A la mañana siguiente en el territorio de la manada Sur, Madison se levantó confundida por lo que había sucedido con Dylan, no se atrevía a decirle a nadie, aunque su vida estaba en peligro, quería hacer algo diferente y que no fuera tan fácil para él tenerla. Después de una larga meditación en la ducha fue a buscar a su padre, él se encontraba en una de las habitaciones de invitados, había salido al pueblo a recordar algunas vivencias, no todo había sido malo, habían algunos recuerdos buenos en este lugar. –Buenos días, cariño –sonrió Pablo –. ¿Quieres pasar? –Quiero que vayamos a desayunar –propuso, eso sorprendió a Pablo –. Quiero hablar sobre mamá. Pablo reunió sus fuerzas para aceptar la decisión de su hija esperando a que lo perdonará, él sabía lo que le había hecho en el pasa