Entró en ella, clava sus uñas en mi espalda. Primero me muevo despacio y aceleró los movimientos. Ella tira la cabeza hacia atrás y comienza a gritar. Beso su cuello y siento sus uñas clavando más fuerte mi espalda, en vez de dolerme, me encanta, me muevo más rápido y me me besa, la amo, la amo, no soportaría perderla. Llegamos al clímax y recuperamos el aire. La observó y me mira con una sonrisa que me hacía derretir.
–Cuando pensé que no podía enamorarme tanto, cada día estoy más enamorado.
La beso y esta vez fue tierno, saboreando su boca.
Después de un tiempo, ella se queda rendida entre mis brazos, durmiendo sobre mi hombro. La alzó y la llevo a mi habitación. La acuesto suavemente sobre la cama y me acuesto también, la rodeo con mis brazos y la miro, no puedo amarla tanto, por su
