Hace tres meses…
Adam Henderson.
Terminé el turno en el hospital, tenía el presentimiento que debía hacer otra cosa, pero lo he olvidado, han pasado treinta y dos horas desde que empecé el turno, entre e trabajo que me gusta (operar) y el que no me gusta (papeleo y sonrisas a las cámaras), ya merezco descansar, al menos eso pensé hasta que mi teléfono sonó.
–Hola.
–Hallo Adam, me he enterado que estás aquí y no me lo habías dicho.
–Axel –lo saludé –. Apenas he llegado a Berlín..
–Desde hace tres días –me reprochó.
Eso cuenta como recién he llegado, a veces pierdo al consciencia del tiempo cuando estoy trabajando, es como cuando entras a una habitación por la noche y cuando sales es de día y no sabes cuánto tiempo ha pasado. Axel Ruhmann es uno de mis buenos amigos que tengo aquí en Alemania, siempre que vengo quiere que nos veamos, pero me he estado moviendo de arriba a abajo y hoy solo quería descansar, aunque creo que eso no se va a poder.
–Supongo que he olvidado llamarte, ya sabes como se pasa el tiempo trabajando.
–Has trabajado mucho por hoy, vamos a tomar algo, te espero.
A tomar algo, eso significa llegar a su bar para emborracharnos, de todas formas solo iba a estar aquí un par de días.
–Já, te veo allá.
Corte la llamada y me subí al auto, estaba por irme cuando escuché mi nombre a lo lejos.
–¡Adam! ¡Adam! ¡Espera!
Oh no, Ariana venía corriendo, su coleta se movía de un lado a otro, casi tropezó con la banqueta y yo aproveché para irme e ignorar lo que sea que tenga que pedirme, escucharla significan otras treinta y dos horas de cirugías, fotos y presentaciones de las que he tenido suficientes por ahora; me encanta la parte de las cirugías y prolongar vidas, pero los medios me tienen cansado, tengo que seguir haciendo esto por la fundación, pero me gustaría no hacerlo más, estaría bien ser un médico con su propia clínica privada y al menos sentir que manejo mi vida, no es malo añorar una vida decente de vez en cuando, pero eso no es algo que les gustaría a mis padres y yo no me puedo costear nada, ningún médico gana lo suficiente para costear su propia clínica y material para ayudar a los demás, para eso necesitas a los millonarios que ganan todo ese dinero por hacer tonterías que no benefician en nada a las personas, así es este mundo.
Dí por concluida mi epifanía en el auto cuando llegué al club, me estacioné y bajé del auto, adentro me fui directamente a la sala VIP, Axel ya estaba en nuestra sección con dos vasos de Whisky.
–Aquí estás –me dio el vaso –. Salud.
Chocamos nuestros vasos y me lo tomé de un solo trago, sentí el ardor en mi garganta, en poco tiempo me iba a acostumbrar porque este sería el primero de muchos, cuando estoy con Axel se vuelve como una competencia aunque suene ridículo, pero él tiene buena tolerancia al alcohol así que soy yo quien termina alcoholizado y sonríe sin ningún efecto aunque hemos tomado lo mismo.
–¿Dónde se quedó Ariana? –me preguntó.
–En el hospital, ahora mismo, me debe estar maldiciendo –sonreí.
Ariana es mi asistente, va conmigo a todos lados, no tiene nada para quejarse, lleva una buena vida, viaja conociendo lugares y le p**o muy bien, las razones por las que la contraté es porque es huérfana y hace un excelente trabajo, apenas cumplía los requisitos para ser mi asistente y con apenas me refiero a que podía hablar diferentes idiomas y solo tenía cerrada la carrera en la universidad, habían candidatos más competentes, pero todos pedían horarios flexibles para pasar tiempo con su familia además de vacaciones en las fiestas de fin de Año, Ariana no tenía nada de eso y esa fue ventaja.
–Deberías darle vacaciones a esa chica –propuso –. Puede empezar desde ahora, déjala aquí y yo te la cuido bien.
–No te hará caso, Axel –contesté –. Mejor dime que hay por aquí.
–Nichts –murmuró –. Además de lo de siempre, te quieres llevar una del club o te arriesgas con las invitadas.
–Aún es temprano, ya lo veremos.
Pedimos más tragos, Axel me habló sobre el club, le ha ido bien, lo conocí porque uno de sus trabajadores tiene un hijo con una deformidad en la cabeza, el tratamiento era demasiado costoso, una noche llegué al club con unos colegas y me lo encontré, fue realmente toda una casualidad y terminó llevando al niño a la fundación a cambio y tengo una membresía gratis en su club, ahora siempre que vengo, me pide salir a relajarme.
Me contó sobre su vida estos últimos meses, el club es su gran logro con eso mantiene a sus padres, aunque ellos hubieran querido que fuera médico e hiciera algo por la comunidad, no se quejan para nada al llevar una buena vida.
Tomé un par de tragos, no tenía muchos ánimos de esforzarme en ir a buscar alguna chica al primer nivel, así que terminé por solicitarle una a Axel.
Una chica de piel oscura y cabello rizado apareció frente a mí, tenía unas curvas perfectas, el pequeño vestido sin tirantes y corto marcaba su cuerpo, me la llevé al apartamento, donde me bajé los pantalones en la sala, ella sabía cuál era su trabajo y sin preguntar se arrodilló y tomó mi miem.bro entre sus manos, lo primero que hizo fue sujetarlo, movió sus manos antes de meterlo a su boca, se sintió bastante bien, la chica sabía lo que hacía, cerré los ojos recostando un poco la cabeza hacía atrás un momento sintiendo la humedad de su boca y su lengua moviéndose, subía y bajaba, lo sacaba lamiendo alrededor y luego volvía a meterlo a su boca, las ma.madas siempre eran lo mejor, me moví para verla, estaba esforzándose bastante, me incliné para buscar sus pechos, ella se quiso separar y con la otra mano la sujete del cabello.
–Ni se te ocurra detenerte.
Ella no lo hizo, logre llegar a su pecho y lo presioné, era grande y firme, su pezón estaba duro, la escuché gemir, eso me excitó y le presioné la cabeza contra mí, tenía que aguantar para eso le pagaba bien, marque mi ritmo moviendo su cabeza contra mi miem.bro, ella lo entendió y empezó a lamer y succionar más rápido hasta que sentí el placer y me derrame en su boca, ella lo soportó hasta que la solté, volví a recostarme en el sofá.
Ella se levantó, tardó tal vez un minuto antes de que escuchará su voz.
–¿Quiere algo más?
Reaccioné y está vez al verla ya tenía la parte de arriba del vestido hacía abajo con sus pechos descubiertos y me miraba directamente a la entrep.ierna, seguramente quería que la tocara y la penetrará, pero ella no estaba aquí para su placer, era solo el mío.
–No –contesté –. En la mesa de salida hay dinero y cierra cuando te vayas.
Se levantó el vestido mirando hacía abajo, ya no dijo nada más, no tenía que pagarle, pero por cortesía le daba algo de propina.
En el minuto que escuché la puerta me dejé caer por completo en el sofá, estaba tan cansado y ebrio que no sabía distinguir muy bien ninguna de las dos, lo único que sé es que quería dormir toda la semana, ni siquiera terminé de pensarlo cuando me quedé dormido.
Me desperté cuando escuché el sonido de mi teléfono, ¿quién cara.jos me llama a está hora? Aunque no tengo idea de la hora que es, pero no pueden llamar así, tardé bastante tiempo en abrir los ojos, moverme, me enrede y caí al suelo.
–¡Mierda!
Olvide que me quede dormido en el sofá con los pantalones abajo, la puerta del apartamento se escuchó, alguien estaba tocando. ¡Maldita sea! ¿A quién cara.jos se le ocurre llamarme y tocar a la puerta? Solo una persona vino a mi mente… Ariana.
Me abroche los pantalones, primero fui por el teléfono, la pantalla no decía el nombre de Ariana, pero de todas formas contesté mientras caminaba a la puerta.
–Hola.
–Bonjour, habló con Adam Henderson –la voz masculina de un francés me confundió.
–Buenos días, soy yo.
Al abrir la puerta, Ariana estaba del otro lado, pero la expresión en su rostro no era de enojo o felicidad, era de preocupación y algo me dice que esto no va a resultar bien.
–Señor Henderson, lo llamo del hospital André Mignot y lamento informarle que su hermano Frank Henderson ha fallecido –se detuvo, supongo que esperaba alguna respuesta de mi parte, pero por primera vez en mi vida, me había quedado sin palabras.