Narra Julia. Estoy acostada en la cama, la puerta se abre y veo a Eduardo entrar con la comida. –No era necesario, hubiera bajado. –Quiero que estés tranquila, mañana podemos caminar un poco. Asiento y me besa. –Ahora vamos a comer los dos mientras miramos algo. –Me gusta la idea. –Sonrío. Pone la bandeja en la cama y se sienta al lado. Enciende el televisor y se acuesta a mi lado. –¿Estas cómoda? –¿A que va esa pregunta? –Me rió. –Obvio que si.–Sonrió. Sonríe y acaricia mi mejilla. –Después iremos a hacer la denuncia, ese hijo de puta no puede seguir libre. Asiento y besa mi frente. Narra Lorenzo. Al otro día, entró a la oficina de Leonor para buscar algo que me indique donde esta. Abro los cajones y espió su computadora pero no hay nada, solo números de la