En el momento que miré la amplia sonrisa del doctor Henderson me detuve, creo que está vez deje que mis emociones me guiarán y no pensé bien las cosas, aunque el noventa por ciento de mis problemas provienen de ser demasiado impulsiva y según los demás me involucro demasiado.
–¿Quién es ella? –le preguntó el desconocido al doctor Henderson.
–Gerald, te presento a mi futura esposa.
El hombre volvió a mirarme y luego lo miró a él, el doctor Henderson no me había quitado los ojos de encima y creo que era momento de correr.
–¿En qué te metiste ahora?
–Por favor, entra con nosotros, Morgan –me pidió ignorando a su amigo, yo miré a los dos y luego el doctor Henderson se acercó para llevarme adentro –. Este hombre es una persona muy aburrida que no tiene nada que hacer más que meterse c
