~ Capítulo 01: Musa ~

4793 Words
PARTE I: ~ El Fugaz Allegro de Liam ~ ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._. Wise men say only fools rush in But I can't help falling in love with you. * * (Elvis Presley ~ Can't Help Falling In Love With You) ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._. Sentí un ligero golpe en la nuca y cerré los ojos mientras suspiraba y me quitaba los audífonos, me giré a tiempo para ver como Grant y Will se escondían bajo su escritorio en un mar de carcajadas. —Par de idiotas —resoplé entre dientes, tomando la bola de papel y lanzándola a la basura. Todo el salón era un completo desastre porque el señor McCabe se había retirado de emergencia dejándonos solos. Podría decirse que yo era el único que se encontraba en calma y en su sitio. En completa soledad en mi mesa. "Por ñoño" hubiese dicho Logan, le gustaba llamarme así. Miré a mi hermano sentado en la mesa de al lado, escribía algo en su cuaderno mientras reía, tramando alguna tontería seguramente, y luego se lo mostró a Luke, que aunque al comienzo puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza en señal de reproche, inevitablemente terminó sonriendo y asintiendo. Aquello era típico, a mi hermano se le ocurría alguna estupidez para hacer y Luke siempre terminaba envuelto en sus redes. Decía que no podía evitarlo, que no podía dejarlo solo en su castigo. Logan solía decir que era su debilidad, aunque tanto él como yo sabíamos que no era cierto, la debilidad de Luke siempre fue y siempre sería la misma, pero él primero moriría cincuenta veces antes que admitirlo... O darse cuenta de ello. Me distraje un rato tratando de adivinar qué estarían tramando ese par, hasta que desistí luego de unos minutos. Volví a la hoja que tenía frente a mí, y mi frustración se disparó nuevamente, aquella hoja en blanco estaba comiéndome la cabeza desde hacía dos días. Pero eso era la historia de nunca acabar. «Vamos, Liam; solo es una canción, tan solo una canción», me repetía mientras sacudía el lápiz contra la mesa. Los chicos y yo habíamos acordado que cada uno escribiría una canción de amor para nuestra presentación en el baile de halloween. Logan había terminado la suya la noche siguiente a nuestro acuerdo; para él era como pan comido, solo tenía que pensar en alguna novia imaginaria y listo, tenía tres fabulosas canciones sobre amor. Por su parte, Luke de seguro escribiría alguna de sus canciones románticas-depresivas que tan bien le salían, hacía llorar a todo el mundo con ellas; pero yo, como siempre, no tenía nada. Bueno... Tenía algo, la melodía. Había logrado crear una canción sin letra, lo usual en mi caso, y aquello era lo que escuchaba, la melodía que creé en tan solo diez minutos la noche anterior, tratando de encontrar inspiración en ella, pero sólo servía para recordarme lo que era mi territorio y lo que no, yo podía escribir sobre cualquier cosa, menos sobre él amor, era como si tuviese un bloqueo de fábrica, siempre escribía las peores tonterías, por eso se lo dejaba a ellos. Era nuestro acuerdo silencioso, cuando de canciones de amor se trataba... Ellos la letra, yo la música. Sabía qué hacer con los acordes, cuándo aumentar o disminuir el tempo, y cuándo dejar que el silencio hablara, pero no cómo hacer que las palabras tuvieran sentido dentro de la música. Y lo cierto era que no entendía por qué. Me gustaban las canciones de amor, escucharlas, y cantarlas mucho más, pero por más que intentaba no lograba escribir alguna que me dejara satisfecho. Pero esta vez quería hacerlo, quería escribir algo, era la primera presentación importante de nuestra banda, y no lo estaba logrando, era frustrante no ser bueno en algo cuando se supone que era el chico de oro, el señor "nada es imposible para mí" y sin embargo ahí estaba, cada vez más furioso frente a aquella hoja en blanco. Y así me mantuve un rato más hasta que el director Miller entró al salón. —Silencio jóvenes, Callaghan... Los audiculares, por favor —levanté la vista al tiempo que me quitaba los audífonos y los metía en mi bolsillo —. El profesor McCabe tuvo un imprevisto familiar y estará de baja por unos días, ya estamos tramitando su suplente, pero por ahora se quedarán aquí esperando a la señora Tallis para su clase de matemáticas —al oír aquello todos mis compañeros empezaron a quejarse en voz alta —. Sí, sí, sí, lloren todo lo que quieran... Igual se quedarán, y mientras... Quiero que le den la bienvenida a su nueva compañera, la señorita Lilieth Thatcher. El anciano señaló hacia su izquierda, y fue entonces cuando la vi. La chica nueva de la que tanto se había hablado y especulado las últimas semanas, ya que le habían dado una plaza en el colegio incluso después de haber cerrado las inscripciones dos semanas atrás, sólo para no aparecer nunca. Llevábamos casi dos meses del curso y ella no había asistido ni a una sola clase. Todo eso causó gran revuelo entre los estudiantes, ya que era bien sabido que en el instituto St. Patrick eran muy estrictos con lo referente a las fechas y cronogramas de clases, y ni hablar del tema de las asistencias, incluso Luke había estado al borde de la expulsión el año anterior por un par de inasistencias, y sin embargo, pese a que todos la habíamos olvidado ya... Ahí estaba ella, ignorando todo el revuelo que causaría. Era una chica delgada y alta, su cabello rubio caía como cascada sobre sus hombros hasta su cintura, tenía piel blanca como la porcelana, pero la perfección de su rostro se arruinaba un poco por la mueca que hacía con su boca, mientras sus ojos azules vagaban de un punto a otro sin fijarse en nada. —Siéntese junto al joven Callaghan, él estará a cargo de su orientación —dijo el señor Miller mientras le daba paso a la chica, que parecía querer estar en cualquier parte menos ahí. —Vamos Luke, quitate, ¿no ves que la señorita se sentará conmigo? —exclamó Logan empujando a nuestro amigo, mientras este maldecía entre dientes. El Director Miller le dedicó una mirada de cansancio. —El joven Liam Callaghan —corrigió señalando hacia mi mesa, mientras mi hermano levantaba las manos en gesto de disculpas, aunque todos sabíamos que no se disculpaba en absoluto, Logan siempre lograba colmar su paciencia con cualquier tontería. Lilieth caminó hasta mí y se sentó a mi lado. Su incomodidad saltaba a la vista, solo un tonto no se daría cuenta. —Bien, jóvenes... Sean amables con su compañera. Y compórtense mientras llega su siguiente clase. —dicho esto se retiró y todo volvió a justo donde había quedado antes de su interrupción. —¿Acaso me puse la ropa al revés, o debo asumir que es normal que todos me miren de esa forma? —preguntó Lilieth, hablando entre dientes, y fue cuando noté que todos los chicos del salón tenían su mirada clavada en ella, y entonces sentí algo de pena por la chica, nadie quiere ser el nuevo del instituto cuando ya había transcurrido prácticamente un cuarto del semestre. —Pues... La corbata la tienes un poco torcida, pero nada del otro mundo —respondí tratando de aligerar el ambiente, ella resopló sonriendo y pude ver que se relajó un poco —. Hola, soy Liam, mucho gusto. —extendí mi mano a modo de presentación. —Hola, soy Lilieth, como ya sabrás. Pero tranquilo, no tienes que ser amable por lo que dijo el director, por mi cuenta puedo ir conociendo la escuela —respondió aceptando mi saludo. Una parte de mí procesaba lo que me decía, mientras la otra no dejaba de pensar en lo ridículamente sudada que estaba mi mano. Y en que Lilieth era más hermosa incluso de lo que se podía apreciar a la distancia, y eso estaba causando un desastre en mi ritmo cardíaco. —Es mi deber, en realidad. Soy el presidente de la junta de estudiantil, y me pidieron que te orientara. La verdad es que te esperaba hace semanas. —ella entornó los ojos mientras asentía. —Lo sé, no era mi intención causar expectativa, es solo que estuve hospitalizada un tiempo... —Lamento oír eso. ¿Fue algo grave? - sus labios se apretaron y sus ojos se oscurecieron por un momento antes de suspirar y negar con la cabeza. —No, solo una tontería, pero ya estoy bien —dijo restándole importancia, mientras dejaba su morral sobre la mesa —. Así que... ¿El presidente estudiantil, ah? Debes ser muy popular —preguntó fingiendo interés, en un torpe intento de desviar la atención hacia mí, y eso solo me hizo preguntarme qué podría estar ocultando con respecto al tema del hospital. —Sí, bueno no, quiero decir... No lo sé, supongo que lo usual —me rasqué la cabeza un poco confundido, normalmente solía ser menos torpe al hablar con las chicas, pero ella tenía algo que me hacía sentir... indefenso, como un niño. —¿Lo usual? ¿A qué te refieres con eso? —preguntó sonriendo. —Que no te engañe con su falsa modestia —respondió Logan antes de yo poder hacerlo, mientras se sentaba sobre la mesa, justo en el espacio de Lilieth —. Es el presidente de la junta estudiantil, capitán del equipo de soccer, el cerebrito de la clase, y el tenor principal del coro de la escuela. —Ya veo... —respondió Lilieth sonriendo —Supongo entonces que nadie mejor que tú para mostrármelo todo. —comentó sin dejar de sonreírme, y por algún motivo empecé a derretirme por dentro. —Soy Logan, su hermano... Su hermano gemelo —con una gran sonrisa extendió su mano hacia ella. —Vaya... Creo que jamás lo hubiese podido adivinar por mi cuenta. —respondió ella riendo mientras le tomaba la mano. —Muchos no lo saben, prácticamente solo compartimos el apellido. —siguió bromeando él haciéndola reír nuevamente, y ese sonido me pareció maravilloso. —Deja de decir estupideces —resoplé, cosa que hizo que Lilieth riera aún más, y ya después no pude evitar hacerlo también. Lo cierto es que Logan y yo éramos gemelos idénticos, y teníamos suerte si encontrábamos a alguien que realmente pudiera notar nuestras diferencias, la gran mayoría de nuestros conocidos y amigos no lo hacían, y el hecho que las normativas del colegio nos obligaran a llevar uniforme y un corte de cabello estándar... Solo dificultaba más las cosas para los demás. —¿Qué? Sólo intento ser amigable con al chica nueva —se defendió Logan alzando las manos —. Por cierto, él es nuestro mejor amigo Luke —dijo señalando hacia la mesa de al lado. Luke, que había estado escuchando todo en silencio, se limitó a levantar un poco la mano en la que apoyaba su mentón y hacer un gesto de saludo. —Él es de pocas palabras —intervino Logan. —Me doy cuenta... Un placer —respondió con un gesto similar al de Luke. —. Pero, aguarden... ¿Están bromeando, cierto? —preguntó, mirando primero a Logan y luego a mí. —¿Bromeando sobre qué exactamente? - pregunté confundido. —¿Liam, Logan y Luke? ¿Es en serio? —Ah, eso... No, no es broma. Es solo una coincidencia. —sonreí ante su expresión. —¿Quieres escuchar la mejor parte? —intervino Logan haciendo una pausa dramática antes de seguir, y pude ver a Luke poner los ojos en blanco. —En todo el colegio... Sólo hay cuatro personas cuyos nombres comienzan por esa letra. —Nah, eso es imposible —su tono ahora mostraba verdadero asombro al mirarme, como esperando que yo lo negara. —Bueno, está bien... Es una gran coincidencia. —dije encogiéndome de hombros. —Pero no somos cuatro... Somos cinco —le corrigió Luke. —Ah, bueno, sí... Por ahí también está Lauren, nuestra hermana. Pero ella está dos cursos por debajo. Esto es lo que realmente debe importarte —dijo Logan señalando nuestro pequeño grupo en la mesa. —¿Y eso por qué? —Porque seremos grandes amigos —dijo él como si fuese la cosa más obvia. —Déjame adivinar... ¿Porque mi nombre comienza por L? —la suspicacia mezclada con el sarcasmo en su voz me hizo reír. —No me mires como si estuviera loco, Lili. No soy yo, es el destino. —Les daré la oportunidad sólo porque me cayeron bien, pero no me llames Lili, por favor. Mi nombre es Lilieth —Logan se tensó un poco, sentí pena por él, sabía que no quiso ser irrespetuoso, pero por la forma en la que ella le respondió supuse que había pasado alguna raya imaginaria que todos íbamos a respetar de ahora en adelante. —Vale, Lilieth... Lo siento. —levantando las manos en son de paz. Todo quedó en un incómodo silencio por unos segundos, hasta que ella retomó la conversación más animada. —Pero sigo sin poder creerlo, no sé ofendan, pero voy a comprobar si lo de los nombres es cierto... Eso es estadísticamente imposible. Yo sonreí mientras Logan volvía a hacer el numerito de "No son estadísticas, es el destino" —¿Y entonces tienen un club o algo así? —siguió bromeando. —No, no tenemos ningún club. —le respondí. —Porque yo me negué, no porque ustedes no quisieran. —me reprochó Luke. —¡Hey! Teníamos seis años y acabábamos de conocerte, ¿quieres superarlo ya? —me defendí riendo, mientras Lilieth hacía lo mismo. —Luke siempre ha sido un aguafiestas —agregó Logan con pesar. —De verdad que les daré una oportunidad, no por cosas de estadísticas ni mucho menos el destino, sino porque en serio me están haciendo reír. Logan siguió diciendo algo, pero no seguí escuchándolo. Me había quedado hipnotizado viéndola sonreír, todo el nerviosismo y la seriedad de tan solo unos minutos atrás había desaparecido en ella, mostrándome a una chica incluso más hermosa de lo que había pensado. Lo que más me impresionaba de ella era que, a diferencia de prácticamente todas las chicas de nuestra edad, no trataba de verse mayor usando maquillaje, de hecho, parecía no estar usándolo en absoluto, y aún así parecía salida de algún anuncio de las revistas que leía Lauren. Su cabello era mucho más rubio que el de Luke, pero sus cejas y pestañas eran de un tono más oscuro, haciendo que pareciera estar maquillada aunque no lo estaba. Su nariz era pequeña y delicada, mientras que sus labios eran rosados y carnosos. No era la primera vez que veía a una chica hermosa, pero ciertamente era la primera vez que mi corazón parecía estar sufriendo un ataque, al punto que temí que alguien pudiera escucharlo. Y como en respuesta a mis temores, Lilieth volteó a mirarme en ese momento. Y fue justo en ese preciso instante, mientras sus ojos azules me clavaban al suelo con más fuerza que la gravedad, que entendí lo que me había dicho mi padre hace tantos años cuando le pregunté cómo supo que mi mamá era la mujer para él. "Solo me bastó mirarla fijamente a los ojos una vez... Una sola vez, y lo supe" había sido su respuesta, acompañada con un "Algún día lo comprenderás". «Sí, ahora lo comprendo», me dije, mientras ella fruncía el ceño ante mi mirada. Para mí fortuna la señora Tallis entró en ese momento, salvándome de la vergüenza de tener que explicar por qué la estaba mirando así. Logan volvió a su lugar, y todos empezamos a sacar nuestros cuadernos, dejando de lado la conversación de unos segundos atrás, y yo agradecí el poder tener algo más que ocupará mi cabeza hasta poder ordenar mis pensamientos. No sabía nada de ella, y siempre había sido partidario de que las personas no se pueden enamorar de alguien a primera vista, siempre me pareció una idea absurda por mucho que mi papá quisiera convencerme de que sí era posible. «¿Enamorado, acaso te estás escuchando?», me pregunté un tanto disgustado. Sacudí la cabeza y me enfoqué en las ecuaciones que estaban en la pizarra. *** —¿Qué clase nos toca ahora? —preguntó Lilieth dos horas después, guardando sus cosas. —Depende, la siguiente hora es de materias electivas —respondí echándome el morral al hombro —Luke tiene mecánica, Logan tiene astronomía... Lo sé, y dice que yo soy el ñoño, ¿puedes creerlo? —comenté con burla al ver el gesto de sorpresa que hizo al escuchar aquello —Y bueno... Yo tengo Escritura y Redacción —la vi alzar una ceja y apretar los labios tratando de contener una sonrisa —. Lo sé, él tiene razón, soy un ñoño. —terminé admitiendo entre risas. —Pues entonces me toca la clase de Fotografía —comentó revisando su horario. —De acuerdo, yo te llevo —ofrecí rodeando la mesa. —Después de clases, iré con Erik a la tienda de discos, así que nos vemos en casa —me dijo Logan antes de dirigirse a nuestra compañera —. Fue un gusto conocerte Lilieth... no Lili —dijo llevando un puño en su dirección, y sonreí viendo como ella chocaba su puño con el de él. Así era Logan, nada podía ganarle, siempre lograba que las situaciones incómodas se volvieran chistes, y las adversas terminarán a su favor. Era algo que siempre admiré de él, una de nuestras diferencias, él era un entusiasta optimista, mientras que yo era más sereno y cuando sentía que perdía el control de algo... Empezaba a perder la confianza simultáneamente. —¿Nos vamos? —preguntó Luke luego que Logan se marchara. —Ehm... No, lo siento. Acompañaré a Lilieth hasta el salón de Fotografía. —Oye no, si ya tenías planes no te preocupes, yo puedo encontrar el salón sola. —empezó a decir apenada. —Tranquila, tú hoy necesitas más la compañía que yo —la tranquilizó Luke —, nos vemos más tarde entonces. Hasta el lunes. —se despidió, primero de mí, luego de ella. —¿Seguro que a Luke no le molestó que lo dejaras solo? —preguntó Lilieth cinco minutos después, mientras atravesábamos el jardín trasero del colegio, camino al salón de fotografía. —Se veía enfadado. —No, créeme, todo va bien. Con el tiempo te acostumbrarás a que Luke siempre luce enfadado, aunque rara vez lo está. —le tranquilicé, sabiendo que mi mejor amigo de seguro encontraría algo mejor que hacer. Sacudí la cabeza para alejar las ideas de qué estaría haciendo en esos momentos, hacia un tiempo me había prometido que procuraría ignorar todo el tema de Luke y Lauren. —¿Son un grupo peculiar, no? —comentó luego de un rato —El inteligente y maduro, el extrovertido y gracioso; y el misterioso y callado... Deberían formar una banda, volverían locas a las chicas. Sonreí, un poco apenado ante aquel comentario. —De hecho... La tenemos —respondí y vi que fruncía el ceño —La banda, sí tenemos una. —¿En serio? ¿Qué tipo de música tocan? ¿Quién canta?... ¿Tú? Logan dijo que eras del coro estudiantil. —Ehm... Sí, es en serio. La formamos hace unos dos años, aunque recién ahora nos estamos organizando realmente. Tocamos Rock alternativo supongo, no nos etiquetamos, pero supongo que eso —me encogí de hombros —, y cantamos todos en realidad. —Espera, espera... Intentas decirme que el trío de la L, con todo el asunto de "Es el destino" y todo eso... ¿Saben cantar los tres? —asentí sonriendo —¿Incluso Luke, que ni habla? —Es el mejor de todos —dije viendo como sus ojos se llenaban de sorpresa —Daría lo que fuera por cantar como él. —Vaya... De verdad que ustedes son una verdadera sorpresa. ¿Tocan en algún sitio donde pueda ir a oírles? —Ehm... Dentro de dos semanas tocaremos en el baile de Halloween, si asistes podrás oírnos —entonces me la imaginé con un lindo vestido en el baile, viéndome desde el público y cantando conmigo. «Con nosotros, viéndonos desde el público y cantando con nosotros... no estás tú solo, que no se te olvide», tuve que recordarme de inmediato. Ella no estaría ahí por mí solamente, pero no pude evitar que el pensamiento me hiciera sonreír, tener a una chica como ella apoyándote entre el público y tras el escenario, era el sueño de cualquier chico en una banda. —Vale, lo tomaré en cuenta entonces. —volví a la realidad al escucharla. —Si te gusta todo el asunto de los disfraces, lo disfrutarás. Si no... Igual lo harás, pero serás del grupo de los aguafiestas. —No me gustan, pero creo que puedo tolerar un disfraz por una noche, porque quiero ahorrarme el caos de la chica nueva esta vez —admitió alzando las manos a la defensiva. —¿Esta vez? —pregunté con curiosidad, mientras ella se encogía de hombros. —Papá es periodista, nos mudamos muy seguido. Siempre soy la chica nueva, estoy acostumbrada a eso. Pero no me gusta llamar la atención de forma innecesaria, así que busco adaptarme rápido. Sí esta vez debo usar un disfraz de Halloween... Pues tendré que ver dónde comprar uno. —Te entiendo, nunca lo he vivido, pero creo que te entiendo. Si te sirve de consuelo... Aquí tienen memoria muy corta, olvidan todo pronto, en una semana serás de las nuestras. —Gracias, eso es muy amable —sonrió ligeramente mientras bajaba la cabeza, como si algo le avergonzara. —De nada —dije, tratando de imitar la soltura de Logan —. Así que... creo recordar al señor Miller decir que vienes de Inglaterra, ¿correcto? Cuéntame más sobre ti. —Sí, somos de Gales, en realidad... Pero sí, acabamos de mudarnos de Bradford, no estuvimos mucho tiempo ahí, pero odié cada segundo... La escuela era horrible. De mi familia, pues... Papá trabaja mucho, y mamá está muy metida en el asunto de la religión, así que... pasa poco tiempo en casa. —su voz se fue apagando a medida que decía aquello. —Suena bastante solitario —comenté sin saber qué decir, solía ser muy bueno abordando temas tristes, con Luke me había hecho experto, pero Lilieth era una desconocida, y no sabía cómo proceder con ella. —Algo, pero si conocieras a mis padres... sabrías que estamos mejor cada quien por su lado. —sonrió con tristeza, y eso me dejó claro que no tenía una buena relación con ellos. Y entonces me sentí agradecido, porque entre tantas familias disfuncionales de las que tenía conocimiento... Era una suerte tener una familia amorosa. —Hemos llegado a nuestro destino —dije mientras me detenía frente a la puerta del salón de fotografía. —¿Es aquí? No hay nadie —comentó mientras veía por la ventanilla de la puerta —. ¿Por qué no hay nadie? —Pues... La verdad no creo que vayas a tener mucha compañía, creo que no conozco a nadie que esté en esta clase —confesé tratando de no reírme por su expresión de asombro. —¿Bromeas? ¿Intentas decirme que tu club de Redacción es más popular que mi clase de Fotografía? —Primero, no es un club. Y para tú información... No somos populares, solo somos cinco, que es el mínimo requerido para abrir una clase. Así que si tuviera que apostar... Me arriesgaría a decir que solo tendrás cuatro compañeros —me encogí de hombros —, pero no te lo tomes personal, clases como electrónica y estilismo se llevan gran parte de la matrícula, todos los demás... Somos pocos. —Bueno, ni modo, me tocará esperar sola —se sentó en el suelo con la espalda apoyada en la pared. —Me quedaría a esperar contigo, pero llegaré tarde a mi clase, lo siento. —dije maldiciendo por dentro mi estúpido afán de puntualidad. —No te preocupes, ya hiciste bastante hoy, aprovecharé el tiempo para ponerme al día con el cronograma de estudios, allá en matemáticas me di cuenta que estoy muy atrasada. —Yo te puedo prestar mis apuntes, te ayudarían bastante —le dije, queriendo borrar el gesto de preocupación en su rostro —. Y si lo necesitas, puedo darte algunas tutorías para que te pongas a nivel. —¿Seguro? Siento que ya abusé demasiado —mordió su labio inferior con nerviosismo. Desviando peligrosamente mi atención a su boca. —Nada que ver, no tengo problema con eso. ¿Quieres empezar mañana? Para que inicies el lunes un poco más nivelada —celebré internamente el hecho de que se me ocurriera esa idea, puesto que así no tendría que esperar dos días para verla. Y celebré mucho más haber acertado, ya que ella sonrió entusiasmada ante la idea. —Fabuloso, ¿te parece mañana en la mañana? ¿Y te molesta que sea en tu casa? En la mía aún estamos con lo de la mudanza. Ella siguió hablando, pero sus palabras se me escaparon, pues había recordado que a diferencia de ella, yo no tenía el sábado libre. —Rayos... Olvidé que mañana tengo ensayo con los chicos... ¿Que tal si lo dejamos para la tarde? Aunque si quisieras podrías venir temprano y vas pasando los apuntes mientras nosotros ensayamos. ¿Te sirve a las las 9 a.m? Volví a felicitarme, estaba en llamas. Si ella asistía al ensayo... Sería mucho más tiempo en su compañía, y que me oyera cantar era una idea que me entusiasmaba muchísimo. —Vale, me gusta más tu plan. Apúntame tu dirección aquí y a las 9 estoy allá —me pasó su libreta. —Ahí lo tienes, y te colocó mi número celular también, por si acaso —comenté mientras se la devolvía, ella asintió y la ligera sonrisa que me dedicó hizo que mi corazón saltara de entusiasmo. «¡Contrólate hombre! Vas a parecer un niño», me dije tratando de aparentar serenidad mientras me despedía y retomaba mi camino de vuelta al ala principal del colegio. Mientras caminaba iba recordando todo lo que habíamos conversado; me di cuenta que, tan ensimismado como estaba, no había preguntado casi nada sobre ella, pero aún así ya consideraba que era una chica especial, y recordaba también como su belleza no me dejaba concentrarme en nada más, en un par de ocasiones hasta olvidé lo que estábamos hablando, cosa que no solía pasarme a menudo, no llegas a ser el mejor de la clase sufriendo problemas de atención, y sin embargo ella tenía el poder de hacerme perder el hilo de mis pensamientos con tan solo apartarse un mechón de cabello del rostro. Las palabras de mi padre ahora empezaban a tener mucho mas peso, realmente uno solo necesita conocer a la persona indicada para experimentar todos esos mágicos sentimientos; incluso mi mente empezó a divagar sobre todas las teorías de almas gemelas que había leído y escuchado a lo largo de mi vida, siempre considerándolas no más que patrañas, sobre todo en esta situación en la que yo no sabía absolutamente nada de ella, nada personal al menos, y aún así quería creer fervientemente que éramos perfectos el uno para el otro. Me sorprendió lo rápido que había caído por aquella chica, prácticamente solo tuve que verla y ya me tenía tendido a sus pies, porque esa era la verdad, solo bastaron dos horas y media para yo perder la cabeza por Lilieth Thatcher; y aunque traté de evitarlo, mi mente no dejaba de pensar en lo que podía significar su sonrisa al ver mi número anotado en su libreta. Quizás yo le gustaba, quizás ella también había caído en este torbellino de emociones que estaba sintiendo yo, y esa simple idea me mantuvo con una gran sonrisa en el rostro por el resto del día. *** Esa noche descubrí que conocer a Lilieth no solo había despertado sentimientos nuevos en mí, sino que también me había ayudado a liberar el bloqueo mental que tenía con todo el asunto de las canciones de amor, lo supe mientras escribía sin problemas no solo una, sino dos canciones. Canciones sobre ojos azules como el mar y labios rosa que te hacían perder la cordura. ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._. Traducción: "Los hombres sabios dicen que solo los tontos se apresuran, pero no puedo evitar enamorarme de ti" (Elvis Presley ~ Can't Help Falling In Love With You)
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