Mientras Morgan se enfoca en Audry y en buscar la forma que su padre pagará por todo lo que había hecho, Lilah Miller, esa chica de su edad que también tenía raíces americanas con la que había compartido gran parte de su infancia y que ahora no iba a dejarla ganar, no era posible que ella hubiera trabajado tanto por estar con Jacob Lurssen y tener una buena vida con un hombre de una carrera tan prometedora cuando Morgan se había casado con el director hospitalario, esto no podía ser así, ella no podía ganarle, Lilah siempre se arreglaba mejor, era más alta, más delgada y más sociable, ahora Morgan no la podía opacar. –¿Era Morgan quien acaba de irse? Lilah reaccionó cuando vio a Charles llegar. –Sí, era ella. –Según escuche que pasó aquí la noche, creo que al final era una mentira