Me despierto sobresaltado y respiro hondo, ese sueño fue tan real, todavía puedo recordar el sueño, tomando su cuello y ahorcandola hasta la muerte.
Escucho golpes viniendo de la puerta y salgo de la habitación, bajo las escaleras y abro la puerta.
–¿Que pasa mamá?
–¿Donde estabas? Estuve preocupada.
–Fui a pensar, estuve en el lago.
–Tenía el corazón en la garganta.
–No te preocupes mamá, después vine y me acosté.
–Menos mal, tenía miedo de que cometas una locura.
Sonrió y agarro sus manos.
–No hice nada, tranquila, solo tengo que averiguar donde esta Leonor y que mi padre pague por lo que hizo.
–Estoy más tranquila ahora.–Sonríe.
Narra Leonor.
Por suerte estoy más calmada, Anibal esta acostado arriba mío, acarició su barba recién cortada.
–Faltan cuatro días, ¿
