamento de cirugía.
–Yo sigo en el hospital, pasaré a decirle y llegaremos a casa.
–Lo siento mucho, cariño.
–Sí, gracias por llamar, Gina.
Corte la llamada, siento que si me dice otra cosa estallaré en lágrimas y no quiero que piensen que soy la residente loca.
Mi padre Jacob Lurssen es el jefe del departamento de cirugía, por él decidí ser médico, ha sido como mi superhéroe, ha trabajado en este hospital toda la vida y su sueño es ser el director general, casi lo cumplía cuando el antiguo director fue removido de su cargo, creyó que lo iban a ascender, pero apareció alguien más, no podía decir nada porque aparte de ser el director, es el dueño del hospital.
–Hola, disculpe, el doctor Lurssen –le pregunté a la enfermera.
–En la sala cuatro.
–Gracias.
Me apresuré porque eso significa que está por entrar a cirugía, aunque no sé muy bien qué decirle, supongo que usaré el discurso de los médicos, me lo repetí en la mente y estaba tan concentrada que cuando abrí la puerta me congelé.
–¡Papá! ¡Lilah!
Intentaron separarse y fingir que no pasaba nada, pero yo los había visto se estaban besando, esto no me puede estar pasando de nuevo, era como un jodido dejavu, pero con diferentes personas.
–Morgan, ¿qué haces aquí?
Sí, definitivamente era como rebobinar la escena, me empecé a preguntar si todos los hombres preguntaban lo mismo.
–Venía a decirte que tu esposa que tiene cáncer falleció, pero parece que eso a ti ni te importa.
–¿Qué?
No vi cómo reaccionó, solo estaba viendo a Lilah, no podía creerlo, yo le conseguí el puesto aquí, le pedí a mi padre que la aceptará como resistente, era mi mejor amiga de toda la vida, un golpe en el estómago me hubiera dolido menos.
–Lo hubiera esperado de todos menos de ti –la señalé.
–Morgan, es que tu padre y yo…
–No quiero escuchar excusas tontas, tú sabías todo, de mi madre, de mi familia, lo difícil que ha sido, incluso te ayude a estar aquí para que estuviéramos juntas y me apoyarás en este momento tan difícil, eres un asco de persona –luego mire a mi padre –. Los dos son un asco, yo me encargaré del funeral de mi madre, ni te atrevas a aparecer o le gritaré a todos lo que has hecho.
No sé cómo salí de ahí, no sé cómo tuve las fuerzas para seguir caminando y conducir hasta la casa, no sé cómo preparé un funeral y muchos menos sé como iba a vivir sin mi familia ahora, todas las personas en las que creía me habían traicionado, de algo estaba segura y es que esto no se iba a quedar así, todos iban a pagar esa Lealtad quebrantada.
–Sí aceptas tendrás que hacer todo lo que yo te pida, Morgan.
–Haré todo lo que me pida, si usted me ayuda.
–¿En qué quieres que te ayude?
–En mi revancha.